'Parásitos': cómo una película coreana independiente se ha convertido en un éxito global
La cinta ha ganado el Oscar a Mejor película y ha sido un éxito de taquilla en todo el mundo.
Una película coreana de más de dos horas con una familia pobre como protagonista quizás no sea lo que asociamos como éxito de taquilla o revolución en Hollywood. En el caso de Parásitos, lo es.
La película de Bong Joon-Ho ha hecho historia: es la primera cinta de habla no inglesa en ganar el Oscar a Mejor película. Antes lo habían intentado en vano otras diez candidatas. Y ahí no queda todo. La producción se ha llevado otras tres estatuillas: Mejor dirección, Mejor guión original y Mejor película internacional, dejando con las manos vacías a Dolor y gloria.
Parásitos ya había ganado la Palma de Oro en el Festival de Cannes, el BAFTA y el Globo de Oro a la Mejor película internacional, además de conseguir ser la primera cinta de habla no inglesa en llevarse el premio al Mejor elenco en los SAG, el más importante de los galardones que entrega el gremio de actores. Un efecto bola de nieve que nadie se imaginaba. Ni siquiera su director, que no tenía muchas esperanzas para los Oscar porque, según él, “premian al mercado local”.
Si a todos estos reconocimientos sumamos los 150 millones de dólares que ha conseguido recaudar en taquilla alrededor del mundo, nos plantamos ante un fenómeno global que ha volado la cabeza tanto a espectadores como a críticos. Nadie se queda indiferente después de salir del cine. La cifra puede que no parezca tan espectacular si la comparamos con taquillazos como Joker (unos 1.000 millones de dólares), pero si la ponemos en contexto, es todo un éxito.
Aunque haya conseguido llegar a los Oscar, Parásitos no deja de ser una cinta pequeña, con un presupuesto de 11,5 millones de dólares. En España se estrenó con menos de 100 copias y cerró 2019 como la película independiente más exitosa del año. Más de tres meses después de estrenarse (el 25 de octubre de 2019) se mantiene en salas y sigue sumando espectadores.
El poder de una historia bien contada
Detrás de su éxito no hay ninguna fórmula mágica, pero sí una película con un brillante guión original capaz de condensar drama, comedia negra, crítica social o thriller en dos horas. Por mucho que la trama se desarrolle en Seúl, la historia resuena allí, en Madrid o en Los Angeles. Una familia con todos sus miembros en desempleo traza un rocambolesco plan para trabajar en casa de otra familia rica.
En Parásitos no hay ni buenos ni malos. Cada familia vive de la única forma que sabe hacerlo y como le han enseñado sus circunstancias: a unos la desesperación les lleva a provocar una reacción alérgica para conseguir un puesto de trabajo, mientras que la máxima preocupación de otros son los aperitivos para la fiesta de cumpleaños del pequeño de la familia. Con su cámara, Bong Joon-ho juega con diferentes planos y alturas para hacer todavía más patente la desigualdad de clases.
El director lanza pequeñas ideas para invitar al espectador a reflexionar sin dárselo todo masticado. Ahí están las alusiones al olor o la tormenta eléctrica que asuela la ciudad durante varias escenas. Para los de arriba es una bendición porque ayuda a aligerar la contaminación, mientras los de abajo duermen en un polideportivo porque se han quedado sin casas. Critica al sistema sin juzgar a los que salen bien parados.
Y si el guión es bueno, la forma de plasmarlo en pantalla también. Joon-ho domina los tiempos sin despeinarse cambiando de ritmo y llevando al espectador de la carcajada al sobresalto y del sobresalto a la reflexión. La cinta es un soplo de aire fresco en una industria —especialmente si no se sale de Hollywood— plagada de remakes y biopics. Y su historia, además, trasciende más allá de la sala de cine.
Prácticamente nadie dice nada malo de Parásitos, ni la prensa ni el público, algo que ha podido beneficiarla si tenemos en cuenta el sistema de votación preferencial de la Academia de Hollywood. Y aunque el Oscar ha sido la guinda del pastel para la película, Parásitos ya había ganado. Ahora, además, ha hecho historia.