El abismo entre Sánchez y Casado se agranda: "Dos no se ponen de acuerdo si uno no quiere"

Los cánticos de sirena de posibles acuerdos entre el PSOE y el PP de las últimas horas se han evaporado en apenas cinco minutos. Y nada y nada menos que de la boca de sus dos líderes, Pedro Sánchez y Pablo Casado, durante su ‘cara a cara’ en el Congreso.

Y desde el primer segundo se ha visto el abismo que separa a ambos dirigentes. Casado disparaba fuerte desde que se acercaba al micrófono de su escaño: “Dice Felipe González que su Gobierno se parece al camarote de los hermanos Marx. Quizá por eso sus socios quieren humillarle investigándole aquí en esta Cámara. Ya le adelanto que me opondré por el respeto que yo sí le tengo”.

Más artillería de Casao seguía que ahonda ese precipicio entre los dos: “Pero fíjese a quién le debe la Presidencia. Por un lado a Iglesias, que decía que había que abrir un proceso constituyente para abrir el candado del 78. Por otro, a Junqueras, que desde la cárcel le vuelve a hacerse sentar en una mesa por la autodeterminación. Y para su vergüenza también a Otegi, que mientras justifica el terrorismo pacta con usted el futuro de los trabajadores”.

De la “gestión radial” al “dos no se pelean si uno no quiere”

″¿Cree usted que su gestión radical ha abierto una crisis constituyente como decía el señor Juan Carlos Campo?”, le ha preguntado/denunciado Casado. “Yo que pensaba que venía a tender la mano al Gobierno para acuerdos, señor Casado, y nos encontramos con lo mismo de siempre”, ha tirado de ironía el jefe del Ejecutivo en su primera intervención.

Sánchez ha aprovechado para defender la gestión del Gobierno y de todas las instituciones, además de agentes sociales, empresarios y ciudadanos. “Hemos logrado muchas cosas durante estos meses”, ha resaltado el presidente, que ha insistido en la idea de que el confinamiento ha servido para salvar 450.000 vidas.

Además, ha querido hacer público en ese momento que el homenaje a las víctimas del Covid y a los servidores públicos se celebrará el próximo 16 de julio, bajo la presidencia del rey y con la asistencia de las más altas autoridades de la Unión Europea.

Pero ni ese anuncio ha calmado la marejada política. Y Casado se ha sumergido en su segundo turno de palabra: “Señor Sánchez, no le preguntaba por eso. Y son 43.000 víctimas, en cualquier caso”. “Nadie duda en todo el mundo que su gestión ha sido un fracaso”, ha apostillado el líder conservador. Por eso, ha agregado, “tenemos las peores cifras de fallecidos y de contagiados”. A su juicio, “las comparaciones son odiosas” y en Italia el primer ministro comparece ante los juzgados por el coronavirus y en Francia la Fiscalía actúa de oficio contra el Gobierno.

No se ha quedado ahí Casado: ”¿Usted qué hace? Critica a los jueces, pone de fiscal a una comisaria política, oculta 16.000 víctimas, purga a los responsables policiales que piden más medios y mascarillas”. Travelling a la bancada azul: Sánchez niega sentado con la cabeza. En ese momento, el popular ha dicho que, “a pesar de todo”, lleva semanas pidiendo pactos, lo que ha provocado murmullos en los escaños socialistas. Detrás de Casado, su fiel escudero, Teodoro García Egea, lo apoya y defiende con gestos de afirmación.

“La crispación que vende su propaganda no es más que el eco del no es no”, ha advertido Casado, que le ha echado en cara al presidente: “La confrontación que denuncia lleva la huella de su cordón sanitario y la división que nos imputa es la sombra de su propio Gobierno”. Otro dardo: “Los únicos antipatriotas que hay aquí son los socios que le hicieron presidente”. “No busque falsos culpables, el único responsable es usted”, ha rematado el ‘popular’ ante el grito de “muy bien” de alguno de sus parlamentarios.

¿Cómo ha salido el presidente ante estas acusaciones? “Dos no se pelean si uno no quiere”, ha respondido, para decir acto seguido: “No voy a entrar en ninguna de las provocaciones”. “Dos tampoco se ponen de acuerdo si uno no quiere”, ha subrayado al hilo Sánchez.

Y ha rescatado una frase de la semana pasada: “Si usted quiere unida, aquí está el Gobierno. Si quiere la bronca, ahí tiene a la ultraderecha”. Fin del ‘cara a cara’. Los pactos no son cosa del Congreso.