Patrycia Centeno: "Ayuso es liderazgo masculino y, muchas veces, liderazgo masculino muy tóxico"
Entrevista con la experta en comunicación no verbal, que analiza en 'Poderío' el liderazgo femenino.
Patrycia Centeno (A Coruña, 1983) se ha convertido en un referente para muchos medios de comunicación a la hora de analizar la comunicación no verbal en todo tipo de situaciones en las que están involucrados políticos de todo signo y condición.
Con Poderío (Ed. Destino), Centeno aborda el cambio de paradigma que ha supuesto para la política, tanto nacional como internacional, el liderazgo femenino y de cómo este es totalmente opuesto a cómo han gobernado los hombres a lo largo de la historia.
En una tarde totalmente naranja por la calima y a través de un teléfono fijo —todavía existen— Centeno explica, por ejemplo, por qué la ternura es un elemento a tener en cuenta a la hora de hacer mejor política.
Reflexionas en el libro sobre el debate que provocó que Yolanda Díaz hablase de la matria en contraposición a la patria.
Ya no hay ni que ir a matria. Incluso en un término como el feminismo hay mucha gente que yo considero feminista que guardan recelos al concepto feminismo y al activismo feminista porque consideran que el feminismo va a hacer lo mismo que han hecho los hombres a las mujeres durante tantos siglos. Consideran que el feminismo va a hacer lo mismo que ha hecho el patriarcado con nosotras y yo creo que no. El liderazgo femenino lo que persigue es liberarse y la matria también, dejar de proyectar el poder como aquello que intenta oprimir al otro. De que para que tener poder siempre tienes que dominar o serás dominado.
Hablas también de la ternura como algo a destacar dentro del liderazgo femenino. ¿Crees que la ternura puede ser un elemento de izquierdas?
No creo que sea un rasgo solo de la izquierda pero sí que es cierto que la derecha bebe más de un sistema heteropatriarcal. Para las mujeres es mucho más fácil perseguir el liderazgo masculino. Al final la derecha es conservadora y lo que desea es conservar lo que ya está, no tienen grandes metas de cambio, eso lo persigue la izquierda.
No me gustaría considerar la ternura ni de izquierdas ni de derechas pero sí que creo que es un rasgo que se le ha dejado a las mujeres. Muchas mujeres se llevan las manos a la cabeza cuando hablo de ternura porque lo consideran algo muy cursi o ñoño.
No sé si también se puede ver dentro de la política como un signo de debilidad.
Tenemos que reformular muchos conceptos. La debilidad no es lo mismo que la vulnerabilidad. La ternura nos hace vulnerables y las mujeres somos el sexo vulnerable, no débil. La ternura es enormemente poderosa.
Comparas el libro cómo reaccionó la primera ministra de Nueva Zelanda, Jadinda Arden, a un atentado y cómo lo hizo el presidente de Estados Unidos Joe Biden.
El problema es que no hemos tenido referentes. Siempre hemos tenido referentes masculinos en el ámbito del poder bastante tóxicos. Cuando te declaran la guerra qué había que hacer: salir y dar el do de pecho. Ahora está el caso de Zelensky que me recuerda al mantra de Jacinda Arden durante el confinamiento. Eso de “sean fuertes, sean amables”. Zelensky me está recordando eso. Nos protegemos porque nos acaban de atacar pero no vamos con ansias de “vamos a destrozarles”. No es tan agresivo como hubiera sido antaño. Es cierto que no son grandes potencias. EEUU también tiene ese carácter dentro del liderazgo muy yanqui, muy territorial, muy de conquistar. Coincide con el de Putin porque son grandes potencias.
Sí creo que hay un cambio hacia algo más sensible. No puedes reaccionar siempre dando un golpe. A lo mejor, si te están dando un golpe tú no pegues también un puñetazo, pon la mano para parar el golpe pero no hace falta que pegues.
Has nombrado a Zelensky, ¿crees que Ucrania va ganando la guerra en el terreno de la imagen?
Por supuesto. Está ganando por la moral, mantener la moral alta es una excelente estrategia. Es impresionante lo que está haciendo Ucrania y creo que depende del estado emocional en el que están. Zelensky en sus discursos, por muy duros que sean, jamás deja de sonreír y esas sonrisas puntuales además son sinceras.
Es actor.
