El otro árbol genealógico de Isabel II: sus amados corgis
La reina siempre mostró un gran cariño por sus perros.
La muerte de Isabel II conmocionó este jueves al mundo entero. Su figura pasará a la historia por muchos motivos. No solo por ser la monarca que más tiempo ha estado bajo la corona, sino también por todo lo que aportó a su nación. En los momentos buenos y en aquellos más oscuros, la reina siempre estuvo al frente.
Los que la conocían hablan de ella como una persona comprometida con los ciudadanos y con gran sentido del humor. De ella se sabe casi todo, incluido, por supuesto, que fue una gran amante de los perros, especialmente, de sus corgis. Esta es una de las razas más antiguas de Gran Bretaña, de pequeño tamaño y utilizados habitualmente para el pastoreo.
Durante su vida, Isabel siempre dedicó tiempo a cuidar y mantener estos animales, hasta tal punto que Diana de Gales llegó a referirse a ellos como “alfombras andantes”.
No se sabe con exactitud la cantidad de perros de esta raza que tuvo, aunque se calcula que fue dueña de más de 30. El primero de ellos fue Susan, un cachorro que le regaló su padre al cumplir los 18 años. Fue un amor a primera vista. Tal es el cariño que sentía por su perra, que llegó a llevársela de luna de miel cuando contrajo matrimonio con Felipe de Edimburgo, con apenas 21 años.
De esta forma, Susan es el corgi del que nace un extenso árbol genealógico que ha acompañado a la familia real británica durante generaciones. No solo eran consideradas mascotas muy queridas por la Reina, sino la sentía como una conexión directa con su padre. Muchos de ellos recibieron nombres de bebidas alcohólicas o dulces, lo que destaca la alegría y sentido del humor de su majestad. Sin ir más lejos, los cachorros de Susan se llamarón Sugar y Honey.
En el esquema distribuido por la BBC, se comprueba el extenso linaje de estos animales hasta el últimos de ellos, Willow, que falleció el pasado 2018.
Aunque este no fue el último corgi que tuvo la reina. Vulcan, que murió hace dos años fue la última mascota corgi (no perteneciente a la dinastia de Susan), que acompañó a Isabel II.
En la imagen, los perros destacados dentro de un cuadrado corresponden con los perros de raza dorgi. Se dice que esta raza, surgió después de una relación ilícita entre Tiny, un corgi de Isabel, y Pipkin, el perro salchicha de su hermana Margarita.
¿Qué pasará con los perros de Isabel, tras su muerte?
En 2018, después de la muerte de Willow, el último corgi de linaje “real”, la reina decidió dejar de criar estos animales. En sus últimos años, contó con la compañía de una perrita llamada Candy, una dorgi, regalo de uno de sus hijos, una cocker spaniel inglesa, llamada Lissy, a la que adoptó a principios de este año, y dos corgis, regalos del príncipe Andrés: Muick y Sandy.
Parece ser que serán sus hijos los que se harán cargo de los perros, pese a que Carlos y Camilla se convirtieron en dueños de dos jack terrier hace relativamente poco. Por su parte, Guillermo y Kate Middleton ya poseen un cocker spaniel, Orla. Otros miembros de la familia real también han acogido a los perros.