No, la bandera europea no se tocará a pesar de la marcha de Reino Unido
El arriamiento de la insignia británica en todas las instituciones se hará de manera discreta y a una hora sin determinar este viernes.
El adiós de Reino Unido a la UE provocará cambios a mucho niveles, sin embargo, la bandera europea no se verá afectada por este motivo. ¿Por qué? A diferencia de la insignia estadounidense, cuyas 50 estrellas blancas de 5 puntas representan los 50 estados de la Unión, en la europea las 12 estrellas amarillas en círculo sobre el fondo azul nada tienen que ver con el número de países que conforman la agrupación, sino con los ideales de unidad, solidaridad y armonía entre los pueblos de Europa, amparados por los Tratados.
Según explica la propia página web de la UE, el número no fue escogido al azar. Hay esta cantidad de estrellas porque, tradicionalmente, el “12” ha representado el símbolo de la perfección, lo completo y la unidad. Por lo tanto, la bandera no cambia con la anexión o retirada de países.
Así consta desde 1955, cuando el Consejo de Europa, en un alegato de defensa y promoción de los derechos humanos y la cultura europea, eligió el diseño para su propio uso. Hasta hoy.
Con los años, el resto de instituciones fueron adoptando la misma imagen hasta que, en 1985, fue acogida por todos los dirigentes de la UE como emblema oficial de las Comunidades Europeas, convirtiéndose finalmente en el de la Unión.
Lo cierto es que tras la aprobación de este símbolo, ni la bandera ni el lema ni el himno estaban contemplados en los Tratados europeos. Solo se incluía un breve apartado en el que constaba que no son jurídicamente vinculantes para los Estados Miembros.
Con el fin de normalizar su uso, fue el Parlamento Europeo quien tomó la iniciativa de modificar su reglamento interno para utilizar estas representaciones con mayor frecuencia. A partir de entonces, 16 estados se comprometieron en una declaración anexa a utilizar estos símbolos en actos públicos.
A pesar de que en Europa la bandera comunitaria permanecerá intacta tras el divorcio, lo que sí cambiará con la salida de Reino Unido del club de los 28 será la presencia de su bandera en las instituciones.
El viernes toca retirar de manera oficial la Union Jack de todos los edificios oficiales de Bruselas y Estrasburgo que hasta la fecha figuraba junto a los 27 restantes.
Según la Eurocámara, el arriamiento de la insignia británica en el PE se hará de manera discreta y a una hora sin determinar, para después trasladar la tela a la Casa de Historia Europea, a apenas 500 metros de la sede.
Lo mismo ocurrirá en prácticamente todo Reino Unido pero a la inversa, salvo alguna excepción. Tanto la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, como su homólogo de Gales, Mark Drakeford, han querido mostrar su firme oposición al Brexit con un acto de rebeldía contra la decisión adoptada desde Downing Street, y mantendrán la bandera europea izada después del viernes.
Según revela el diario The Daily Mail, Sturgeon habría ordenado a los funcionarios del parlamento escocés no moverla de su sitio el día 31.
Permanezca o no a las puertas de los distintos parlamentos, el emblema europeo, de momento, no se toca.
Una trayectoria opuesta a la que ha seguido hasta hoy la Stars and Stripes –o bandera estadounidense–, modificada hasta en 26 ocasiones. La versión con 48 estrellas aguantó prácticamente año por dibujo: 47 en total, hasta que se añadió una más con la incorporación de Alaska, el 4 de julio de 1959, para finalmente completarse con Hawaii uno después y acabar de dar forma a la versión actual.