Pablo Casado, un líder a la fuga ante Ayuso
Ni uno de los altos cargos del PP ha transitado para charlar, cotillear, filtrar, informar o intoxicar a los periodistas en el primer día de pasillos en el Congreso.
Primer día de pasillos en el Congreso después de casi dos años de pandemia. Ni uno de los altos cargos del Partido Popular (PP) de Pablo Casado ha transitado para charlar, cotillear, filtrar, informar o intoxicar a los periodistas. Algo insólito en esta vuelta dosificada a la normalidad. El PP ocupa normalmente el fondo del ancho pasillo por el que se accede al hemiciclo, donde hoy los bustos de Cánovas y Práxedes Mateo Sagasta han estado solitarios. “Saben que Génova tiene la batalla perdida con Ayuso. La guerra se acabará pronto porque no hay argumentos para oponerse a que la presidenta de la Comunidad sea la líder del partido en Madrid, lo tiene ganado de antemano”, argumenta un veterano popular.
Iván Espinosa de los Monteros y Santiago Abascal sí que se han dejado ver, como el exdiputado del PP y ahora de Vox, Ignacio Gil Lázaro. Los líderes del PP “no tienen acabado el argumentario para responder a la ofensiva del entorno de Ayuso y se han escapado por las escaleras internas de la Cámara”, explica otro diputado. Se han dado a la fuga acabadas las preguntas importantes de la primera sesión de control del otoño.
Únicamente algún diputado despistado, como Juan Diego Rupérez, de Jaén, sonreía cuando le preguntaban si ya le había invitado Esperanza Aguirre a la fiesta de Nuevas Generaciones en apoyo de Isabel Díaz Ayuso. “Pero si tengo 40 años. Y no hablo del tema porque no lo he seguido”. O un experimentado diputado de Levante, que prefiere guardar el anonimato y está asombrado de que Ayuso “haya abierto el asunto ahora, cuando nuestro presidente necesita centrarse en la gestión. En Valencia hubo gestora, sabemos muy bien lo que es abrir un melón antes de tiempo. Es una tontería lo que están haciendo”. Aguirre, Miguel Ángel Rodríguez, Cayetana Álvarez de Toledo e Isabel Díaz Ayuso se han hecho hoy hueco entre las eléctricas y la Mesa de Diálogo de Cataluña.
A nadie le cabe duda de que la presidenta logrará su objetivo en Madrid, aunque lo que se debatía entre bambalinas es el futuro salto al liderazgo nacional, después de que en verano algunos hayan constatado que fuera de la capital hay mucho fan de Ayuso. “Una cosa son fans y otra votantes, aunque es cierto que ha sido tema de conversación en muchas cenas y encuentros estivales y el apoyo a Ayuso era sorprendentemente mayoritario. Que eso se traduzca en apoyo en las urnas, es otra cuestión”, apunta una diputada popular.
En Génova temen a Miguel Ángel Rodríguez porque “tiene mucha escuela y sabe lo que hace en todo momento”, comenta sonriendo una ex dirigente del partido que añade: “Hay urgencia por controlar un bastión tan estratégico como Madrid. Se trata de colocar a los suyos en cada pueblo y asegurarse que en las próximas listas Génova no va a imponer a nadie”.
Todavía queda gente con memoria histórica en el partido que recuerda el caso Hernández Mancha. “Puede parecer que Ayuso no tiene apoyos internos suficientes pero lo mismo sucedió con Hernández Mancha. De la noche a la mañana pasó de no tener a nadie a su lado a tenerlos a todos. Cuando Fraga dimitió en 1986, porque consideraba que había tocado techo, su sucesor natural era Herrero de Miñón -maquiavélico, cultísimo y padre de la Constitución-, pero contra todo pronóstico apareció un tal Hernández Mancha que le derrotó. Era gracioso y popular” recuerda una señoría aún en activo.
Un caso muy similar al del propio Casado, al que nadie tomó en serio cuando presentó su candidatura frente a dos poderosas mujeres como Soraya Sáenz de Santamaría y Mª Dolores de Cospedal. Por eso internamente, en el PP no resulta tan extraña la posibilidad de que el entorno de Ayuso se esté preparando para jugar en la liga nacional.
Hay quienes deslizan que entre los planes del jefe de gabinete de Ayuso está lograr que sea candidata no solo del PP sino también de Vox en las próximas elecciones, y para eso tiene que tener libertad para negociar sin injerencias de la dirección nacional.
Pero las bambalinas encierran mucho más.
El perfil de “niñatos” -palabra de Esperanza Aguirre- que dan algunos de los directivos del PP actual, se agranda cuando se filtra que quien está peleando y dispuesto a hacer frente a Miguel Ángel Rodríguez -el hombre que se ha redimido de la oscuridad a fuerza de fabricar a Ayuso- es, ni más ni menos, que Teodoro García Egea. Con acierto o sin él, no hay nadie que en ese enfrentamiento apueste por Egea, el lanzador de huesos de aceituna. Tiene difícil atinar en el ojo a Rodríguez. Va a ser apasionante.