Ocho secretos ocultos del Congreso: desde un ascensor de 1877 a una puerta de fuga
Curiosidades más allá de la anécdota de los (auténticos) leones del Parlamento.
Desde que el Palacio del Congreso de los Diputados fuera inaugurado en 1850 por la reina Isabel II hasta la actualidad, el complejo parlamentario ha ido creciendo hasta albergar siete edificios que ocupan una superficie de 88.691,45 metros cuadrados y que encierra decenas de secretos y curiosidades.
Algunos de estos secretos ocultos son el llamado ascensor de la reina María Cristina, uno de los primeros que se instalaron en Madrid, o la puerta oculta en el vestíbulo principal de Isabel II, que comunicaba con unos túneles que bien podrían haber servido como vía de escape hacia la Puerta del Sol o el Ateneo de Madrid.
Y es que historia del Congreso se remonta a 1843 cuando un 10 de octubre, coincidiendo con la mayoría de edad de la reina Isabel II, se puso la primera piedra sobre el solar que ocupaba el convento del Espíritu Santo, lugar donde precisamente juró como gobernante su madre, la reina María Cristina, cuarta mujer de Fernando VII.
El jefe del Departamento de Patrimonio Histórico-Artístico y Adquisiciones del Congreso de los Diputados, Luis Enrique Bertrán, hace un recorrido con EFE y destaca ocho curiosidades.
1- El ascensor de María Cristina
Se trata de uno de los primeros ascensores que funcionaron en Madrid, tras inaugurarse el primer elevador en 1877, en una vivienda de la calle Alcalá. Su instalación tiene relación con un acuerdo de la Cámara de 1872 que señala que el Congreso además de tener una función legislativa debía ser “escaparate de la industria de país”.
“Se inaugura esta tecnología novedosa que elevará a las plantas superiores a las autoridades y personalidades que acudan al Congreso y en su uso ordinario lo utilizaban los presidentes de la Cámara”, relata Bertrán.
De estilo señorial y elaborado en maderas nobles, cuenta con un pequeño asiento, que habría sido utilizado por las regentes de la época y que estuvo en uso hasta comienzos de los años 80. El último presidente del Congreso que lo utilizó fue Torcuato Fernández-Miranda.
2- La falsa cúpula del Hemiciclo
El hemiciclo del Congreso cuenta con el mejor ejemplo de una bóveda encamonada, que no deja de ser una falsa cúpula porque está hecha con intradós de ladrillo enlucido de yeso decorado, suspendido por un armazón con vigas de madera de pino.
Hasta 2013 este armazón de madera estaba oculto y fue en ese año cuando se reformó toda la cubierta del Congreso para cambiar el emplomado y se decidió abrirlo para dar luz natural al hemiciclo, que originariamente estaba iluminado por una gran lámpara, hoy en la catedral de Badajoz.
Una curiosidad es que sobre el abanico de la bóveda se instaló una máquina con un molinillo en el que se ponía hielo y que tenía la función de refrigerar el hemiciclo.
3- La puerta secreta del vestíbulo de Isabel II
Otro de los secretos mejor guardados del Congreso es la puerta camuflada que se esconde en el vestíbulo de la reina Isabel II y que da acceso a los sótanos de la cámara a través de una escalera de caracol.
Esta escalera comunicaba originariamente con dos túneles, que se dirigían, uno hacia el Ateneo y otro hacia la Puerta del Sol. Actualmente, no están en uso, pero en el siglo XIX se utilizaban y entre sus funciones estaba la de poder escapar de las inmediaciones del Congreso en caso de peligro.
“Luego podría haber tenido funciones de almacén, ya que aquí en el vestíbulo estuvo el bar del Congreso y, aunque hoy los túneles están tapados, la puerta sigue siendo original”, explica el jefe de Patrimonio del Congreso, que también resalta el osario que se encontró en 2005 con ocasión de unas obras de acondicionamiento.
