'Parásitos', de revolucionar los Oscar 2020 a llevarse un chasco en España
"No entiendo nada... nada".
Parásitos revolucionó en 2019 el Festival de Cannes alzándose con la Palma de Oro y en 2020 se convirtió en la Mejor película internacional de los BAFTA y los Globos de Oro. Pero el verdadero petardazo lo dio en los premios Oscar de ese año, cuando consiguió ser la primera cinta de habla no inglesa en ganar la estatuilla a Mejor película (además de Mejor dirección, Mejor guión original y Mejor película internacional), algo que habían intentado antes otras diez nominadas.
Algo que su director, Bong Joon-Ho, ni se esperaba, porque los premios de Hollywood, declaraba, “premian al mercado local”. Pues bien, este domingo, Parásitos ha pasado de ser la película multipremiada de su año a conseguir el efecto contrario en España.
El largometraje coreano, de más de dos horas de duración, se emitió en La 1 de TVE y no solo marcó un dato paupérrimo, sino que con ella el espacio de La película de la semana de la pública perdió 2,9 puntos respecto a las últimas semanas.
Mientras que la serie turca Mi hija de Antena 3 lideró, seguida por 2.204.000 espectadores (15,4% de cuota de pantalla), Supervivientes: Conexión Honduras consiguió el segundo puesto de la noche con casi 1,9 millones (18,4%). Lejos se quedó Parásitos, con 1,1 millones y un 8% de share en la que fue su primera emisión en abierto en España.
Quienes sí que han seguido la oscarizada película han achacado su escaso seguimiento a que Parásitos es una película muy de nicho, sólo para cinéfilos, o a la escasa promoción que TVE ha dedicado a la cinta de Bong Joon-ho, pese a los malos momentos que atraviesa la cadena pública en lo que a audiencias se refiere y la preocupación que ha mostrado por el asunto el nuevo presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero:
La protagonista de Parásitos es una familia pobre. Es, según The Conversation, “una original parábola sobre la la lucha de clases” que “más allá de sus cualidades cinematográficas, que son muchas”, oculta un mensaje en su guión: “La brecha social entre la opulencia y la miseria. Al ir extinguiéndose la clase media, los contrastes tienen lugar entre gente harto adinerada y otra con recursos muy limitados”.
Consiguió recaudar 128 millones de dólares en taquilla a nivel mundial, a pesar de ser una cinta pequeña y enmarcada dentro del cine independiente, que tuvo un presupuesto de producción de 11,5 millones.
Su mezcla de drama, suspense y humor negro del año hizo que el elogio de la crítica fuese casi unánime, mientras que el voto del jurado del Festival de Cannes —donde se estrenó— fue unánime sin ese ‘casi’, y se convirtió en la primera película de Corea del Sur en obtener la Palma de Oro.