Felipe de Edimburgo, el consorte más polémico
Ha sido el consorte más longevo de la monarquía británica y una figura controvertida, pero constante, en la sociedad británica.
El príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca ha fallecido a los 99 años de edad. Nació en la isla de Corfú (Grecia) el 10 de junio de 1921, hijo del príncipe Andrés de Grecia y la princesa Alicia de Battenberg.
El duque de Edimburgo, que ha fallecido este viernes 9 de abril, se casó con la reina Isabel II en la Abadía de Westminster en 1947 ante 2000 invitados. La reina, todavía princesa heredera por entonces, lo consideraba su “fuerza y apoyo”.
Fue siempre una figura controvertida. Aunque su primera gran polémica surgió a raíz de unos comentarios ofensivos, sus primeros años también estuvieron marcados por la agitación: su familia tuvo que exiliarse tras un golpe militar en Grecia que derrocó al tío de Felipe de Edimburgo, el rey Constantino I.
El príncipe Felipe se mudó a Inglaterra en 1928 para vivir con unos familiares y estudiar en el Cheam Prep School, antes de pasar un año en el Salem School, al sur de Alemania, hasta que acabó en el Gordonstoun School, en Morayshire (Escocia).
El príncipe Felipe y la entonces princesa Isabel empezaron a enviarse cartas en 1939, cuando ella tenía 13 años y él, 18. Se casaron dos años después del fin de la II Guerra Mundial. Cinco años después, tras la muerte del rey Jorge VI, la princesa Isabel se convirtió en reina.
Los hijos de la pareja, el príncipe Carlos, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo, nacieron entre 1948 y 1964.
El príncipe Felipe se alistó como cadete en la Marina Real en 1939, a los 17 años. Galardonado con la Cruz Griega del Valor por su coraje en la Batalla del cabo Matapán en 1941, también fue Mencionado a los Despachos por el almirante Sir Andrew Cunningham.
Para cuando Felipe de Edimburgo se prometió con la reina Isabel II, ya era comandante, después de haber alcanzado el rango de lugarteniente con solo 21 años, uno de los más jóvenes de la historia en ser el segundo de a bordo de una nave. Formó parte de la invasión aliada de Sicilia en 1943 y salvó a su nave del ataque nocturno de un bombardero nazi.
Tras la boda, se fue a vivir con la aún reina Isabel a la isla de Malta durante varios periodos entre 1949 y 1951, cuando no estaba de servicio en el HMS Chequers de la tropa mediterránea. Villa Guardamangia, una mansión palaciega a las afueras de La Valeta, fue la residencia de la pareja durante sus primeros años de matrimonio.
Su estancia en Malta fue lo más parecido a vivir como una pareja relativamente corriente. Les gustaban las fiestas, los picnics y los viajes en barco. La princesa Isabel aprovechó para visitar una peluquería por primera vez en su vida. En 2015, durante un viaje oficial, la reina comentó: “Visitar Malta es siempre muy especial para mí. Pasé una época feliz aquí con el príncipe Felipe cuando estábamos recién casados”.
El príncipe Felipe fue siempre una persona muy activa, pero había sufrido numerosos problemas de salud en los últimos años. En abril de 2019, se convirtió en el tercer miembro más longevo de la familia real británica, superando a Alicia de Albany, condesa de Athlone, que falleció con 97 años y 10 meses en 1981.
Felipe de Edimburgo vivió durante sus últimos años en Wood Farm (Inglaterra), donde se mantenía ocupado leyendo, pintando, haciendo amistades y manteniéndose siempre activo. Ni siquiera superados los 90 años abandonó su afición por conducir carruajes, como se pudo ver cuando se presentó a las riendas de un carruaje en el tradicional espectáculo de caballos Windsor Horse Show, en mayo de 2019.
Ese mismo mes, el duque participó en un compromiso real poco habitual, junto con la reina y el famoso presentador Sir David Attenborough en un almuerzo para los miembros de la Orden del Mérito en el Castillo de Windsor.
La reina y Felipe de Edimburgo dieron la bienvenida a su octavo bisnieto con el nacimiento del hijo de los duques de Sussex, Archie Mountbatten-Windsor.
El príncipe Felipe, junto con la reina, Harry, Meghan y Doria Ragland, madre de la duquesa, aparecieron en una fotografía con el nuevo integrante de la familia cuando Archie solo tenía dos días de edad.
Su noveno bisnieto llegó en febrero de 2021 con el primer hijo de la princesa Eugenia y Jack Brooksbank.
El duque de Edimburgo empezó a cobrar mala fama por sus declaraciones políticamente incorrectas en la década de los 80, cuando les dijo a unos jóvenes británicos que habían ido a estudiar a China: “Como os quedéis aquí mucho tiempo aquí se os van a quedar los ojos rasgados”.
En 1999, durante un paseo por una fábrica de electrónica, señaló una caja de fusibles chispeante y dijo: “Parece que la ha montado un indio”. En Alemania, ofendió al canciller Helmut Kohl al dirigirse a él por el cargo equivalente en la Alemania nazi, Reichskanzler, y ofendió también al pueblo húngaro al referirse a ellos como “gordinflones”.
En 2014, bromeó diciéndoles a los trabajadores de una clínica de planificación familiar londinense: “al menos vosotros sois legítimos”.
El príncipe Felipe no empezó bien el 2019, ya que se vio implicado en un grave accidente de coche.