Y es que en la cripta del antiguo convento del Espíritu Santo, donde se asienta el Congreso, no era infrecuente enterrar a las religiosas.
4- El antiguo reloj de dimensión descomunal
Un reloj de dimensiones descomunales de French Royal Exchange marcaba los tiempos a los primeros parlamentarios. Se situaba encima de la puerta derecha de acceso al hemiciclo, donde actualmente se sitúa una de las tribunas de invitados, ya que en 1970 el hemiciclo se amplió para albergar a más procuradores.
Con un estilo muy recargado, hecho de madera y recubierto con laca blanca y con un péndulo en latón dorado, el reloj sonaba a las horas y a las medias y fue sustituido por la precisión de los relojes eléctricos.
Actualmente, se encuentra en la Sala de la Reina del Congreso. Su esfera muestra una enumeración romana en esmalte negro y el número cuatro romano aparece con cuatro barras (IIII), ya que si la aguja del minutero tapara la barra que estuviera delante del IV, se podría pensar que son las cinco de la tarde, en vez de las cuatro.
5- El túnel que comunica las ampliaciones del Congreso
El Congreso atraviesa la Carrera de San Jerónimo a través de un túnel subterráneo que comunica los edificios de ampliaciones I y II con los edificios de ampliaciones III y IV, antiguos edificios que albergaban el Banco Exterior de España y el Banco Industrial.
Actualmente, en el túnel se expone el depósito del Museo del Prado de la serie de reyes godos que mandó pintar Isabel II, aunque la colección se sigue incrementando. La última incorporación fue la pintura de Alfonso X el Sabio que fue trasladada del Ayuntamiento de Jaén al Congreso el pasado julio.
6- La caja fuerte del Banco Exterior de España
Cuando el Estado adquirió el Banco Exterior de España, que se situaba frente al Palacio del Congreso en la Carrera de San Jerónimo, se decidió conservar la estructura del edificio y si bien se puede ver el vestíbulo del banco donde estaban los cajeros, también se mantuvo una de sus cajas fuerte.
Se decidió dejarla porque tiene unos muros de acero y hormigón de un metro de ancho y la obra para retirarla era costosa. Actualmente, hace labores de almacén, pero si hiciera falta podría ser utilizada como armero de la Comisaría Especial de Policía, que está dentro del Congreso.
7- Sala Sert
En el mismo edifico del antiguo Banco Exterior de España se encuentra la Sala Sert del Congreso. Una estancia que ha visto pactos de Gobierno y en la que se encuentra la segunda mesa más larga de la Cámara Baja, después de la de la Sala Mariana Pineda.
La Sala Sert destaca por la serie de sanguinas pintadas en 1920 por José María Sert, titulada “Alegoría de las Ciudades Españolas”, que hizo por encargo del nieto del Marqués de Salamanca para decorar su palacete de la Castellana. De alguna manera las pinturas pasaron a ser propiedad del Banco Exterior de España para decorar la Sala de Consejos.
“Sert era una gran amante del circo y por eso la escenografía de las pinturas parecen telas como en las carpas de un circo”, señala a EFE Bertrán tras explicar que el resto de imágenes son alegorías de ciudades españoles como Cuenca o Segovia.
8- Los leones del Congreso
Los primeros leones que custodiaron las puertas del Congreso están en Valencia y los hizo el escultor José Bellver. Eran de yeso y mucho más pequeños. Anteriormente, se habían puesto faroles de la época y posteriormente se encargaron unos leones similares a los italianos de Médici.
Los actuales, llamados Daoíz y Velarde, fueron realizados por Ponciano Ponzano con el bronce de los cañones de la batalla de Wad-Ras en la Guerra de África y protegen desde 1860 simbólicamente la puerta de entrada a las Cortes.
La curiosidad es que uno de estos leones no tiene testículos, ya que en realidad uno de ellos sería leona: ambas esculturas son una reproducción de Hipómenes (héroe) y Atalanta (heroína) de la mitología griega, que tiran del carro de la fuente de la diosa Cibeles en Madrid.