París registra los dos primeros casos de niños intoxicados por plomo de Notre Dame
Algunos sindicatos y asociaciones reclaman el confinamiento de la explanada de la catedral hasta que se garantice la salud de los trabajadores y los vecinos
La contaminación por plomo en París provocada tras el incendio de Notre-Dame en abril pasado mantiene enfrentados a sindicatos, que reclaman el confinamiento de la explanada de la catedral, y a las autoridades de la capital francesa, que aseguran tener controladas las labores de limpieza. Lo más grave, más allá de esta batalla, es que la Agencia Regional de Sanidad (ARS) de París y de la Isla de Francia ha confirmado oficialmente que han sido detectados ya los dos primeros casos de niños víctimas de saturnismo, plumbosis o plombemia, esto es, contaminación con partículas de plomo procedentes con alta probabilidad de los escombros de la catedral y del humo que se propagó por la ciudad tras el siniestro.
La ARS ha estado cuatro meses realizando 175 análisis de menores potencialmente víctimas de esta contaminación por plomo. Dos de ellos, sostienen las autoridades, tienen dosis superiores de plomo en su cuerpo, potencialmente graves. Otros 16 tienen índices de plomo “anormales y posiblemente graves” y 146 más han dado índices de plomo “insignificantes”. Es la primera confirmación oficial del problema.
El primer caso de los niños afectados por plomo se detectó a primeros de junio. Sin embargo, las autoridades sanitarias optaron por no “alarmar” a la opinión pública y no se dieron detalles. “El niño en estudio sufrió causas múltiples de exposición al plomo. Y algunas de ellas no tienen ninguna relación con la catástrofe de Notre Dame”, explican ahora a la prensa gala. El segundo estudiante tiene niveles “ligeramente superiores a lo normal” y necesita de “un seguimiento terapeútico particular y de un seguimiento médico continuo”, aunque no se han dado más detalles sobre su estado.
Los primeros pasos
El pasado 25 de julio, la Alcaldía de París ordenó el cierre preventivo de escuelas, guarderías y centros de recreo. Desde entonces, se han multiplicado las denuncias y advertencias de organizaciones sindicales, humanitarias y ecologistas de la más diversa tendencia, coincidiendo en un punto esencial: quizá sea urgente reconocer oficialmente un estado de “emergencia sanitaria”.
No es suficiente para la Confederación General del Trabajo (CGT) y la asociación de familias víctimas de saturnismo que, entre otras entidades, han reclamado el confinamiento de las obras de reconstrucción hasta que se pueda garantizar que no hay peligro para la salud de los trabajadores y de los vecinos del templo. Según sus datos, hay picos de contaminación por plomo tanto en los alrededores de la catedral como en los distritos V y VI de la ciudad, adyacentes al monumento.
Esas organizaciones también pidieron la creación de un centro de salud específico en el Hospital Hotel de Dios de París para el diagnóstico y seguimiento clínico, psicológico y social de todas las personas expuestas a la contaminación, sobre todo operarios, bomberos y limpiadores.
La teniente alcalde de Sanidad del Ayuntamiento parisino, Anne Souyris, anunció el lunes en rueda de prensa que a partir del hoy se procederá a la descontaminación total de la explanada de la catedral, las calles adyacentes y colegios próximos para que esté todo listo para el inicio del curso en septiembre. Souyris aclaró que, en esta situación inédita, el objetivo es descontaminar, no confinar: “Trabajamos en un principio de precaución máxima y nos preocupamos para que los parisinos no tengan que hacerlo”.
Las causas
Al arder la catedral el pasado 15 de abril, se fundieron las placas de plomo de la techumbre y parte de esa combustión fue dispersada en forma de polvo. Esto provocó que se registraran elevadas tasas de concentración de plomo -al que los niños están especialmente expuestos- en los alrededores, que llevaron hasta el cierre temporal de dos escuelas del distrito VI.
La limpieza que se está realizando utiliza en su mayoría agua a presión, aunque para suelos porosos como el asfalto se procederá a colocar un gel que se despegará a los tres días para retirar cualquier rastro de plomo.
Las obras de Notre-Dame fueron temporalmente suspendidas el pasado 25 de julio para replantear las medidas de seguridad sanitarias para los trabajadores que, según la prefectura, no estaban siendo lo suficientemente respetadas. Se prevé que las obras se retomen paulatinamente a partir del próximo lunes 12 de agosto, una fecha que la CGT considera precipitada.