No todos los romanos eran blancos, pero negros tampoco
Hace un par de semanas, Jaime Rubio Hancock escribió un artículo para El País en relación a un vídeo educativo de la BBC sobre la Britania Romana que generó cientos de opiniones de todo tipo, como suele ocurrir en estos casos en los que se trata de una polémica de índole racial.
El vídeo en cuestión muestra a un militar romano de alto rango (puesto que lleva el gladio a la izquierda, probablemente sea un centurión) que participa en la construcción del Muro de Adriano y a su familia. El centurión parece negro -de hecho, los propios defensores de la relevancia histórica del vídeo lo definen como blacko noiren artículos retuiteados por Beard-, y su mujer e hijos tienen aspecto de mestizos. Los únicos claramente blancos parecen ser los esclavos de la familia. La intención de los autores del vídeo, estoy casi seguro, era buena (e imagino que querían facilitar que cualquier niño británico de hoy se identifique con la historia de su nación), pero ya se sabe que el cielo está lleno de buenas intenciones. La representación de esclavos en el vídeo es correcta, pero ¿es realmente verosímil que hubiera un centurión negro en el norte de la Britania romana?
Antes de continuar, un inciso para evitar malentendidos. No soy un paranoico contra la dictadura de lo políticamente correcto, como al parecer lo es el consprianoico Paul Joseph Watson, el tuitero que, según el periodista de El País, inició la polémica. No creo que blanco y negro sean términos que traduzcan realidad biológica alguna. Sin embargo, sí creo que en este caso se trata de uno de esos debates con tintes políticos que nos hacen más estúpidos, cuando la postura que cada cual toma en esta culture war depende de la ideología que se profese, y mucho me temo que, si en esta polémica ha habido algún racista, no están todos necesariamente los del lado en el que el periodista de El País considera que éstos están, como bien ha señalado el activista LGBT italiano Giovanni Dall'Orto en su blog.
Para Rubio Hancock, el debate sobre la plausibilidad de un centurión subsahariano prácticamente se acaba en el momento en que la historiadora Mary Beard, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, dio certificado de validez al vídeo de la BBC, describiéndolo como pretty accurate (es decir: bastante exacto), pero probablemente la profesora Beard lanzó su opinión sin haber pensado demasiado al respecto, ya que más o menos su argumento cambió de pretty accurate a improbable, pero no imposible, conforme avanzaba el debate. Este matiz es un matiz importante, porque exacto significa preciso, ajustado, fiel, y el vídeo describía a la familia como típica (la BBC ha cambiado la leyenda en YouTube). El hecho de que algo sea preciso o no es discutible, en cambio, que sea posible no lo es tanto, ya que no supera el principio de falsabilidad de Popper, sobre el que Nassim Taleb ha escrito tanto. Es decir, si yo dijera que es posible que hubiera un centurión de origen nazca en la Britania Romana casi todos los historiadores pedirían evidencias genéticas o históricas (ambas son inexistentes) para tal afirmación, pero nadie podría probar que tal evento es imposible.
El tuit de la profesora Beard no hizo pues más que iniciar una discusión en la que terciaron Nassim Taleb, la propia Beard y J.K. Rowling entre muchos otros expertos (historiadores, genetistas, etc.), y los argumentos con los que apoyaban las dos últimas sus razonamientos nos hacen levantar las cejas a más de uno, puesto que a partir de cierto momento, al llevarles Taleb la contraria, la profesora Beard insinuó que Taleb es un misógino ("Taleb me llamó señora Beard en vez de profesora Beard"), dudó de sus credenciales para opinar en el asunto y J.K. Rowling la confortó en su opinión. Beard dice ser víctima de graves abusos misóginos en Twitter, pero en general, ni Nassim Taleb ni la mayoría de quienes dudamos de la precisión de su afirmación la hemos sometido a dichos abusos. Como a tantos otros, Taleb acusó a Beard de bullshitter, un término que los que hayan leído a Taleb saben que tiene cualidades cuasi filosóficas. Beard sugirió que Taleb había iniciado una yihad como linchamiento mediático contra ella: ya saben, Nassim Taleb suena a musulmán... ¡Qué mala suerte sin embargo que Taleb sea un cristiano libanés!
