Pablo Iglesias se va y así hablan de él políticos y expolíticos de varios partidos
Los políticos radiografían lo que ha supuesto el hasta ahora líder morado para España.
“No sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui. Hasta siempre”. Estas fueron las últimas palabras de Pablo Iglesias tras de anunciar que dimitía de todos sus cargos y que dejaba la política. Los malos resultados de las elecciones madrileñas del 4 de mayo, en los que el PP arrasó, habían precipitado su adiós siete años después de presentar Podemos.
Iglesias se marchaba reconociendo que su figura no contribuía “a sumar” sino que provocaba que se movilizase “lo peor de los que odian la democracia” por haberse convertido, afirmaba, “en un chivo expiatorio” para la derecha.
Hoy, días después de su marcha, políticos y expolíticos de todo signo hablan a El HuffPost sobre su trayectoria y el poso que deja con su adiós.
Uno de los primeros que coincidió con él fue Borja Sémper, exportavoz del PP vasco, con el que le vimos debatir en programas como LaSexta Noche.
El exdirigente vasco reconoce que Iglesias “supo recoger la indignación de una parte notable de la ciudadanía y, en cierto modo, obligar a reaccionar a los partidos tradicionales”.
Sin embargo, Sémper considera que Iglesias “introdujo en la política y en la opinión publicada una agresividad y un tono de enfrentamiento inaceptable”.
También desde las filas del PP habla sobre él Andrea Levy, delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, que recuerda que empezaron “con mal pie” con “aquel episodio en el Congreso con Miguel Vila”, del que Levy dijo que era atractivo, motivo por el que Iglesias ofreció su despacho para que ambos se conocieran.
“Me llamó para disculparse y se lo agradecí, no me lo esperaba”, explica.
“En lo personal, me ha parecido siempre alguien cordial y educado, incluso divertido”, afirma Levy, quien recuerda cuando coincidieron en el desfile del Orgullo del año 2017. “Tuvimos que esperar un rato juntos y me pareció de conversación muy afable”, rememora.
“Luego, en lo político, creo que le gusta más influir que gobernar”, indica Levy. “Independientemente de lo vehemente que es en la defensa de sus tesis, que no comparto, creo que ha interpuesto siempre sus sentimientos a la ambición política y eso ha sido su error, aunque también le honra”, agrega.
Pero si hay alguien que conoce a Pablo Iglesias ese es Juan Carlos Monedero. Con él fundó Podemos y con él sigue compartiendo día a día confidencias políticas.
Y tiene claro lo que ha supuesto Iglesias: “Ha cambiado la política española”. “Ha roto los controles de velocidad que se habían puesto durante la Transición”, afirma Monedero.
El politólogo cree que “cosas que antes estaban prohibidas, Podemos las ha autorizado”. “Entrar las fuerzas a la izquierda del PSOE en el Gobierno, criticar al rey, encarcelar a ministros corruptos, perseguir la corrupción del PP, hacer una moción de censura al PP, crear un nuevo bloque histórico con fuerzas catalanas y vascas, revertir las políticas de austeridad europeas, frenar la privatización de las pensiones, hacer un escudo social contra el criterio de las grandes empresas”, enumera.
Pero para Monedero, “lo más relevante” del paso de Iglesias por la política ha sido “arrumbar en el pasado el bipartidismo”. “El ADN de las élites españolas lo ha roto Unidas Podemos bajo la dirección de Iglesias: monarquía, bipartidismo, centralismo, catolicismo estatal y capitalismo. Por eso las élites no han odiado tanto a nadie desde tiempos de la Segunda República”, afirma.
Muy cercana a Iglesias también es la actual vicepresidenta tercera, ministra de Trabajo y la señalada por el propio exlíder de Podemos como futura cabeza de lista de la formación morada: Yolanda Díaz.
Con él siempre tuvo “una buena relación”. Se conocieron, de hecho, cuando Iglesias apenas tenía 14 años.
Desde entonces, han trabajado mucho juntos, pero por primera vez oficialmente fue en el impulso de Alternativa Galega de Esquerda. Y desde entonces, hasta ahora.
Díaz destaca de Iglesias “su gran legado en la historia política de este país” y admite que le “echará de menos”.
También trabajó con él Ramón Espinar, quien fuera senador de Podemos y secretario general del partido en Madrid hasta su dimisión en 2019.
