Pau Donés: "El cáncer me obligó a parar y me ha proporcionado un sosiego muy molón"
El músico catalán celebra sus 50 años con un libro, un disco y una gira.
Lleva dos años sin cantar ante su público, retirado de los escenarios por obligación. Por eso Pau Donés no puede evitar una gran sonrisa al subirse al escenario para presentar 50 palos, una trilogía compuesta por un disco, un libro y una gira con la que el músico catalán quiere celebrar sus 50 años de vida —los cumplió el pasado mes de octubre— y los 20 de Jarabe de Palo. Y por eso, cuando ayer pisó las tablas del Teatro Alcalá de Madridno dudó en coger el micrófono y ponerse a cantar.
Ahora, que ya no me importa/ que la vida se vista de negro/ porque a nada le tengo miedo/ porque a nada le tengo fe/ A nada le tengo fe... / Ni miedo, ni fe... / A nada le tengo fe... Con su característica voz, con firmeza, entonó algunos versos de su nueva canción Humo, el único tema inédito que forma parte de su nuevo disco, en el que ha versionado sus mejores canciones, las de mayor éxito, las preferidas por su público.
Pau se mueve con vitalidad por el teatro, casi son prisa. Y sonríe continuamente, a unos y otros. Su camiseta negra muestra su delgadez fibrosa. Pero es verdad que está guapo.
"Ha sido un gustazo subirme al escenario", nos confesaba el músico barcelonés en su encuentro con El Huffington Post. El brillo de su mirada confirmaba estas palabras.
¿No te has puesto nervioso después de tanto tiempo?
Para nada. Ahora bien, el teatro está vacío... El día del concierto —toca en el Teatro Alcalá de Madrid el 7 de junio y las entradas ya están agotadas— volveré a sentir pánico escénico. Yo cinco minutos antes de empezar un concierto, siempre me quiero ir a casa.
¿Nunca lo has hecho?
No... No he anulado ningún concierto. Solo uno por mal tiempo y otro por afonía.
Pau, ¿en qué momento creativo te encuentras? Porque has escrito un libro, tienes nuevo disco que, aunque sea de versiones, has trabajado casi desde cero...
Ahora estoy bastante exhausto desde el punto de vista creativo. Todo lo que tenía que soltar, ya lo hemos soltado. Un disco, un libro y una gira, que también supone un esfuerzo creativo porque hay que crear un montaje escénico. Ahora solo tengo espacio en la cabeza para retener las letras y poderlas cantar... ¡Y para responder entrevistas! Pero con mucho gusto porque el esfuerzo de la creación es tremendo, siempre, con todos los proyectos. Hay medio año en el que lo das todo y ahora me he quedado vacío. Cuando ahora me preguntan: '¿tienes alguna canción en la cabeza?' Pues mira no. Me voy a tirar otro medio año sin coger un lápiz.
Hay una cosa que me llama la atención de la letra de tu canción Humo. Dices que no tienes fe en nada en a nadie. Después de leer el libro, no queda esa sensación. Tu familia, tus amigos, tus parejas...
No, no tengo fe en nada ni nadie. Ni la tengo ahora, ni nunca la he tenido. Tengo confianza en las personas... pero no fe. Solo creo lo que veo.
He visto tus fotos en Instagram y siempre me pregunto: ¿Dónde está tu estudio? ¿Entre montañas?
Sí... Está en medio del monte. Vivo rodeado de montañas... Soy de pueblo.
¿Siempre has sido de pueblo? ¿O, con el diagnóstico de tu enfermedad, decidiste retirarte a la tranquilidad y volver a encontrarte con la naturaleza?
No, siempre lo he sido. Soy parte de la naturaleza y me considero una extensión de la montaña. Bueno, y del mar, del cielo... Yo vengo de la naturaleza y necesito estar siempre en contacto con ella. Vivo en un pueblecito donde somos 29, en lo alto de la montaña. Como Heidi.
"NACÍ EL 11 DE OCTUBRE DE 1966"
Cumplir medio siglo de vida es una excusa justificada para parar y echar la vista atrás, dibujando lo que hasta ese momento ha sido la vida. En el caso de Pau Donés, más de la mitad de ella ha estado unida a la música. Pero también hay vivencias, impresiones, pensamientos íntimos que le han marcado y que solo le pertenecen a él. Pau ha decidido recopilar todo eso en un libro: 50 Palos... y sigo soñando (Ed. Planeta).Insiste: no es una biografía, es una reflexión. Una larga charla de tú a tú donde habla del amor, de su pasión por la música, de su familia y amigos, de sus años locos...
Cuentas en el libro que la mejor parte de tu vida ha sido la década de los 40.
