NUNCA hagas esto al ponerte una mascarilla quirúrgica
Es peligroso.
La parte azul hacia fuera y la parte blanca hacia dentro. Así es cómo debe llevarse una mascarilla quirúrgica. Todo lo que se diga sobre la posibilidad de intercambiar ambas caras es falso.
La farmacéutica y nutricionista Marián García, @boticariagarcia, lo advierte así en una de sus últimas publicaciones de Instagram. “No puede ser que a estas alturas, echados ya a las calles y con un pie en muchos trabajos, siga habiendo gente difundiendo este bulo”, dice refiriéndose a esta foto que diferencia entre cómo deben llevarla las personas infectadas y las personas sanas.
La forma de colocarla depende directamente de la estructura de las mascarillas:
- La parte azul siempre va por fuera porque es una capa impermeable.
- La parte blanca siempre va por dentro porque es una capa que retiene la humedad.
- Entre capa y capa está el filtro.
Así se advierte también en la Guía para la compra de mascarillas publicada por el Ministerio de Consumo: “Esto no aumentará su durabilidad ni eficacia”.
Conocer estos datos mascarillas sirve también para evitar los errores más frecuentes que se cometen al usar este sistema de protección:
1. Colocar la capa blanca hacia fuera para protegernos del exterior
Puede pacer lógico atendiendo a lo anterior, pero no es así. Todo lo contario. “Poner esta capa blanca por fuera NO es buena idea porque puede retener la humedad externa en lugar de tener la misión impermeable de la capa azul”, escribe Boticaria García en su publicación de Instagram.
2. Usar dos mascarillas, una en cada sentido, para protegernos y proteger
“No están hechas para filtrar de fuera hacia adentro y no lo van a hacer así las pongamos del derecho, del revés o haciendo el pinopuente”, advierte Boticaria García. “Tampoco poniendo dos, una en cada sentido. No olvidemos que están diseñadas para ajustar bien a la cara y los experimentos pueden alterar esta función”, añade.
3. No fijarse dónde está el alambre
No es un tema menor. Hay que fijarse dónde está ese alambre y colocarlo en la parte de la nariz para poder ajustar bien la mascarilla al rostro y evitar cualquier contacto con el exterior.
4. Ignorar el etiquetado
El etiquetado es garantía de que su uso está homologado, aunque este tipo de mascarillas no suelen presentar problemas porque “no compensa mucho engañar con éstas” ya que, como apunta Del Caño, ya no hay desabastecimiento en las farmacias. En cualquier caso hay que fijarse en cuatro puntos a la hora de comprarlas:
- Marcado CE.
- Número de la mascarilla: la clase de la mascarilla (1 o 2).
- Nombre del fabricante.
- Normativa en la que se basan para que estén correctamente validada UNE 14683.
5. Menospreciar las mascarillas quirúrgicas en favor de las FFP
Si todos usásemos mascarillas quirúrgicas, todos iríamos protegidos. No haría falta pagar precios muchos más altos por las FFP. “Para la población general necesitamos las mascarillas quirúrgicas. Las FFP son para personas expuestas o gente con alguna enfermedad, como los inmunodeprimidos”, explica la también farmacéutica Gemma Del Caño en un vídeo.
6. Darles un uso ilimitado
Las mascarillas quirúrgicas sólo son eficaces durante cuatro horas y no son reutilizables. “No, porque además de evitar que las gotitas salgan, se humedecen, tendemos otras bacterias en la boca... vamos a hacer que esas bacterias se humedezcan. No es efectivo dejarla en cuarentena”, asegura Del Caño, que recomienda antes lavar una de tela a 60ºC que darle un segundo uso a una quirúrgica. Aunque la de tela no esté homologada ni proteja tanto.