Espinar cree que “estos días se va a dirimir si la figura de Iglesias sirve como un ejemplo de futuro para quien quiera ejercer en España la rebeldía contra el orden establecido o si funciona como un escarmiento de las élites para que nadie se vuelva a rebelar”.
“Creo que hay una operación en curso para que la salida de Iglesias sea un escarmiento e Iglesias salga mal parado de su aventura en política”, explica el exdirigente de Podemos.
Espinar, que reconoce las “muchas diferencias” que tiene con Iglesias, cree que “los que hemos sido parte de la trayectoria política de Pablo, tenemos que garantizar que se va bien”. Es decir, “que lo que va a quedar para la historia sea un ejemplo de que se pueden cambiar las cosas y que, con mucho esfuerzo, trabajo, sacrificio y talento es posible plantarle cara a los poderosos”.
Eso sí, Espinar considera que lo que no hay que “dejar hacer a Iglesias es ser quien defina el relato sobre lo que ha sido nuestra trayectoria política en estos siete años”. “Porque creo que su relato es de éxito y que la realidad es que la trayectoria de Podemos, hasta el momento, ha representado un fracaso”, afirma.
“Nosotros queríamos refundar un país, hacer una segunda Transición, cambiar España y nos hemos quedado a medio camino. Y no pasa nada”, dice Espinar, quien cree que “ahora lo que hay que hacer es explicarle a las siguientes generaciones, a través de un gran maestro que es el fracaso, qué es lo que nosotros hicimos mal para que ellos lo hagan mejor”.
Espinar considera que “no ayuda a eso contarles que la historia de Podemos es una historia de éxito”. “La historia de Podemos es una historia muy hermosa, de una gente que lo ha intentado y que ha cometido también muchos errores y ha terminado por no conseguir alcanzar sus objetivos”, asegura.
Otra dirigente política que ha coincidido con él en Podemos ha sido Mónica García, quien ha sido la gran vencedora de la izquierda en las elecciones madrileñas liderando a Más Madrid, llegando a superar al PSOE en número de votos.
“Pese a las diferencias que guardan nuestras formaciones, a mí me da pena, porque con él también se va un cachito de quienes participamos en aquel ciclo ilusionante que llevó el 15-M a las instituciones”, explica García.
La dirigente de Más Madrid cree que “es innegable que Pablo ha conseguido sorprender a todo el mundo y le honra dimitir sin que se le caigan los anillos”.
García desea a Iglesias “que a partir de ahora pueda descansar e iniciar nuevos proyectos que le hagan feliz”.
Y lanza la siguiente reflexión tras su marcha: “el nivel de acoso y destrucción que hay en la política que no deberíamos tolerar”.
Joan Baldoví, portavoz de Compromís en el Congreso, cree que “la aparición de Podemos y de Iglesias revolucionó todo el espacio político”. “Desde el primer día que entraron, ya vimos que el Congreso era otro Congreso”, asegura el diputado, en el Parlamento desde 2011.
Baldoví cree que con la llegada de Iglesias y de la formación morada “se abordaron temas que acababan estrellándose contra el muro de la mayoría absoluta”. “La ruptura del bipartidismo fue positiva porque permitió que se abordaran muchísimos temas”, asegura.
Sobre Iglesias, afirma que “como todos, es un personaje que tiene luces y tiene sombras”. “Me ha parecido que duraba poco en puestos de responsabilidad y al final ha sido así”, asevera.
Eso sí, como otros de los preguntados, considera que “la caza política personal mediática a la que ha sido sometido no se ha visto nunca en democracia”. “Es decir, es evidente que ha habido cosas más graves con los asesinatos de ETA, pero una vez que acabó ETA hace diez años, no habíamos visto nunca ese acoso personal a su figura y a su familia. Eso ha distorsionado mucho la política y la ha encanallado de manera irreversible”, considera Baldoví.
Sin embargo, el diputado de Compromís espera que la salida de Iglesias “sirva como mínimo para que la política española se apacigüe y que podamos hablar de tú a tú aunque tengamos posiciones diferentes”.
Otro político de izquierdas con el que Iglesias tiene grandes diferencias es Gaspar Llamazares, quien fuera coordinador federal de Izquierda Unida.
El actual líder de Actúa reconoce la “valentía” de Iglesias “en la decisión de dejarlo” porque “no es frecuente”.