Sí, de los 30 a los 40 viví intensamente, pero demasiado, de una forma un tanto caótica. Y a los 40 empecé a tranquilizarme. En general creo que los hombres somos así y en mi caso, seguro. Hasta los 40 no funcionamos de forma muy racional. Bueno, no generalizaré. Yo, desde luego, hasta los 40 no me enteré de nada. A los 30 me pasaron tantas cosas... Era un economista que trabajaba en una agencia de publicidad, pero mi gran sueño, mi proyecto musical, Jarabe de Palo, consiguió ponerse en marcha y encima tuvo éxito. Nos subimos a la ola, nos revolcamos en la ola, nos resistíamos a bajar... A partir de los 40, aunque viví con la misma intensidad, sobre todo con la música, a nivel personal empecé a ver más claras las cosas y a vivir de manera más fácil, más sencilla.
También confiesas que has llevado fatal la fama... ¿Te has reconciliado?
¡No! La fama es un coñazo. Alucino con la gente que quiere ser famosa. La fama no tiene que ver con tu talento como músico, ni con lo que haces. Tiene que ver con la popularidad, con el poder, con las ganas de destacar, de sentirte más que los demás... Y eso es un peñazo porque comporta un tipo de vida que es un peñazo.
Gracias a esa fama te has convertido en altavoz de mucha gente, aunque podías haber vivido retirado sin que los demás supiésemos nada de lo que te estaba ocurriendo, como habías hecho hasta entonces. ¿Por qué ese cambio? ¿Por los demás?
No, por nosotros, porque yo también soy enfermo de cáncer. Por los enfermos y por el entorno. Por el sufrimiento que provoca, por el rechazo... Rechazo por miedo, ¿eh? Porque tú dices: 'Yo tengo cáncer'. Y entonces el otro piensa: 'Pues si tú tienes cáncer, yo también puedo tener'. Y eso acojona. Con la idea de desestigmatizar la enfermedad, de normalizarla, quise hacerlo. La gente popular, los ricos, los poderosos, los listos, los guapos... también tienen cáncer.
A lo largo del libro hablas en numerosas ocasiones del amor, pero lo que se percibe es que no has tenido mucho suerte en ese sentido. ¿Eres un verdadero 'elemento', como te dice una de tus amantes-amigas en uno de los capítulos?
¡Me ha ido fatal! Sí, soy un bichazo. He sido siempre muy enamoradizo. Me han encantado las mujeres y he sido siempre un bala perdida... Pero de ellas he sacado dos cosas. Por un lado, grandísimas amigas con las que he compartido la vida y la intimidad, y con las que la sigo compartiendo. Porque que las relaciones de pareja no hayan funcionado, no quiere decir que no funcionen nuestras relaciones personales. Y por otro lado: gracias a mis fracasos amorosos he escrito mis mejores canciones. Por ejemplo: La Flaca. Fue un fracaso sentimental estrepitoso... Pero fue una atracción maravillosa, una historia preciosa.
Como casi todos los músicos, has vivido tu etapa de desorden y desenfreno. Según cuentas, ya no es así. ¿Tiene que ver con la edad? ¿Con la adquisición de nuevas responsabilidades?
Tiene que ver con la edad y con el cáncer. Yo ya no puedo ir como una moto por la vida como iba antes. Yo creo que el cáncer fue un aviso para que parase mi cabeza hiperactiva: '¡Eh tío, para!' Antes, mi cabezota habría dicho: '¿Qué dices?' Pero ahora, por las circunstancias, no es que me haya dado cuenta, es que no puedo seguir viviendo así. Y esto me da placer... Ha sido un poco bestia el aviso pero lo he entendido perfectamente y mi vida ha cambiado a mejor. El sosiego que me ha proporcionado es algo muy molón.
Dentro de ese orden de vida, confiesas que has dejado las drogas...
Sí, mi gran droga ha sido el alcohol, las cervezas que me he bebido, por ejemplo. No ha sido la heroína porque nunca la he tomado, pero las que venden en los bares sí. De las de la farmacia, de las que también hablo en el libro, tampoco he consumido.
Dices que te preocupa especialmente la relación que pueda tener en unos años tu hija con las drogas. ¿Qué más te preocupa? ¿Te asusta el mundo en el que le ha tocado vivir?
No tengo derecho a escudarme en eso para no ofrecerle todas las alternativas de vida y sobreprotegerla. Mi hija tiene que ser una persona muy feliz y mi gran cometido es prepararla para que lo sea. A partir de aquí, me da miedo que se meta en el mundo de las drogas y puedan joderle la vida, pero por lo demás que lo pase muy bien y que sea muy feliz.
¿Ser padre es tu versión más difícil?
En el sentido del tiempo, sí. Yo he estado mucho tiempo fuera de casa. La música ha sido su principal enemiga porque le ha robado a su padre. Pero bueno, por lo demás, creo que soy un buen padre. Soy un padre, a veces severo, a veces autoritario... pero sé cuándo hacerlo.
¿Tienes ganas de gira?
¡A tope! Me apetece mogollón lo del Liceo de Barcelona —el 20 de mayo— y lo de Nueva York. Allí fue donde cortamos la gira y tengo la espinita. A México nos vamos el lunes que viene... Todos los detalles de la gira están en nuestra web que, por cierto, también hemos puesto en marcha esta semana.