Palíndromos, la simetría del lenguaje
A las palabras que se leen igual de derecha a izquierda que de derecha a izquierda se las conoce como palíndromos.
El juego es una parte fundamental del homo sapiens, se juega en todos los rincones del planeta y todas las culturas han tenido sus propios juegos.
Parece ser que fue Sótades, un poeta de la Antigua Grecia –que vivió allá por el siglo III a. de C.– el primero en inventarse un juego lingüístico que consistía en buscar la simetría de las palabras y de las frases.
A las palabras que se leen igual de derecha a izquierda que de derecha a izquierda, esas pequeñas obras de artesanía, se las conoce como palíndromos. Un vocablo que procede del griego palin dromen, volver a ir atrás.
Entre las ruinas de Pompeya, adosado a un muro, los arqueólogos encontraron un texto palindrómico datado mucho antes de la erupción del Vesubio (79): “SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS”.
La traducción no es nada sencilla, vendría a ser algo así: “Arepo, el sembrador, mantiene con destreza las ruedas”. Una curiosa sucesión que seguramente más de uno habrá reconocido, porque forma parte de la trama de la película Tenet –que también es palíndroma– de Christopher Nolan.
El palíndromo más famoso del mundo
En español tenemos algunos ejemplos muy conocidos: amo la paloma, Ana lava lana, oír a Darío, arriba la birra, somos o no somos… El palíndromo más largo, aceptado por la Real Academia Española, es “reconocer”.
Hay palíndromos allí donde menos nos lo imaginamos, solo es cuestión de buscarlos. Los tenemos desde apellidos –como Menem– hasta nombres artísticos, como el de Sara Baras, la famosa bailarina y coreógrafa flamenca.
Los ingleses, que ya sabemos cómo son, se atribuyen el primer palíndromo de la historia: “Madam, I´m Adám”. La frase con la que suponen que Adán rompió el hielo cuando conoció a la que iba a convertirse en su esposa. Pero también el segundo, la réplica de ella al verle: “Eve”.
Los norteamericanos tienen, el que posiblemente sea el palíndromo más famoso del mundo: “A Man, a Plan, a Canal: Panamá”. Pongamos cara al palíndromo. El hombre es el presidente Theodor Roosevelt, que encargó la construcción; el impulsor del proyecto es Ferdinand de Lesseps, el ingeniero, y, por último, el que dirigió la obra, haciendo posible el canal, es el coronel George Washington.
La longitud de los textos palíndrómicos va desde unas pequeñas palabras hasta monumentales párrafos. El escritor Georges Perec escribió un relato palindrómico de cinco mil letras, un texto, sin duda largo, pero que está muy a la zaga de la novela palíndrómica de Lawrence Levine, con 31.594 palabras.
Palíndromos musicales
Lo que quizás muchos no sepan es que El dueto del espejo en Sol mayor para dos violines es una composición musical palindrómica.
Parece ser su autoría se la debemos a Wolfang Amadeus Mozart, un compositor al que le encantaban los juegos. La pieza musical es una delicia, la ejecutan dos violinistas al unísono, enfrentados, mirándose las caras y con una sola partitura, situada entre ambos.
Uno de los músicos comienza por el primer compás, el otro por el último y cuando se encuentran a la mitad, cada uno acabará donde empezó el otro. Simplemente fantástico.
Aunque pueda parecer imposible los palíndromos no son del agrado de todo el mundo, es más, hay personas que les tienen fobia, un trastorno que también tiene su nombre científico, se llama aibofobia. ¿A qué no adivinan por qué?