Mary Beard, como muchos otros ingleses, parece tener un concepto bastante restringido de lo que es un blanco: blancos serán los europeos del norte (obviamente) y, quizás, estirando mucho la manga, los europeos del sur de países que sean hoy cristianos y pertenecientes a la Unión Europea. Para los ingleses, los españoles estamos en la frontera de lo 'étnico', pero para los romanos, que no usaban el término blanco, no lo éramos en absoluto. No se trata aquí de juzgar la autoridad ni el sexo de la profesora Beard ni de J.K. Rowling, a quienes debo admitir, no he leído. Sí he leído en cambio a Nassim Taleb, quien creo que se interesa tan poco por el sexo de la profesora Beard como por sus credenciales académicas al discutir de este tema.
Aunque obviamente no lo sabemos todo sobre los genes del mundo romano, nos dice Taleb, sabemos cosas, y lo que más o menos se sabe es que esos genes no se diferenciaban muy sustancialmente de los nuestros, como prueban los estudios del biólogo Pierre Zalloua. Sabemos también, por Petronio, que los romanos distinguían en color de la piel de los etíopes y de los galos y los celtas como distinto del suyo, pero no el de los judíos o el de los nabateos (actuales árabes). Blanco y negro son términos muy poco precisos, cargados emocional y políticamente, pero un romano distinguía visiblemente lo que nosotros llamaríamos a un lechoso norte europeo y a un watusi (o a un etíope) como a extranjeros (o no romanos). Más o menos de una forma parecida a como lo hacemos hoy los españoles.
Y más allá de lo que diga un mapa genético u otro de nuestros halogrupos (Taleb incluía en la discusión de Twitter este nivel de detalle) sabemos que la genética es robusta: de alguna forma, los españoles nadamos en un océano de genes que son los mismos que los de nuestros ancestros romanos, ciertamente con algunas otras aportaciones a lo largo de los siglos, pero que no han cambiado decididamente la composición química de ese océano.
Sabemos que, aunque es relativamente difícil trazar con seguridad el origen geográfico de una única persona a partir de sus genes, si tomamos un grupo de personas con un origen común (por ejemplo, un equipo de fútbol), los resultados genéticos son muy robustos. Sabemos también que, desde que hay registros, los migrantes son un 2% de la población mundial. Lo que ha cambiado sustancialmente en el último siglo es que ese 2% no se dispersa uniformemente, sino que se concentra en Europa y en Estados Unidos, pero históricamente el 98% de la población no viajaba, y los genes del 2% que sí lo hacían tendían a dispersarse en el océano del 98% restante, salvo contadas excepciones, que haberlas haylas. Eso sí, sabemos que para que los europeos tuviéramos genes de origen subsahariano de forma visible, ese 2% de intercambios debería ser con subsaharianos exclusivamente y durante un par de decenas de generaciones (de otra forma, los genes no echan raíces), lo que jamás ha ocurrido en Europa, y mucho menos en la época romana según los datos.
Mary Beard sostiene que el Imperio Romano era global y diverso de forma parecida a como lo es hoy el Reino Unido, y para sustentar su opinión rebusca en datos anecdóticos.
Intentando ir directo al grano, el hecho de que la profesora Beard diga que la familia del (como mínimo) centurión romano sea negra le parece unsurprising (poco sorprendente) es como si dijera que el cásting de Denzel Washington como noble español del siglo XVI en la película británica Mucho ruido y pocas nueceses adecuado desde el punto de vista histórico, y poco sorprendente. Se puede incluso defender la "utilidad" o la calidad artística de la interpretación del actor para una decisión de cásting de este tipo, pero no su verosimilitud histórica.
Hoy hay en España unos 200.000 negros, si calificamos como a tales a todos los subsaharianos, y puede que 300.000 sí hacemos una definición más amplia que incluya a algunos iberoamericanos o pakistaníes. La verdad es que en España, al no haber habido históricamente negros nunca nos ha preocupado demasiado definir de forma precisa que es un negro (afortunadamente), y no quiero implicar que esta falta de precisión semántica se deba a que no somos racistas: simplemente, hasta hace veinte años este país no era "diverso" de la forma moderna en que entendemos del término "diversidad".
