Nicky Jam: "Muchos rockeros murieron por heroína y de ellos no se hablaba como de nosotros"

Nicky Jam: "Muchos rockeros murieron por heroína y de ellos no se hablaba como de nosotros"

El cantante de reguetón presenta su último 'single' 'Ojos rojos'.

Nicky Jam, en una foto promocional.Cortesía de La Industria Inc.

“Como tú te llamas yo no sé, de dónde llegaste ni pregunté”, “Dime si conmigo quieres hacer travesuras”, “Es que yo sin ti y tú sin mí, dime quién puede ser feliz, esto no me gusta”. Estos y otra decena de estribillos del reguetón se han convertido en éxitos y todos tienen un autor común, el puertorriqueño Nicky Jam. O quién no ha escuchado en más de una ocasión ese “Nicky, Nicky, Nicky Jam” de las canciones.

El cantante de reguetón es uno de los representantes más veteranos del género que siguen en activo —“uno de los arquitectos del género”, como él se define— y siguen colándose en las listas de éxitos y eso es lo que pretende con su nuevo single Ojos Rojos, una canción de reguetón melódico que es el adelanto de su próximo álbum, que prevé para este 2022.

Un año en el que pasará por varios festivales de España como el Primavera Pop de Los40, al que asistió este viernes 1 de abril, el Reggaeton Beach Festival de Alicante, Barcelona y Santander, el Bigsound Festival de Valencia, el Puro Latino Fest de Cádiz o cuatro conciertos en la Discoteca Hi de Ibiza.

A pesar del tiempo que ha pasado en la cima, Nick Rivera Caminero —su nombre real— no busca solo el dinero, ni mucho menos centrarse en la música. Este año ha inaugurado una pastelería en Miami, La Industria Bakery & Cafe y prevé abrir otra en Colombia. Más que un cantante al uso, Jam busca ser un empresario que hace reguetón como uno de los más veteranos.

Han pasado dos años y una pandemia desde Íntimo, ¿qué buscas con Ojos Rojos? ¿Te ha influido el confinamiento?

Siempre trato que en cada trabajo meterle un toque un poco diferente, pero la realidad es que yo voy por encima de dejarme llevar por lo que el cuerpo pide, no sé si me entiendes. Ojos Rojos es una canción que tenía que ver mucho con mi línea de lo que es El Perdón, El Amante… No había sacado un tema igual porque esos dos temas son más altos, estos tonos son más bajos, pero es muy melódico. Es un tema cotidiano, que habla de las relaciones tóxicas, que es algo que pasa mucho en el día a día en cualquier lado.

Suele haber muchas críticas al reguetón desde el elitismo, comparándolo con la música clásica o el rock, ¿cómo las vives? 

Simplemente hay que sentarse y verlo de otra manera. Mira, cuando tú ves a un género criticando a otro que tiene éxito se ve mal, es como cuando ves a alguien con un Mercedes y tú estás a pie y estás criticando al que tiene carro porque tú lo ves mal. Primero, desde ese lado. Segundo, lo veo del lado de que nosotros no tenemos filtro en lo que hablamos. Por eso nos quiere la gente y escucha la música de nosotros, escucha música de cualquier cosa.

Las personas que hablan de nuestra música es porque no pueden hacer lo que hacemos

Aparte de eso, tú no ves nunca a un reguetonero criticando otro tipo de música, eso dice mucho de los otros. Nosotros respetamos mucho a los demás géneros, eso es algo que no se ven en los demás, que tiran a nosotros. Las personas que hablan de nuestra música es porque no pueden hacer lo que hacemos. Es la verdad. Si tú pudieras hacer reguetón, lo harías. La gente se cree que cualquiera puede hacerlo porque ven un autotune, que le ponen un efectito en la computadora, pero la realidad del asunto es: métete con autotune tú, a ver si puedes hacerlo, y si lo haces puede que te quede como parodia, como un chiste. No queda chévere, no queda bueno.