Es actor y tiene herramientas interpretativas pero la sonrisa es difícil de fingir porque se dibuja en la mirada. Los ojos no mienten. No olvidemos que Putin también es un gran intérprete, también tiene herramientas de interpretación. Putin había sido espía del KGB, había recibido entrenamiento y formación con su lenguaje corporal, por eso no transmite nada, es pretendido. Cuando se mete en política contrata a un asesor de lenguaje corporal para que su expresión no sea tan dura y tan agresiva. En una situación como esta es un mérito interpretar el papel que está interpretando.
¿Está copiando Macron la forma de actuar de Zelensky? Sobre todo con esas fotos desde su despacho presidencial en sudadera.
Sí. Nos puede gustar más o menos Macron pero los franceses cuando copian y cuando emulan, al menos en estilo, siempre ha sido copiando a los mejores. Macron se está fijando en la persona que ahora es un referente. Lo que hace constatar que la comunicación de Zelensky está siendo un éxito.
De vuelta a España, ¿crees que, a veces, la forma de expresarse o de actuar de algunos políticos tapa el mensaje que quieren transmitir?
Me hace gracia ese tipo de preguntas, no es por ti, porque las reflexiones sean de “estáis maquillando con la indumentaria”.
Me refiero a esta moda de hacer política para que se vea el vídeo de 15 segundos en Twitter o el clip para el informativo.
Los discursos también están maquillados. Hay grandes equipos que se dedican a eso. En el tema estético, al menos en España, no hay grandes equipos desarrollando una estrategia estética. Una cosa es crear una estrategia estética de una filosofía y de unos valores y otra es crear una estrategia estética para después crear unos valores, que es lo que creo que está pasando.
No sé hasta que punto Ayuso tiene una filosofía y unos valores y de ella crea una estrategia estética como que de una estrategia estética están creando todo lo demás y eso es lo preocupante. Ahí sí que veo artificio.
A nivel de comunicación política, pocos dan más que hablar que Ayuso.
Ayuso es liderazgo masculino y, muchas veces, liderazgo masculino muy tóxico. Me gusta analizar o llegar a entender por qué hay tanta gente que se siente atraída por un personaje como Díaz Ayuso y cuando escribí el libro llegué a la conclusión de que Ayuso de vez en cuando también usa ciertas herramientas del liderazgo femenino y una de las que mejor le funciona es la persuasión y la seducción. Es una gran seductora cuando quiere. Es eso lo que atrapa a muchas personas. Se cometen grandes incongruencias entre lo que dice, lo que hace y cómo gesticula pero hay gente que sigue apostando por ella y creo que lo hacen porque es una gran seductora.
¿Quién sabe sacarle mejor partido al liderazgo femenino?
Yolanda Díaz. Yolanda Díaz es quien mejor representa el liderazgo femenino en este momento en nuestro país. Se une a una serie de mujeres y hombres que están poniendo en valor el liderazgo femenino y lo están haciendo de otra manera. Es un cambio de paradigma: visualizar que las cosas y que sobre todo el poder, en cualquier ámbito, se puede llevar a cabo con distintas formas.
¿Qué tiene Yolanda Díaz para que digas que es la que mejor comunica?
El liderazgo femenino está basado en la serenidad, que es la excelencia de la empatía. A un líder no se le tiene que pedir que sea empático, muchos animales mamíferos tienen esa capacidad y si no la tienen es porque son unos discapacitados emocionales y por lo tanto no tendrían que estar liderando nada. La serenidad es la gestión de las emociones. En un momento de crisis, cuando la mayoría nos quedaríamos paralizados, ellos tienen el don de poder gestionar las emociones negativas y positivas y poder tomar una decisión. Es una persona muy serena, con un liderazgo muy tierno.
La ternura es protección y las leonas y las tigresas lo tienen claro. Con sus crias pueden estar lamiéndolas y jugando con ellas pero en el momento en que hay un peligro sacan las uñas. La ternura también es poderosa. Por último, Yolanda Díaz es una persona elegante, da ejemplo, sirve de referente. Hablamos mucho de influencers pero para mí el liderazgo femenino es dar ejemplo, hacer que los demás quieran ser mejores.
Hay unas fotos con Feijóo en la que ella lo coge de la cara y todo para darle dos besos.
Yolanda Díaz sabe usar muy bien las sonrisas porque hay de todo tipo. Te puede estar diciendo que me fascinas o que eres un capullo. Usa muy bien esas fórmulas. En la pandemia se puso de moda eso de saludar con el puño. Ella lo que hacía cuando le daban el puño era acariciarlo, no iba a oponerse al otro. Esos detalles son los que te hacen pensar que hay otra manera de hacerlo.