Llamazares considera que Iglesias “llegó a lomos de una indignación justificada a renovar la política, que era necesario”, pero que “su estrategia populista ha polarizado en exceso la dialéctica política, en particular injustamente frente a la Transición y el sistema parlamentario”.
El exlíder de IU critica de Iglesias que olvidó “la participación democrática”, que fue “sustituida por el personalismo y la exclusión en el interior de Podemos”. Y lamenta que “los contenidos sociales y de regeneración democrática frente a la corrupción han ido mucho más lentos, interrumpidos por la pandemia”.
Llamazares cree que Iglesias “se va cuando cambia el ciclo que comenzó con la aparición de los nuevos partidos populistas, que si bien han supuesto un revulsivo, sin embargo no han logrado cambiar para bien la forma partido y tampoco la vida política”.
En los partidos nacionalistas e independentistas, claves en la estabilidad del Gobierno del que Iglesias ha formado parte como vicepresidente, también hablan de su figura.
“Desde los ojos de un republicano catalán, es una lástima que abandone la política”, dice Joan Tardà, exportavoz de ERC en el Congreso, quien considera que Iglesias “fue una persona que galvanizó un debate ideológico en el seno de la izquierda española”.
“Tuvo la inteligencia política, aunque tuvo que tragarse muchos sapos, de saber que había un bien superior a alcanzar con la conformación de un Gobierno de coalición para llevar al PSOE a posiciones dignamente sociales”, asegura.
Según Tardà, Iglesias “impidió que Calviño y todos los representantes de la corriente neoliberal del PSOE pudieran entrar en el Consejo de Ministros como si lo hicieran con un caballo de Pavía” y “ha demostrado que era capaz de intentar que en el sumidero de la política española no se perdiera el 15-M”.
Respecto a Cataluña, cree que “era además representante de un sector, desgraciadamente minoritario, de la izquierda actual que entiende la lucha por el derecho a la autodeterminación”.
Tardà cree que Iglesias “representaba un cierto bastión de lo que debería hacer ese exilio interior instalado en el republicanismo español”.
“Es una pérdida que la izquierda española no debería haber permitido. Se va a pagar, no hay tantos políticos de raza como Iglesias. Es una lástima, la izquierda española no va sobrada de líderes”, agrega.
Otro veterano del Congreso, Aitor Esteban, portavoz del PNV, cree “innegable que Pablo Iglesias ha sido un personaje político relevante en el último lustro”.
“Creó, junto a otras personas, un partido de la nada que en cinco años, y aunque con errores de bulto y algunas contradicciones, ha logrado formar parte de la primera coalición de Gobierno”, asegura Esteban.
El diputado nacionalista cree que “con su marcha está por ver si su partido aguanta como organización, ya que con la marcha de otros líderes, el partido tenía tintes muy personalistas”.
Esteban cree que todavía queda por “despejar” si “efectivamente, lo deja completamente en manos de otras personas, o si se mantiene en una segunda línea”.
Sobre su legado, el portavoz nacionalista vasco cree que “como otras figuras emergentes de la llamada nueva política, desde un cierto adanismo, apuntaba muy alto, a asaltar el cielo, como decía él”. “Al final el mundo te va colocando ante la realidad, que es más complicada de lo que parece”, concluye Esteban.
Aunque no coincidió con él como sí hizo Tardà en el Congreso, la portavoz del BNG, Ana Pontón, reconoce “desde las diferencias” que Iglesias ha sido “una persona que ha tenido un papel relevante en la política en estos años, donde ha aportado ideas y debates importantes ante un bipartidismo heredero del régimen del 78″.
Para Pontón, Iglesias “supo leer el malestar social que estaba detrás del 15-M y logró capitalizarlo en términos políticos”.
“Me parece evidente que, más allá de sus errores, ha sufrido una agresiva campaña de desprestigio y de acoso en los últimos tiempos sin precedentes e intolerable”, añade la portavoz nacionalista.
Aun así, Pontón cree que Iglesias “se equivocó” en Galicia “queriendo afianzar ese espacio confrontando con el nacionalismo emancipador que representamos una vía democrática frente al statu quo del Estado español”.
Sobre su salida, Pontón cree que abre un debate en el seno de la izquierda española. “La izquierda, cuando gobierna, o hace políticas de izquierda o gana la derecha”, afirma. Además, pide que se abra “un debate en serio sobre la plurinacionalidad” y “el derecho a decidir frente a las visiones ultraespañolistas y centralistas que se afianzan en una derecha cada vez más extrema”.