Las razones que han llevado a Iglesias a dejar la Vicepresidencia
Las confesiones a los suyos sobre por qué ha dado este paso: de frenar a Vox al “cansancio de ser Pablo Iglesias”.
Está convencidísimo de lo que ha hecho, lo ha meditado, cree que es lo mejor para él y para su partido. Pablo Iglesias ha revolucionado la política española con su anuncio de abandonar el Gobierno de coalición y presentarse frente a Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas del próximo cuatro de mayo. Se quedan pequeñas las expresiones terremoto o tsunami. Una decisión que a muchos se les escapa, escrutada por lupa desde que se supo y que él guardó en secreto.
Pero, ¿por qué lo hace? ¿Qué tiene en la cabeza? ¿Qué hay más allá de sus palabras? ¿Es el momento ahora? ¿Cómo llegó a esa conclusión? Aquí te contamos las principales razones que llevaron a Iglesias a tomar la decisión, según confiesan varias personas de su entorno más cercano.
Sacrificar la Vicepresidencia para que no gobierne Vox. Pablo Iglesias creía que el panorama que se dibujaba de cara a las próximas elecciones no era el más favorable a la izquierda y que todo se encaminaba a un Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso junto a la ultraderecha, liderada en Madrid por Rocío Monasterio. En su cabeza tiene que la Comunidad es el principio, el laboratorio de una operación a extender por el resto de España.
Por eso, según su entorno, cree que merece la pena sacrificar personalmente la Vicepresidencia para frenar ese hipotético escenario. Sería “una cáncer y luego llegaría la metástasis”, indican en el núcleo duro sobre ese pacto de la derecha y la ultraderecha. Y es que no tienen duda los ‘morados’ de que el Partido Popular, a pesar del discurso de Casado en la moción de censura, está por la labor y materializará si puede acuerdos con los de Santiago Abascal. Madrid es el primer Rubicón. Y llegó también a la conclusión de que es imposible con la actual división placar a las derechas, por lo que intentará una lista conjunta con Más Madrid, a pesar de su cruento divorcio con Íñigo Errejón. Les ha propuesto primarias y está dispuesto a no ser el ‘número uno’ de la lista.
Asegurar el futuro de Podemos en Madrid. El partido nació en Madrid, es su cuna, el lugar en el que se creó a partir de la movilización del 15-M (que justo cumplirá diez años en dos meses). Pero Podemos había dejado de importar en la política autonómica, era el tercer partido por la izquierda (por detrás del PSOE y de Más Madrid). Por no hablar del ayuntamiento de la capital, donde no logró entrar la candidatura auspiciada por Iglesias hace dos años con Carlos Sánchez Mato.
Iglesias tenía el temor de que a Podemos le pasara como a IU en 2015, con Luis García Montero, como ‘número uno’, que no logró el 5% necesario y se quedó fuera de la Cámara autonómica. A partir de ahí se convirtió en pasado. Pues a los ‘morados’ les pasaba lo mismo ahora, había miedo a un batacazo (el fantasma frío de lo que sucedió en las últimas elecciones gallegas). Además, estaba sin candidato. Actualmente está en la Cámara de Vallecas Isa Serra, persona de la máxima confianza de Iglesias y portavoz nacional del partido, pero su situación judicial la comprometía para ser la ‘número uno’ y no tiene el tirón suficiente para superar, por ejemplo, a Mónica García (Más Madrid).
“Es una acto generoso de Pablo, se trata de salvar Madrid del fascismo y garantizar que el partido aquí tiene futuro”, aseguran en su entorno, que no para de repetir: “sacrificar a nivel personal la Vicepresidencia para frenar a la ultraderecha y consolidar” a UP.
El relevo de Yolanda Díaz: “Será la candidata en las generales y la líder de UP”. Iglesias, comentan los suyos, llevaba tiempo pensando en su sucesión. Creía que su tiempo al frente del partido se estaba agotando. Lleva siete años al frente, es el único líder que ha conocido Podemos. Había sido reelegido el año pasado con más del 92%, pero sólo participó el 11% de los inscritos.
Desde hacía tiempo venía diciendo que el liderazgo debía recaer en una mujer. Y ahora, como señalan personas de su entorno, ha aprovechado para hacer “natural” la transición con Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo y persona de su máxima confianza. En la carrera siempre estaba también la titular de Igualdad, Irene Montero, pero este movimiento ha colocado a Díaz como la líder in pectore.
Por el momento se tratará de un relevo en la Vicepresidencia Segunda (Sánchez ya ha dado su visto bueno), pero se extenderá también al partido, si ella y los inscritos quieren. El núcleo duro de Iglesias lo tiene claro: “Yolanda Díaz será la candidata a las generales y, si quiere, la líder de Unidas Podemos”. “Había que resolver el futuro de Podemos sin Pablo”, subrayan.
Discreción y sin filtraciones. La decisión, según ha podido saber El HuffPost, la tomó estos últimos días principalmente por las razones anteriores. Una cosa le obsesionaba: que no se conociera antes. Se lo contó a muy pocas personas el fin de semana y se distribuyó a la vez a la prensa el vídeo el lunes por la mañana.
A Sánchez se lo dijo por sorpresa la misma mañana del lunes por teléfono. El presidente se encontraba en Francia para protagonizar una cumbre bilateral con el francés Emmanuel Macron. No se lo olía, le pilló de primeras. Antes de publicarlo en redes también se lo contó a su equipo más cercano y a la propia Díaz (posteriormente se verían los dos a solas). Se trataba además de “poner patas arriba” la campaña en Madrid, comentan personas cercanas al todavía vicepresidente.
El Gobierno, encarrilado. Iglesias es un profesional de la estrategia política, no da un paso sin pensarlo, ni analizarlo. Decidió seguir adelante viendo la jugada “con distancia”, como señalan personas de su entorno. Los presupuestos generales están aprobados y la coalición puede funcionar a la perfección con Díaz en el puesto de vicepresidenta segunda, pensó. Incluso analizó que podía venir “bien” ese cambio, añade gente cercana. Él seguirá en su puesto hasta que empiece su campaña a finales de abril y quiere dejar encauzados algunos temas “clave” como la ley de vivienda. “El Gobierno está encarrilado”, señala otro dirigente de su máxima confianza.
El cansancio de ser Pablo Iglesias. En la decisión también ha tenido que ver la situación política y personal, ese cansancio, según su entorno. Era consciente, relatan los suyos, de que había tocado techo como vicepresidente y que ahora tenía más libertad de movimiento para dar este salto porque ya no se le puede pedir más. Considera que ha llevado ya a UP al Gobierno de España, algo que no se podían imaginar muchos hace apenas poco más de un año y que ha conseguido que haya ministros de Unidas Podemos, algo que Pedro Sánchez evitó a toda costa. No se marcha con dudas, lo hace convencido.