'The New York Times' resalta el "encanto atemporal" de un pueblo costero español
"Atrae a todo tipo de visitantes a volver año tras año", asegura.
El pueblo costero español que te llama una y otra vez. Así se titula un amplio artículo publicado hace unos días en The New York Times sobre Sitges. “Tiene 17 playas y un encanto tranquilo y atemporal que atrae a todo tipo de visitantes a volver año tras año”, resalta el texto, escrito en primera persona por Alexander Lobrano, articulista estadounidense afincado en Francia especializado en gastronomía y viajes.
“Al salir de la bonita y pequeña estación de tren de Sitges en una soleada mañana de domingo, respiré hondo y me eché a reír. Desde que visité por primera vez este pueblo costero español, a media hora al sur de Barcelona en tren, hace 40 años, es un destino que indefectiblemente me hace feliz”, comienza el autor, que cuenta su última visita a la localidad, la primera tras la pandemia.
Tras ensalzar las mansiones modernistas, resalta que en su opinión, simbolizan “la admirable forma en que la cultura catalana es receptiva a la anarquía creativa, como se ve en las obras de un arquitecto como Antoni Gaudí, un artista como Salvador Dalí o incluso un chef como Ferran Adrià”.
“Si hay un resort de playa mediterráneo que sea para todos, ese es Sitges, y su igualitarismo e inclusión son dos de las razones que me enamoraron”, sostiene.
El autor recuerda que originalmente Sitges era un pueblo de pescadores “descubierto por artistas a final del siglo XIX y retomado por la burguesía barcelonesa”. Según sus palabras, “prosperó como refugio liberal” durante el franquismo pero “después del auge turístico de los años 60, todo se detuvo”. Subraya que hoy en día sigue siendo asequible, a diferencia de otros destinos costeros como Cannes o St. Tropez.
“El turismo puede ser su mayor industria, pero Sitges no ha perdido su autenticidad. El tono del pueblo se encuentra en sus callejuelas, donde te topas con negocios que han desaparecido en la mayoría de los otros lugares”, alaba Lobrano.
Tras recomendar algunos alojamientos y restaurantes, destaca que la localidad cuenta con 17 playas, “cada una con personalidad propia”, desde la Platja de la Fragata, “popular para amantes del deporte” a la de la Bassa Rotonda, “la playa gay más popular y una de las más concurridas de Sitges”, pasando por otras de perfil más familiar como la de la Ribera o la de Sant Sebastiá.