Cambios en el PSOE: María Jesús Montero será la 'número dos' y Alegría y López cogen las portavocías
Sánchez remodela la cúpula socialista para tomar impulso ante las encuestas negativa: Iceta entra en la dirección también.
Pedro Sánchez mueve ficha a lo grande. Cambio total. El presidente está reorganizando profundamente al núcleo duro del partido y ha decidido que María Jesús Montero será la vicesecretaria general del partido, en tanto que Patxi López será el próximo portavoz del PSOE en el Congreso, puesto que ocupa actualmente el canario Héctor Gómez, y Pilar Alegría ejercerá el cargo de portavoz del partido, según fuentes socialistas.
El nuevo diseño del organigrama del PSOE tendrá que ser ratificado en la reunión que ha convocado del Comité Federal del PSOE, máximo órgano entre congresos, para aprobar la nueva Ejecutiva y la nueva dirección de los grupos parlamentarios. Otro movimiento: el ministro Miquel Iceta entra en la dirección ocupando la Secretaría de Memoria Democrática. El que mantendrá su puesto será el secretario de Organización, Santos Cerdán.
Todos estos cambios llegan tras la dimisión el pasado lunes de Adriana Lastra como vicesecretaria general del PSOE por motivos de salud. El presidente ha aprovechado esta situación para reorganizar la cúpula socialista en un momento muy complicado para el PSOE, con el PP superándolo en todas las encuestas.
Y ha decidido tener como nueva número dos a la ministra de Hacienda, que fue portavoz del Gobierno en la primera etapa de la coalición y que es una de las personas de máxima confianza del presidente. Tras dar el salto a Madrid, la sevillana se ha forjado muy buena relación con la prensa y es muy querida entre sus compañeros socialistas. Ahora tendrá que ejercer el papel de vertebrar una organización en tiempos convulsos, a pesar de que había esquivado grandes puestos orgánicos hasta ahora.
Para el Congreso, Sánchez ha elegido a López, que lo ha confirmado también en Twitter, calificando el nombramiento como un “honor y un reto apasionante”, prometiendo trabajar desde el “diálogo” para alcanzar acuerdos que protejan a la clase media y trabajadora.
Posteriormente, también ha confirmado su puesto nuevo en Twitter la ministra de Educación, Pilar Alegría, que sustituirá a Felipe Sicilia como nueva portavoz del partido a nivel nacional.
De esta manera, Sánchez quiere darle un impulso al partido. Llevaba el presidente tiempo preocupado por la situación en Ferraz, al entender que no jugaba el papel de secundar a La Moncloa y de hacer de escudero ante la difícil situación. Además, existía un pulso interno entre los círculos de Adriana Lastra y Santos Cerdán.
Desde varios sectores del partido se había hecho llegar al presidente que la situación no era buena y había quejas especialmente por la comunicación de los portavoces. No gustaba el estilo de Felipe Sicilia en Ferraz ni tampoco convencía el de Héctor Gómez en la Cámara Baja.
Sánchez ha escogido a ‘patas negras’ del socialismo para remontar la situación. López es un dirigente muy querido por los suyos, con mucha experiencia y que lleva el currículo de ser el primer lehendakari no nacionalista. Sus última intervenciones en el Congreso han sido muy aplaudidas y fue muy emotivo el abrazo que se dio con el presidente durante el debate sobre el estado de la nación.
Alegría también es una persona muy querida y respetada en el Congreso, curtida desde hace años en el partido (llegó a ser portavoz de la candidatura de Susana Díaz en las primarias). Ha sido diputada, candidata a la Alcaldía de Zaragoza y delegada del Gobierno en Aragón. En las últimas semanas ha destacado por su defensa de las becas progresivas frente al sistema implantado por la Comunidad de Madrid para familias de 100.000 euros con hijos en colegios privados.
El presidente del Gobierno no da por perdidas las elecciones del año que viene -deben celebrarse en diciembre- y ha decidido ir a por todas, cambiando al equipo que salió del pasado congreso de Valencia. Se va a dejar la piel hasta el final y está convencido de que puede conservar La Moncloa.
Sánchez llega al Congreso, sonriente y dispuesto a inaugurar el debate: es su primer debate de la Nación como presidente del Gobierno.
Más 'novatos': el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (c), llega como un niño observando todo: es su primer debate del Estado de la Nación como presidente de los populares.
Antes de su estreno en el debate, Sánchez recibe los aplausos de su grupo parlamentario a su llegada. Pleno apoyo al 'presi'.
Los populares, como locos con la presencia de su líder. En la fila inferior están a otra cosa: algunos ya han saludado a Feijóo y otros, simplemente, se han hecho los locos...
Ojo, que en el debate de hoy ha habido espacio para los 'grafiquitos'... Seguro que Albert Rivera aprueba esto.
La bancada popular, seria; la bancada socialista, aplaude: ¿a que no hace falta decir quién estaba hablando en ese momento?
Las presidentas de Navarra, María Chivite, y de La Rioja, Concha Andreu (i), bastante serias durante la intervención de Sánchez.
Aplausos y más aplausos tras el discurso sobre el estado de la nación de Sánchez.
Muy atentos han estado la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas (i), y el portavoz del partido, Edmundo Bal.
Cuca Gamarra, haciendo de Feijóo, inaugura el turno de tarde: inicia con un minuto de silencio por Miguel Ángel Blanco y utiliza otros 29 para su intervención.
Abascal toma la palabra y no hace falta decir cómo ha sido su tono cuando mencionaba temas como: ETA, el Valle de los Caídos o migración.
Ojo qué mirada de Pablo Echenique hacia el escaño donde está sentado Alberto Núñez Feijóo y que hasta hace unos meses ocupaba Pablo Casado.
Sánchez se olvida de mencionar al ministro de Universidades, Joan Subirats, pero ha rectificado pronto.
Gabriel Rufián es duro en su intervención y protagoniza uno de los momentos más tensos tras sacar cartuchos de bala de la valla de Melilla.
