Dónde va Casado
El líder del PP pierde el apoyo de sus ‘padrinos’ y desconcierta dentro de la formación y al Gobierno con su estrategia.
“El PP no está en su mejor momento”. Se lo dice José María Aznar a Jordi Évole en una larga entrevista. Lo confiesa el gran hombre del Partido Popular y el principal padrino de Pablo Casado. No hay capotes para el pupilo, no hay una defensa cerrada, no hay palabras cariñosas y de ánimo para el actual presidente del partido. Su cara lo dice todo.
El PP vive unos días de confusión, de sensación de desorientación. Muchos no consiguen entender el rumbo de Casado. Y mucho menos desde la debacle de las elecciones catalanas del pasado 14-F, donde cayó como una pesada losada el sorpasso de Vox a los populares en el Parlament.
Casado diseñó un plan esa noche, que no termina de gustar ni a muchos barones ni a sectores con mucho peso del partido. Por los dos lados, tanto para los más centristas como para los más extremos. La pregunta que se hacen muchos es a qué juega Casado. ¿Qué quiere hacer realmente? Por la noche reivindica el centro y por el día se levanta dando ‘palos’ a lo Vox en el Congreso a Sánchez. A una hora se presenta como la alternativa de Estado, da a entender que habrá pacto con el Gobierno para los órganos constitucionales, abraza el estilo Merkel… y al rato dinamita un gran acuerdo sobre el Poder Judicial. El proclamado giro al centro nunca termina de materializarse y la vuelta a la derecha más dura se descafeina al final.
Sus grandes apoyos áulicos en las primarias y al principio de su época en Génova 13 se desvanecen. Aznar ya no lo defiende y Esperanza Aguirre era muy clara hace unos días en TVE: “Tenemos que reflexionar, este giro al centro no nos ha permitido coger ni uno solo de los 30 escaños que ha perdido Cs. Es más, nosotros hemos perdido uno”. Sin olvidar los dardos de Cayetana Álvarez de Toledo: “Pablo Casado ha depositado las esperanzas que había depositadas en él”.
En la dirección de Casado siguen sosteniendo que se mantiene el rumbo, según fuentes de Génova 13, y la hoja de ruta marcada en el discurso durante la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez y que se reivindica el centro político. Destacan en el entorno del líder que las encuestas les dan empate técnico con el PSOE, se preparan para la gran convención de otoño y para intentar olvidar el pasado con la venta de la sede. Quieren durante este tiempo llevar a cabo también una renovación territorial y Teodoro García Egea dice a los suyos de puertas para adentro: “Tenemos que hacer partido, partido y partido. Contar con los mejores y abrirnos a la sociedad civil. Esa es nuestra misión”.
La gran obsesión ahora es que la derecha no vaya con tres papeletas a las siguientes elecciones. En la dirección ya han comprobado que Vox no tiene ninguna intención en integrarse con los ‘populares’, por lo que el objetivo es ir absorbiendo poco a poco a Cs e ir captando a sus dirigentes.
A pesar de las críticas, Casado tiene el apoyo de su núcleo más duro y tampoco piensa que los barones vayan a atacarle ahora, a pesar de que algunos se quedaron muy desconcertados con la decisión de vender Génova al entender que era darle razón a los partidos que dicen que era el símbolo de la corrupción. Un parlamentario de confianza del líder del PP lo expresa así: “Yo estoy feliz con que aguantemos con el proyecto centrista, creo que es el camino. Y que no demos volantazos cada vez que ocurre algo. Y a medio plazo, cuando baje tanta indignación por la situación, nos irá bien”.
Sobre las palabras de Aznar, el PP señalaba este lunes que Casado está trabajando para la reunificación del centroderecha y que su idea es lograr un partido de “puerta ancha” que se convierta en la “alternativa sensata y moderada” frente al ‘sanchismo’.
“Veo la mayoría de entrevistas que hace y me quedo con una idea, que por supuesto el PP trabaja con nuestro presidente al frente para la reunificación del centroderecha”, afirmaba el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos.
Sobre las palabras de Aznar, también se ha pronunciado el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Javier Maroto, que ha asegurado este martes que el PP es ”útil a los españoles cuando aglutina todo lo que está a la derecha del PSOE” y ha recalcado que ante las próximas elecciones deben trasladar a los ciudadanos de forma “humilde” el mensaje de que solo el partido que preside Pablo Casado tiene la “llave” para poder echar a Pedro Sánchez del Palacio de la Moncloa.
“No hay maletar en Génova”, ha querido incidir también el alcalde de Madrid y portavoz nacional del partido, José Luis Martínez-Almeida.
Esa llamada al centro y el tiempo que se abre sin elecciones durante dos años hicieron pensar al Gobierno que Casado sí se abriría ahora a renovar los órganos constitucionales. Estuvo “a punto” de cerrarse el miércoles por la noche, reconocen fuentes de la negociación, pero al final sólo se pactó la nueva cúpula de RTVE. Las negociaciones iban bien entre Félix Bolaños y Teodoro García Egea, pero al final no se pudieron superar los “escollos” y Génova se negó a aceptar a los jueces Ricardo de Prada y Victoria Rosell, en la órbita de Unidas Podemos.
Los socialistas siguen insistiendo en que ellos no han vetado ninguno de los nombres que propuso el PP y que han sido los populares los que han querido hacer volar el acuerdo. La interpretación que hace Ferraz es que Casado tiene miedo todavía a Vox y que le asustó ese momento en el Congreso de los diputados de la ultraderecha coreando “que se besen, que se besen”. Por lo tanto, entienden en el PSOE que le toca al PP moverse si quiere el acuerdo próximamente.
En estas aguas revueltas no tiene tampoco Casado muy contentos a los ‘marianistas’ y ‘sorayistas’, que ahora ven cómo el nuevo líder vende centrismo cuando en las primarias prometió precisamente un giro a la derecha. Además, consideran que no se está defendiendo justamente al expresidente Rajoy frente a las acusaciones de Luis Bárcenas y les repatearon las declaraciones sobre el 1-O.
El calendario judicial será trepidante para el PP, que espera con nervios la reanudación durante la próxima semana del juicio de la caja B, con la inminente declaración de Luis Bárcenas (que ya ha trasladado su intención de tirar de la manta). Aunque en público dicen los populares que no tienen miedo, en privado hay muchas dudas y no se descarta que el extesorero trate de implicar a cargos que siguen en el partido. Entonces ya no valdría la excusa de que es algo del pasado. Y es que también vendrán Púnica, Lezo, Villarejo, Taula… ¿Dónde va Casado?