Mis hijos tienen el pelo largo. ¿Y?

Mis hijos tienen el pelo largo. ¿Y?

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¡Ay, el pelo! Ese tema que os enciende en un momento...

Haga lo que haga con el pelo de mis hijos, siempre hay gente que me da su opinión. Tanto en Instagram como en la vida diaria, aunque, bueno, sobre todo en redes sociales...

“¡Pero si parecen chicas!”

“¿Por qué no les cortas el pelo?”

“¿Es que querías tener una niña?”

“¿Cuándo les llevas a la peluquería?”

¿A Thor también le dais la lata con eso? Ah, claro, con Thor más bien babeáis...

Y cuando se habla de Jon Nieve tampoco he oído que digan que “parece una chica”.

Al revés, he oído a chicas locas por su cabellera.

Creo que me debo haber saltado una norma que prohíbe el pelo largo a los chavales de menos de 16 años que no juegan al fútbol.

Claramente, cuando dejas que a tus hijos les crezca el pelo, en la mente de la gente tú eres o marginal tipo hippie o muy fan del fútbol.

Tienes que elegir tu terreno, es obligatorio que tengas un argumento para justificar ese sufrimiento que impones a tus hijos.

“No piensas en lo que tienen que pasar en la escuela”, dicen.

Claro que pienso en ellos, pienso en enseñarles que no tenemos por qué ser todos iguales, que no hay normas fijas, que un chico puede tener el pelo largo, corto, con melenita, rapado...

Incluso cuando les corto un poco el pelo por decisión personal, porque me parecía que lo tenían demasiado largo y sin forma, la gente piensa que ha sido “gracias” a ellos y a sus intervenciones...

¡QUE NO!

Ese es un buen tema.

Mis hijos han sido masacrados más de una vez. Porque hasta con los peluqueros es agotador. Una vez, uno de mis hijos salió con el corte de Jacquouille y el flequillo de Godefroy De Montmirail, otra vez le dejaron el pelo demasiado corto y las otras veces los peluqueros les daban miedo.

¡Qué ganas de volver!

Por suerte al final hemos dado en el clavo. Desde hace un tiempo voy a Mylaa Evans en Clermont Ferrand y es la primera vez que todo sale tan bien. Les cortaron el pelo tal como quería, hablamos para ver juntas lo que quedaría mejor a cada uno sin cortarles demasiado y, sobre todo, ¡a mis hijos les encantó! Hasta le dieron un beso. En calidad de desconocida, claro, porque sólo me quieren a mí.

En fin.

Y dejemos de dar nuestra opinión sobre el pelo de los niños, porque son las opiniones externas las que nos hacen daño.

A un niño de 4 años no se le ocurre solito decir que “el pelo largo es de niñas”. Si se lo dice a sus padres, es porque lo ha oído de boca de un adulto.

Así que este es mi artículo sobre el pelo de mis hijos, independientemente de si lo llevan corto o largo.

Mi deseo es simplemente que la gente deje de dar su opinión sobre el pelo de los niños, porque, para empezar, no hay reglas, y que tú tengas una opinión no quiere decir que esa sea la de todo el mundo.

Pero, ante todo, ¡que dejen de decir a los niños que el pelo largo es de niñas!

Este post se publicó originalmente en el blog de Madame Floutch, y luego en la edición francesa del HuffPost, de donde ha sido traducido al español por Marina Velasco Serrano.

(El nombre de la autora ha sido modificado a petición suya)