Por eso, yo me lo llevo por ese lado. Estás hablando con uno de los arquitectos de este género, llevo 25 años en esto, escuchando a gente hablar cosas de nuestro género, pero no me molesta. Me río y lo disfruto y cada vez más. Nos dieron un año de vida de música hace 25 años o 27 años atrás y llevamos todo ese tiempo haciendo reguetón, cuando nos dieron un año. Estamos en nuestro mejor momento, es una cosa sabrosa. Y sí, obviamente en la música hay géneros más fuertes que otros, hay canciones en el reguetón que hablan de cosas fuertes, otras que hablan de amor, otras de desamores, etc. 

También hay muchas críticas por las letras machistas del género, aunque cada vez hay más presencia femenina con artistas como Karol G o Tokischa, ¿está cambiando? 

Hay de todo, sí que hay líricas machistas y pesadas, pero es lo que te digo, hay de todo un poco. Es muy fácil apuntar con el dedo al que tiene tatuaje, gorra y cadenas. También es que esperan que criemos a los hijos de la gente, que es lo que digo yo. Dicen ‘ustedes son un mal ejemplo’, ¿un ejemplo de qué? Nosotros estamos sacando música y es lo que la gente nos compra.

Como eso es música de verdad y son músicos, no importa 'métete la droga que tú quieras'. A un reguetonero lo pillan por ahí con un saquito de marihuana y es el anticristo

Tampoco eran muy ejemplares los rockeros de los 70. 

Hay muchos que se murieron de sobredosis porque se metieron heroína y de ellos no se hablaba como se habla de nosotros, y a algunos los encontraron en una bañera por allá en Francia. Incluso los reguetoneros son los que menos se meten droga, si vamos a hablar. Porque ellos se fuman su marihuanita, su baretico [porro], pero los rockeros se metían heroína.

[Un miembro de su equipo menciona la muerte de Taylor Hawkins, de Foo Fighters]. Ese es uno de los 175.000 que se han muerto por causa de una sobredosis, pero como eso es música de verdad y son músicos, no importa métete la droga que tú quieras. A un reguetonero lo pillan por ahí con un saquito de marihuana y es el anticristo, eso es lo que pasa. 

Hace poco se retiró Daddy Yankee, también Don Omar habló hace unos años de una posible retirada, ¿se acaba la ‘vieja escuela’ del reguetón?

Yo todavía estoy aquí, yo no pienso retirarme por ahora. La realidad del asunto es que es normal, va a evolucionar, van a salir muchachos nuevos, pero Michael Jordan es Michael Jordan y Magic Johnson es Magic Johnson por el resto de la vida, aunque tengamos a Lebron, Curry y demás.

Eso es así, es la vida, vamos a ver a muchachos nuevos que van pegar fuerte y van a hacer números que nosotros no hicimos, pero que les abrimos el paso para esta gente. Entonces es normal, se habla de que Bad Bunny está haciendo los números que Daddy Yankee no hizo, pero claro lo está haciendo en 2021. Haz esos números en 1997. Todo eso, sin criticar a Bad Bunny, del que soy fan desde antes de que pegara, pero es para seguir esto.

Es muy fácil apuntar con el dedo al que tiene tatuaje, gorra y cadenas

Grabaste una sesión con Bizarrap, uno de los DJ y productores del momento en la escena urbana, ¿cómo surgió?

Mi manager fue el que me dijo: “Nicky, deberías hacer un Bizarrap”. Y tú a mí me hablas de cualquier vaina diferente y sentí que era algo que no habían hecho otros artistas élite del género. El único puertorriqueño que había hecho Bizarrap fue Eladio [Carrión], que ojo que lo veo que va a ser uno de élite porque es de los más duros no lo subestimo, nunca a nadie. Pero de los artistas icono del género, yo fui el primero gracias a mi manager y fue un éxito, el tema se pegó, se rompió e hizo unos números increíbles que me sirvieron muchísimo para meterlo en el menú de las canciones.

También la hizo Residente, con una dura crítica a J Balvin. El beef sigue siendo una constante en el género, desde que se rumoreaba esa enemistad hace años con Daddy Yankee, ¿el género siendo en parte cargar los unos contra los otros?