Hablando de liderazgo femenino, ¿cómo puede encajar la reina Letizia dentro de una institución como la monarquía, que no es precisamente un ejemplo de modernidad?
Es bastante complicado porque cuando me dicen que Letizia es muy moderna... a ver, la monarquía es una institución anacrónica. ¿Cómo se va a modernizar algo así? Yo creo que es imposible. Ahora, una cosa es que sea imposible y otra es hacerlo bien o hacerlo mal. Creo que en comunicación la Casa Real tendría que empezar a hacer lo que hemos dicho antes de Macron, si tienes que emular a alguien fíjate en los mejores.
Ahí están los británicos.
Claro, mira qué hace Kate Middleton. ¿Por qué Letizia no puede hacer eso? Realmente porque tiene una serie de problemas. Se ha creado un personaje con muchos escudos de protección para poder encajar en una familia de locos.
Es imposible empatizar con ella. Empatizas con el rey pero no empatizas con Letizia. Le pasa como a Putin, entre las operaciones estéticas que se ha hecho en la cara y entre el miedo que debe tener a que los demás la juzguen, ha creado un muro que es imposible traspasar. Cuando no puedes empatizar con una persona te crea cierta desconfianza y acabas pensando que es un monstruo. Esta frialdad que transmite creo que va en contra del liderazgo femenino, así no.
¿Qué crees que ha aportado a la institución?
Si Letizia ha aportado algo, que es lo que se señala por parte de los medios estatales, es que ha modernizado la monarquía. Modernizar la monarquía es acabar con la monarquía. A veces, como republicana la aplaudo porque creo que es una republicana infiltrada. Hay situaciones que solo podría hacer un antimonárquico.
Tiene un problema de comunicación no verbal tanto ella como el rey. Lo del rey es alucinante porque se supone que se ha educado durante toda la vida y se ha formado para esto.
¿Quién crees que es el político o política más indescifrable?
Creo que no hay ninguno indescifrable, son gente que, gestualmente, la ves venir. Otra cosa es que no la queramos ver venir. Paul Ekman, que es el gran experto en mentiras, tiene una frase que dice “el mayor requisito para que triunfe una mentira es que haya alguien con necesidad de creérsela” y creo que los españoles somos muy así, tenemos muchas ganas de creernos algo que no es sincero. Lo hemos visto en la guerra del PP entre Casado y Ayuso. Era claro simplemente con los gestos. O lo de Iglesias y Errejón, es que se veía venir.
En las elecciones de Castilla y León se habló mucho de la forma de vestir de algunos políticos de Vox. ¿Qué crees que buscaban?
Deberíamos distinguir entre lo que es un señorito de pueblo y lo que es una persona que trabaja en el campo. Esta gente iba disfrazada de señoritos que se van a cazar el fin de semana.
¿Por qué triunfa el populismo? También porque se disfraza. Steve Bannon, el padre del populismo moderno, cuenta en entrevistas que él ha tenido que suavizar la manera de comunicar de la ultraderecha de Salvini, de Trump, de Bolsonaro porque era una comunicación muy agresiva.
Cuando asaltan el Capitolio muchos iban disfrazados y las primeras horas la gente se reía y ahí reside el peligro. Ellos camuflan sus formas. A mí me da mucho más miedo Abascal cuando está en El Hormiguero y sonríe que Macarena Olona cuando se pone en plan alfa en el Congreso porque con Macarena Olona al menos ves lo que hay. Macarena Olona es Vox y cuando ellos empiezan a camuflarlo con sonrisitas, con disfraces, con no sé qué, ahí es cuando los temo.
¿Y Pedro Sánchez? ¿Cómo valoras su forma de comunicarse en medio de una pandemia, un volcán y hasta una guerra?
Pedro Sánchez es de esas personas que tiene mucha suerte en la vida, que deben ser muy inteligentes pero que tienen mucha suerte en la vida. No creo que sea un ejemplo de comunicación. Ha sobrevivido a todo, lo hace bien, pero destacar destacar, como liderazgo femenino no, seguro, y como gran estratega de comunicación creo que tampoco. En momentos tan apocalípticos como los que estamos viviendo, pasar desapercibido también en está bien. Pues ha pasado. Pasar con un cinco a veces también está bien.