Nuevo curso, "nueva normalidad": los retos de volver a clase en septiembre
Ministerio y comunidades pactan las claves que regularán el próximo curso, aunque Madrid y País Vasco se niegan a firmar. Esto es lo que se sabe hasta ahora.
Las clases presenciales volverán en septiembre. El Ministerio de Educación y las comunidades –menos Madrid y País Vasco– han acordado los principios sobre los que regresará la enseñanza presencial tras la interrupción por el coronavirus en un documento de 14 puntos.
Pero el nuevo curso a la vuelta de las vacaciones plantea unos interrogantes y unos retos por superar que amenazan con generar más de un dolor de cabeza a profesores, alumnos... y padres.
Los ‘coles’ serán muy distintos a como los conocíamos hasta principios de marzo y esto es lo que se sabe hasta ahora.
¿Cómo serán las clases en septiembre?
Diferentes, seguro. Desde infantil a cuarto de Primaria (de 3 a 10 años), los alumnos no tienen obligación de usar mascarilla ni de guardar la distancia interpersonal, aunque se reducirá el tamaño de los grupos hasta 15-20 escolares por aula.
Desde quinto de Primaria hasta Bachillerato la mascarilla ya sí será obligatoria, igual que una distancia entre pupitres de 1,5 metros como mínimo.
¿Y qué pasa con los recreos?
Las actividades al aire libre estarán muy vigiladas y se evitará el contacto entre grupos distintos. Para ello se organizarán los horarios para evitar que coincidan en el mismo momento los niños y niñas de clases diferentes. Y por supuesto,
¿Qué ocurre si un alumno comienza a mostrar síntomas de contagio?
Lo primero, aislarle en un espacio separado junto a un cuidador donde se les colocará a ambos una mascarilla quirúrgica. Inmediatamente se contactará con la familia y se llamará al centro de salud o teléfono de referencia del territorio. Si no fueran síntomas leves, sino un cuadro más grave el protocolo establece llamar al 112.
¿Y si hay un rebrote en mitad del curso?
El acuerdo establece la obligación de preparar protocolos para afrontar las “eventualidades” que pueda provocar un posible rebrote. Las comunidades deberán asegurar que los centros mantengan sus servicios de transporte y sus comedores “en condiciones de seguridad”.
No es su única responsabilidad; también deberán reducir la brecha digital y asegurar que los alumnos dispongan de los recursos digitales para el aprendizaje. No estarán solas, en esto el Ministerio ha anunciado su colaboración a través de programas de cooperación territorial para “dar respuesta a la nueva situación”.
El comedor, en la propia clase
Al Ministerio y las comunidades les preocupa el momento de la comida, sin mascarilla y con mayor riesgo de transmisión del virus. Por eso plantean que se puedan usar las aulas para comer, guardando las distancias de seguridad.
La higiene, “asignatura” clave
Los baños se limpiarán y desinfectarán unas tres veces por día, las clases se ventilarán antes de las clases y entre ellas
Además, cada centro dispondrá de un equipo especial para el Covid-19 que gestione y analice el cumplimiento de las normas básicas. En él participarán todos los estamentos, desde la dirección al alumnado.
El protocolo plantea que la educación sanitaria sea parte de los contenidos diarios, a modo de refuerzo de las medidas de prevención e higiene básicas.
¿Cuáles serán las nuevas funciones de las comunidades?
Aparte de las competencias básicas en Educación, los Gobiernos autonómicos deberán elaborar de protocolos de actuación para garantizar la higiene y la seguridad sanitaria en los centros.
¿Por qué se oponen Madrid y País Vasco?
La Comunidad de Madrid afirma estar en contra del contenido del pacto, que considera insuficiente y que “no resuelve los problemas”. Es más, el consejero de Educación ya ha adelantado que no van a cumplir esa distancia de 1,5 metros y ha advertido que “dos meses” es un tiempo muy insuficiente para llevar a cabo todas esas modificaciones. Para Madrid, el curso debe iniciarse “con la mayor normalidad posible”.
En el caso de Euskadi hay un conflicto competencial en su negativa. Aunque sus representantes confiesan estar de acuerdo con lo que se incluye en el texto, consideran que no tienen por qué aprobar unas medidas que ya forman parte de sus competencias en materia educativa. Así lo explica la consejera de Educación, Cristina Uriarte, cuyo departamento ya está abordando acciones para el inicio del próximo curso en el “uso de sus competencias”.
¿Y qué pasa con Cataluña?
El Govern está en una posición intermedia. Apoya lo acordado con el Ministerio, pero anuncia que solo lo aceptará como un documento orientativo y nunca normativo.
Adios a las asambleas y reuniones
“Para limitar el número de personas presentes en un espacio simultáneamente”, recoge el texto.
La medida afecta también a los padres, cuyo contacto físico con los profesores se verá limitado a casos muy necesarios. La opción prioritaria será la telefónica.
Eso no quita que puedan celebrarse eventos deportivos y lúdicos dentro del colegio cuidando siempre las medidas de seguridad.
Así será el primer curso de la “nueva normalidad”, aunque de aquí a septiembre aún podrían modificarse diferentes aspectos.