El Land Rover Freelander que él mismo conducía volcó tras una colisión con otro vehículo en el que viajaban dos mujeres y un bebé. El duque, que salió ileso de milagro, tuvo que ser rescatado por un motorista a través de la ventanilla del coche. Una vez más, Felipe de Edimburgo fue muy criticado por tardar demasiado en ponerse en contacto con las ocupantes del otro coche y por seguir conduciendo sin cinturón de seguridad días después del accidente.
El duque tuvo que pedir disculpas por su implicación en el accidente y renunció de forma voluntaria a su carnet de conducir. Así, el Servicio de Enjuiciamientos de la Corona anunció que no tomaría más medidas. No obstante, conservó el permiso para conducir en terrenos exclusivos de la familia real, y así lo siguió haciendo en los terrenos del Castillo de Windsor.
En mayo de 2018, el duque sufrió una fractura de costilla días antes de la boda de su nieto, el príncipe Enrique, con Meghan Markle, duquesa de Sussex. Este incidente tuvo lugar solo seis semanas después de un reemplazo completo de cadera en el hospital King Edward VII, de Londres.
Ya por entonces, los cirujanos ortopédicos advirtieron del peligro que corría un hombre de 96 años ante una operación de esta magnitud, pero aclararon que la buena salud general del príncipe Felipe pesaba más que su edad.
Esta operación tuvo lugar después de que Felipe de Edimburgo cancelara su asistencia al evento anual Maundy Service, en el que la reina Isabel II reparte dinero a distintas personas por su aportación a la sociedad.
En junio de 2018, el duque de Edimburgo pasó dos noches ingresado en el hospital privado Marylebone por precaución, debido a una infección oculta provocada por una enfermedad preexistente.
En julio 2017, Felipe de Edimburgo realizó uno de sus últimos actos oficiales, con la visita oficial del rey Felipe VI y la reina Letizia. Ya por entonces mucha gente se dio cuenta de que le costaba mantener el paso del rey de España.
Su último acto público en solitario, el número 22.219 de su vida, tuvo lugar en el Palacio de Buckingham el 2 de agosto de 2017, donde recibió a varios miembros de la Marina Real.
El exsecretario de prensa de la reina, Dickie Arbiter, ya avisó a quienes veían esta retirada como una señal de su fallecimiento inminente: “No queráis acabar tan pronto con el príncipe Felipe. Puede que hoy sea su último acto oficial diario, pero a partir de ahora se dedicará a hacer lo que quiera hacer y cuando quiera”.
Aunque su salud ya llevaba unos años empeorando. En 2012, pasó cinco días hospitalizado tras un desfile junto al Támesis. La Navidad del 2011 la había pasado en el hospital por una arteria coronaria obstruida. Antes de eso, todos sus problemas de salud eran lesiones a consecuencia de su actividad deportiva.
Sufría artritis en su muñeca derecha por jugar a polo y calmaba su dolor con fenilbutazona, un medicamento más usado para caballos lesionados, por recomendación de su palafrenero mayor. No obstante, los médicos le desaconsejaron su uso por sus importantes efectos adversos.
En una ocasión dijo que seguía más o menos la dieta Atkins y que solo bebía alcohol con moderación.
Fue a los 82 años cuando el príncipe Felipe decidió dejar de montar a caballo en la ceremonia del Desfile del Estandarte y empezar a desfilar en carruaje con la reina. Según se comenta, las últimas veces había acabado tan dolorido que había tenido que tumbarse en el suelo hasta recuperarse.
En ocasiones, el duque de Edimburgo sufría accidentes que le dejaban secuelas visibles. En 2005 fue fotografiado haciendo deporte con gafas de sol oscuras con un ojo izquierdo amoratado tras resbalarse en la ducha y golpearse de alguna forma el ojo con el pulgar. En mayo de 2006, el duque tuvo que cancelar su asistencia a un evento oficial a causa de un nervio pinzado en el cuello. Una infección de pecho lo tuvo convaleciente en 2008 durante varios días y al final tuvo que ser ingresado en el hospital. Pero incluso con ese problema respiratorio entró y salió del hospital por su propio pie a los tres días.
En agosto de 2008, el Palacio de Buckingham tomó la inusual medida de negar una noticia que afirmaba que le habían diagnosticado cáncer de próstata. Posteriormente, el periódico tuvo que pedir disculpas y admitir que no era cierto.
Todos quienes se atrevían a sugerir que tenía problemas de salud recibían una réplica mordaz inmediata: ”¿Acaso parezco enfermo?”, le espetó a un cuidador de Sandringham House, una casa de campo propiedad de la realeza.
En enero de 2009, cuando el príncipe Felipe tenía 87 años, se perdió varios eventos oficiales consecutivos tras una distensión muscular en la espalda provocada mientras conducía un carruaje.
En junio de 2010, el duque se sometió a una cirugía menor en la mano izquierda antes de su 89º cumpleaños para curar su síndrome del túnel carpiano, una lesión muy común que provoca dolor, entumecimiento y ardor en la mano y los dedos. Esta operación le obligó a cancelar un viaje oficial con la reina a Crewe (Inglaterra).
El primer reconocimiento público de su avanzada edad llegó poco antes de cumplir los 90. El Palacio anunció que el duque planeaba dejar la presidencia de más de una docena de organizaciones con vistas a su cumpleaños de 2011.
Al duque lo han sobrevivido su esposa, la reina Isabel II; sus cuatro hijos, Carlos, Ana, Andrés y Eduardo, así como sus 17 nietos y bisnietos.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.
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