Pablo Iglesias e Irene Montero dejan sus vacaciones en Asturias tras recibir pintadas y presiones
Carreteras, redes sociales y locales del municipio se han poblado de ataques contra el vicepresidente y la ministra.
Pablo Iglesias e Irene Montero se han visto obligados a dejar la localidad de Lena (Asturias) donde se encontraban de vacaciones tras producirse pintadas y presiones en su contra.
Según recoge La Nueva España, el vicepresidente segundo y la ministra de Igualdad se han alojado estos días en la casa del diputado y secretario general del PCE, Enrique Santiago. Sin embargo, desde su llegada se generó polémica y la pareja ha sido víctima de insultos y comentarios despectivos en varios puntos del municipio.
Pintadas de “coletas rata” en una carretera cercana o mensajes difundiendo su ubicación para “pasar a saludarlo” se han hecho virales en las redes sociales.
Incluso, un restaurante en el que estuvieron Iglesias y Montero ha tenido que lanzar un comunicado en su página de Facebook ante las presiones sufridas por usuarios contrarios a la presencia de los dos políticos de Unidas Podemos.
La dueña de ‘Casa María’, el local situado en Felgueras (una parroquia perteneciente a Lena), ha tachado de “indignante” y “vergonzoso” lo ocurrido con la pareja, que “ni siquiera llegó a entrar al local vista toda la expectación mediática y popular que había fuera”. “No quisieron molestar”, ha reconocido.
En la nota de Facebook (“que se ha hecho muy famosa”, confiesa la dueña), el restaurante señalaba que “nuestro local sigue funcionando normalmente y sigue estando abierto para absolutamente todo el mundo” ante los “comentarios ofensivos vertidos sobre nuestro restaurante por la estancia de un político y su familia en nuestro pueblo”.
Más adelante, continúan con el deseo de “animar a todos y todas los que están intentando boicotear nuestro local,cesen en su empeño y vengan a comprobar por ellos mismos que nuestra cocina sigue abierta para todo aquel que quiera disfrutar de ella”. “En caso contrario,adoptaremos las medidas oportunas”, finaliza el restaurante.
En los últimos meses las críticas contra la pareja Iglesias-Montero se han recrudecido y han llegado a la puerta de su domicilio en Galapagar, donde se han concentrado manifestantes en un escrache a dos de los miembros del Ejecutivo.
La presión frente a la casa de ambos no es obra únicamente de ciudadanos anónimos. A finales de junio, la propia Irene Montero denunció a una concejal de Vox en la localidad madrileña, Cristina Gómez Carvajal, por coacciones y acoso diario. La representante del partido de Abascal, según la titular de Igualdad, no dejó de acudir al domicilio a diario durante el estado de alarma y aseguró que no iba a parar hasta que la ministra abandonase su domicilio particular.