Casado fracasa en su intento de liderar socialmente el rechazo a los indultos
Los empresarios y obispos le dan la espalda, Colón y las firmas han pinchado y Aznar bendice más fuerte a Ayuso. .
En Génova 13 la apuesta era clara: subirse a la ola de los indultos y deteriorar al máximo a Pedro Sánchez. Ese era el plan de Pablo Casado cuando a principios de mes se empezó a intuir que la medida de gracia era inminente. Las encuestas reflejaban un gran rechazo por parte de la población a esa excarcelación y un desgaste acuciante del Gobierno de coalición. A la calle, a buscar votos, a subirse a la ola de Isabel Díaz Ayuso pensando en las próximas generales.
Todos en el Gobierno y en la oposición saben que empieza ahora otra legislatura, con la pandemia ya remitiendo, con el plan de vacunación viento en popa y con la llegada de los fondos europeos. El presidente del PP leyó tras las elecciones en Madrid que también cambiaba el ciclo político y que tiene posibilidades reales de ganar en 2023.
En lo indultos vio un filón a explotar: un tema impopular, que servía para asociar a Sánchez con el separatismo y con una fuerte pulsión emocional. Pero el tiro no le ha salido demasiado bien. Lo tenía todo a su favor, pero se ha encontrado con que no ha tenido tirón y no ha capitalizado ese malestar por la medida de gracia que apuntan algunas encuestas.
Durante estos días ha comprobado varias cosas, pero especialmente una le ha dolido y enfadado: la actitud de empresarios y obispos de rebajar la tensión en Cataluña gracias a los indultos. Esto provocó un shock en Génova 13: la Iglesia y el poder económico dando la espalda a sus tesis y allanando el camino. Esto le ha restado fuerza a su durísima labor de oposición (“furibunda”, le recriminan desde La Moncloa).
Casado no oculta ni en público ni en privado ese malestar. En conversaciones sin micrófonos con otros dirigentes y periodistas critica, según fuentes populares, que la política haya derivado en actos como el del Liceu y en una cosa de “apoyos de asociaciones”. Echa en falta que el debate ya no se centre en el Parlamento y le echa la culpa de todo al “espectáculo de Iván Redondo”. Por eso, dice, que se negó a firmar en su día unos nuevos pactos de La Moncloa y que abogó por el Congreso como escenario de la política. “La política no puede ser un acto en el que acabe tocando el piano James Rhodes”, lamentan desde Génova 13. Se desahogan en el PP: ”¿Ahora lo que importa es lo que diga la asociación de esquí náutico?”
El líder del PP ya notó que no había tanta agua en la piscina durante la manifestación de Colón. Él mismo se negó a estar en el escenario con los organizadores y apenas se quedó en una calle adyacente. En ese par de horas que estuvo, además, comprobó el tirón que tiene su compañera Isabel Díaz Ayuso, a la que le gritaban “presidenta” y aplaudían. Cuando pasaba esto, un grupo de jóvenes intentaba contrarrestar con un “oa, oa, Casado a La Moncloa”. Esta concentración tuvo unos 25.000 participantes, según la Delegación del Gobierno, lo que supone casi la mitad de la anterior foto de Colón.
Entre algunos cargos del Partido Popular se extiende también la preocupación por la extraña relación de los empresarios, llegando incluso algunos catalanes a decirle delante durante las jornadas del Círculo de Economía a Casado que había que facilitar los indultos. La Moncloa ha cuidado especialmente este flanco, más proclive al PP, a través de figuras como Nadia Calviño y los líderes del PSC. Ese enfado del popular se verbalizó en sus palabras llamando “cómplices” de Sánchez a aquellos que “desde la sociedad civil intentan decir que esta medida va dirigida al reencuentro, la concordia y la convivencia”.
Todos los caminos en el PP actual llevan también al ‘padre’ José María Aznar. El expresidente animaba recientemente a los populares a “apuntar y no olvidar” (cual El Padrino) los nombres de esos empresarios y obispos. Quedará también en la retina de estos días la pregunta a Casado en Bruselas sobre cómo defendía los indultos de Aznar a Terra Lliure, sin contestación coherente con lo que dicen ahora. Asimismo, el expresidente le ha puesto la alfombra roja a Ayuso: la figura política “más relevante”.
La sensación entre muchos populares es que a Casado le queda una oportunidad (tras dos derrotas en las generales) y que la presidenta de Madrid es ya el recambio preparado en caso de derrota. Muchos reconocen que él no tiene el tirón de la de Chamberí. Desde el entorno del líder del PP se rechaza esta falta de liderazgo social con los indultos y aducen: “Si hoy se celebraran generales, Casado sería presidente del Gobierno. Nos reafirmamos en la defensa de la Constitución y la igualdad de todos los españoles”.
En Génova 13 insisten en encuestas recientes que señalan al PP como ganador, como la publicada por La Razón esta semana que refleja que el Partido Popular tendría mayoría absoluta junto a Vox. “Pese a la propaganda de Moncloa, el 73% de los españoles sigue rechazando los indultos, según una encuesta de SocioMétrica que acaba de publicar El Español. Esta encuesta se suma a otras publicadas, que destacan que la gran mayoría de españoles está en contra de esta medida contraria a los informes del Supremo y la Fiscalía”, insisten desde la dirección del Partido Popular.
En lo que ha fracasado el Partido Popular también durante estos días es en la campaña de firmas, en la que han recogido más de 500.000 por el momento, muy lejos de los cuatro millones de rúbricas que logró Mariano Rajoy en 2006 contra el Estatut de Cataluña. Esto también hace evidenciar ese liderazgo social en la calle que quería transmitir Pablo Casado, no hay fotos de grandes colas junto a él para estampar el ‘no’.
Además, el PP se ha llevado otro revés estos días al rechazar el Congreso su propuesta de censurar los indultos (con 190 diputados, el 55% de la Cámara Baja, dando su visto bueno a la medida de gracia).
Tampoco han conseguido los populares esa implicación (en gestos) de la casa real contra los indultos. Isabel Díaz Ayuso incluso planteó la posibilidad de que el rey no firmara ese decreto, algo que sí hizo, como marca la Constitución, Felipe VI (que además ha incrementado su presencia en Cataluña estos días, ha cenado junto a Pere Aragonès y se ha encontrado con pocas protestas).
Ahora Casado se encuentra con la presión tanto de Vox como de Cs para presentar una moción de censura contra Sánchez, pero en Génova 13 son reacios a esta opción: “Los números no dan”, repiten sus dirigentes. De lo que no hablan es de la declaración de Cospedal ante el juez por el caso Kitchen, en la que ha admitido que tuvo encuentros en Génova con el excomisario Villarejo. Silencio oficial entre la dirección actual del Partido Popular.
Casado no ha conseguido ser el líder de masas que esperaba gracias a los indultos, pero confía lograrlo en las urnas dentro de dos años. Esta media legislatura llega trepidante.