Es parte la cultura, te diría que el público lo coge más en serio que los mismos artistas. Es un deporte, la música urbana se presta para eso, para tirarse líricamente, competir, decir que soy mejor, con rimas quién es mejor, eso es lo sabroso del género. Si le quitas eso, le quitas uno de los elementos más importantes de la música urbana. La tiradera es buena, hay gente que lo lleva a otro nivel, que ha pasado. En los tiempos míos, sí. Antes las guerras eran guerras de verdad, si se encontraban esos artistas eso era a coñazo [golpetazo limpio. Hoy en día no, se mantiene en el micrófono, que es lo importante, que para eso es el género y a la gente le gusta y lo consume.

  Nicky Jam en una imagen promocional.Cortesía de La Industria Inc.

En redes sociales se os ve con cadenas de oro, coches, ostentación... ¿Gestionas la fama así o cómo lo llevas?

Llevo muchos años famoso, a la fama ya no le presto atención. Soy famoso en mi país desde muy niño, vivo mi día a día sin pensarlo. Creo que la razón por la que me va tan bien es que no actúo como si fuera famoso, no vivo la vida así. Sí que trato de cuidarme porque sé que tengo que ser un ejemplo y obviamente, me esfuerzo mucho, pero yo no hago nada loco. Pero siempre con los pies en la tierra, siempre buscando qué hacer para ser una persona normal, no trato de hacer las cosas que hace una persona famosa.

No es que no me guste, me encanta la fama. Yo la disfruto porque ¿a quién no le gusta que la gente te quiera? Los que dicen “a mí la fama no me importa”, eso es mentira. Si te metiste en este negocio es por algo, te metiste en el negocio equivocado si no te gusta la fama. Pero la fama no me hace a mí. Yo soy Nick Rivera Caminero, soy padre, soy un amigo, soy un loco y disfruto de eso al final.

Esperan que criemos a los hijos de la gente. Dicen ‘ustedes son un mal ejemplo’, ¿un ejemplo de qué? Nosotros estamos sacando música y es lo que la gente nos compra

Se ha hablado mucho de salud mental, de la responsabilidad pública de los famosos y de incluso pánico escénico. J Balvin incluso lanzó un documental sobre ello, ¿has sentido alguna vez ese vértigo sobre el escenario?

No, para mí el escenario es mi casa. A mí me da vértigo todo eso antes de treparme a la tarima, porque quiero estar ya en la tarima. Incluso aquí estoy hiperactivo [mueve las piernas constantemente] no puedo estar quieto. Soy así. La tarima para mí es mi casa, me siento bien, no me da nervios ni nada por el estilo. Lo que me da es inquietud de querer estar ahí, pero porque yo soy así. Todo el tiempo estoy viendo a ver qué paso dar.

Has montado tus propios negocios, tienes tu documental llamado El ganador (Netflix), ¿qué te queda por hacer?

Hay muchas cosas que hacer, yo no quiero que nadie me cuente nada, quiero vivirlo todo y disfrutar de la experiencia.

Tienes pendiente una película por estrenar junto a Kevin Hart basada en el mundo de las sneakers, ¿algún otro plan a largo plazo?

Tengo planes de seguir haciendo películas que es lo que me gusta, yo siempre he querido ser director, es uno de mis sueños y obviamente cuando se dé la oportunidad lo haré. Tengo un proyecto pendiente, lo que no he tenido es el tiempo de trabajarlo, ya escribí una película y seguir trabajando en The Rockstar Show, seguir trabajando, entrevistando a gente, en los negocios que tengo, los hoteles, los restaurantes, no parar nunca.

Rompes así con la imagen de que todo el dinero se va en coches y cadenas.

La realidad es que soy tan disciplinado en estas áreas y soy tan negociante por la edad que tengo, si yo tuviera 20 años y fuese joven, igual no. Algunos tienen a papá y mamá que les supervisan el dinero y está bien, pero otros no tienen el control de ese manejo de dinero de una familia que los cuide y obviamente, eso peligra (risas).

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es