Incluso asumiendo que hubiera algún subsahariano en la Britania romana, la probabilidad de que uno de ellos fuera un centurión participando en la construcción del Muro de Adriano es casi nula. Se sabe bastante de la construcción del la muralla: participaron tres legiones, y cada legión estaba compuesta de 5.000 hombres. Es decir, 15.000 hombres, lo que tirando para arriba y considerando cierto reemplazo nos da unos 200 oficiales. Curiosamente, esta es la cifra de generales que hay hoy en España, y las probabilidades de que un subsahariano fuera centurión en esa frontera del imperio no son mayores que las de que un subsahariano sea general en nuestro ejército hoy, sino que eran mucho menores, al ser Britania menos "diversa" que nuestro país hoy (las probabilidades son más bien parecidas a las de que un negro fuera general en la España franquista como indiqué en un tuit en este debate).
Mary Beard sostiene que el Imperio Romano era global y diverso de forma parecida a como lo es hoy el Reino Unido, y para sustentar su opinión rebusca datos anecdóticos, como que el gobernador de Britania Quinto Lolio Urbico nació en Tiddis, cerca de la moderna Constantina, en Cabilia. Cabilia está en Africa, ¿luego los cabileños son negros? Aunque Mary Beard evita responder a este tipo de preguntas, parece creer que no necesariamente, pero sí en muchos casos (y Quinto Lolio Urbico podría ser uno de ellos). Haciendo uso de material anécdotico como el de Beard, el cabileño más famoso con diferencia en España es el entrenador del Real Madrid, Zindine Zidane, cuya foto encabeza este artículo. Sé bien que la foto de Zidane no es ningún dato: es una anécdota. Ahora bien, si tuviera que apostar a quién se parecía más Quinto Lolio Urbico, si a Zidane o al padre de familia negro del vídeo de la BBC, apostaría por Zidane.
Para apoyar la verosimilitud del centurión romano negro la profesora Beard menciona a otros muchos notables ciudadanos romanos de las actuales Siria o Turquía, con lo que ya vamos viendo por dónde va el asunto: había mucho negroide en el imperio. La visión de Taleb es mucho más matizada: el imperio romano era diverso, pero no en el sentido en el que Beard expone (con blancos y negros), sino diverso entre lo que Taleb llama amantequillados y aceitunados con gran solape entre ellos, y los negros como el del vídeo eran (casi) inexistentes. Beard mencionó en algún momento la posibilidad de que el personaje del vídeo sea un etíope, ya que los romanos comerciaban con ellos. Es cierto, ahora bien, no hay casi registros de legionarios etíopes, ninguno de ellos de alto rango, y los pocos etíopes que había en el imperio no eran particularmente bien tratados (existen casos de racismo contra ellos documentados en la propia Historia Augusta que Mary Beard citó como apoyo a la exactitud del vídeo). El centurión romano negro, pues, sería un cisne negro: empíricamente es posible que hubiera existido, pero es altamente improbable, y en ningún caso la familia de este centurión sería representativa ni precisa en la realidad del Imperio. Curiosamente, Nassim Taleb ha escrito un libro sobre este tipo de eventos extraordinarios del que ya hablé en este blog.
¿Importan estos matices? Yo creo que sí, y no solamente por no falsear nuestra historia para adaptarla a nuestras ojeras ideológicas; ya que está demostrado que los países que distinguen entre negros, mulatos, café con leche, zambos, aceitunados, amantequillados y lechosos (como me gustaría que siguiera siendo el nuestro) son menos categóricos en su racismo que los que solamente distinguen entre blancos y negros (siendo la muy anglosajona colonia de Virginia el ejemplo más extremo, con sus reglas de una gota).
Taleb puede que no sea particularmente amable ni muy paciente contra lo que él define como "BS" (del inglés bullshit, es decir, caca de la vaca), que retomando la definición del profesor Harry Frankfurt es aquéllo que dice quien intenta persuadir no ya ocultando la verdad (lo que sería mentir), sino no teniendo interés alguno por la verdad.