Por qué importa tanto la salud dental durante la cuarentena (y cómo cuidar tu boca)
Los problemas bucales pueden agravar las infecciones en otras partes del cuerpo, sobre todo en personas con un sistema inmunitario débil.
A día de hoy (casi) nadie piensa en el cuidado de los dientes como un lujo. Lavarse los dientes se ha convertido más bien en una tarea, un hábito que has adquirido en la infancia. Pero, dado que la boca es un portal de entrada para toda clase de gérmenes, incluido el coronavirus, la higiene bucal ahora mismo es más importante que nunca.
No solo se trata de mantener la boca limpia de bacterias, sino que también supone una ventaja para tu salud general. Los problemas bucales pueden agravar las infecciones en otras partes del cuerpo, sobre todo en personas con un sistema inmunitario débil.
Para mantener el microbioma de tu boca en buen estado y evitar que tengas que ir de urgencia al dentista en plena pandemia, la edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con tres dentistas para conocer sus consejos para una higiene bucal óptima.
Estas son las claves a tener en cuenta.
Medidas preventivas como lavarse los dientes y pasarse el hilo dental son una obligación, ya que probablemente va a transcurrir más tiempo del recomendado hasta tu próxima visita al dentista. “La principal medida para mejorar la higiene bucal es cepillarte los dientes, pasarte el hilo dental y aclararte la boca al menos dos veces al día”, indica el dentista Steven Davidowitz. Mantenerse hidratado a lo largo del día también ayuda a evitar la acumulación de placa y bacterias.
“Los cepillos de dientes eléctricos y ultrasónicos son la mejor opción para eliminar las bacterias y mantener sanos los dientes y las encías”, explica Bruce Lein. En lo que respecta a la pasta de dientes, el hecho de que los ingredientes sean naturales no quiere decir que sea mejor. “Asegúrate de que tu pasta de dientes tiene flúor para evitar la caries”, señala el dentista Sam Saleh. “La pasta de dientes de carbón está de moda, pero si la usas solo correrás el riesgo de acabar con más ‘agujeros en la boca’”, sostiene Saleh.
A menudo, los colutorios de supermercado no contienen suficiente alcohol para acabar con la mayoría de las bacterias y los virus. “Cuando un colutorio afirma que ‘mata al 99,99% de las bacterias’, se refiere a las bacterias que se acumulan en la línea de las encías, que son el sarro y la placa”, aclara Davidowitz. En vez de esos productos, el experto propone enjuagarse con una solución de agua oxigenada cuando estés saliendo de un resfriado o de una gripe, si lo consideras conveniente.
“Utiliza un enjuague de agua oxigenada al 3% de concentración (el agua oxigenada de supermercado suele tener esta concentración) y mezcla dos partes de agua y una parte de agua oxigenada. Cualquier concentración superior a esa probablemente te causará irritaciones”, señala. Hazlo solamente un par de veces por semana y cuando no tengas mucha irritación. “Si abusas, puedes dañar la flora y el ecosistema de la boca y permitir así que aparezca una infección por hongos”, advierte.
Las cerdas de tu cepillo de dientes son un caldo de cultivo de bacterias.
“Determinados hongos, como la cándida, pueden vivir en el cepillo de dientes”, comenta Saleh. “Dado que la gente ahora está en alerta, un buen consejo es limpiar el cepillo de dientes con agua oxigenada todos los días para mantener limpias las cerdas”.
Si utilizas un cepillo de dientes eléctrico, guárdalo en la estación de carga con el cabezal cubierto para mayor protección. Si quieres mantener el cepillo de dientes en una zona limpia para que se seque, que sea lejos del váter, ya que al tirar de la cadena se esparce materia fecal por el aire.
“Un buen cepillo de dientes tiene cerdas flexibles y puntas redondeadas y hay que cambiarlo cuando estas se quedan dobladas o cuando el cabezal se deshilacha”, expone Lein. “No utilices un mismo cepillo de dientes más de tres meses si no cambias el cabezal”.
Si compartes tus productos de higiene dental con alguien de la familia, deja de hacerlo ya mismo. La periodontitis —una enfermedad dental muy común causada por mala higiene— y la candidiasis —una enfermedad fúngica— se pueden contagiar fácilmente a través del cepillo de dientes. También “gérmenes como el el streptococcus mutans, que puede provocar infecciones resistentes a varios antibióticos comunes, o el herpes simple y el virus del papiloma humano, que está asociado a varios tipos de cáncer esofágicos, bucales y cervicales”, expone Saleh. Además, “a través de la sangre de las encías se pueden transmitir otras enfermedades”.
Para minimizar la transferencia de gérmenes, deberías utilizar tu propio carrete de hilo dental e incluso tu propio tubo de dentífrico. Y con más motivo en una pandemia, para evitar la contaminación cruzada, no compartas nada que hayas tenido que manipular con las manos antes de metértelo en la boca.
Los alineadores, protectores bucales y retenedores pueden acumular virus y bacterias. Para limpiarlos, “acláralos con agua fría o agua del tiempo (nunca caliente, para que no se derrita ni se deforme el plástico) y sécalos bien antes de guardarlos en su estuche”, recomienda Davidowitz. También puedes lavarlos con un limpiador especial o utilizar jabón antibacteriano suave. Otra opción es meter los alineadores 15 minutos en una mezcla de “una cucharada de vinagre blanco y agua. No más de 15 minutos, ya que si te pasas, podrías estropear los alineadores”.
Los dulces se vuelven ácidos en contacto con determinadas bacterias de la boca, lo que Saleh advierte que hace que esta sea “más proclive a sufrir caries”. Esto no quiere decir que no pruebes los dulces, pero sí que deberías “limitar su ingesta a una vez al día y lavarte los dientes antes de que pase una hora desde su consumo”. Conviene evitar también pan duro, palomitas, caramelos duros y cualquier alimento que pueda romperte los dientes y hacerte ir al dentista.
Es muy tentador arrancarse las pielecillas de los labios secos, pero Davidowitz lo desaconseja porque puede “irritar e infectar la zona bucal”. Mantente hidratado y utiliza un humidificador de labios o cacao. Tampoco te humedezcas los labios con la lengua, ya que eso provoca mayor sequedad en la piel.
Tal vez hasta te resulte satisfactorio rascarte las colonias de bacterias que viven en tu lengua. Un estudio de 2004 desveló que usar un rascador de lengua es más efectivo que cepillarse la lengua.
“Los residuos, las bacterias y las células muertas se acumulan en la lengua con el tiempo, provocan mal aliento y pueden afectar a tu salud general”, explica Lein. “Utilizar un rascador de lengua ayuda a reducir esa acumulación y mejora la higiene”. Anímate a probarlo y disfruta de este último paso en la rutina de la higiene bucal.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.