El artículo del 'New York Times' que carga contra dos partidos españoles: "Han roto un principio básico"
Asegura que han legitimado a Vox.
El escritor Martín Caparrós ha publicado un artículo de opinión en el New York Times en el que analiza el ascenso de Vox en España y recuerda que hasta hace poco la ausencia de extrema derecha era motivo de orgullo en el país.
El autor recuerda que el partido de Santiago Abascal se ha visto impulsado por la incapacidad de los sucesivos líderes de derecha y de centro izquierda para formar una coalición de Gobierno debido sobre todo a sus diferentes posturas sobre Cataluña.
Con todo, subraya que lo que permitió que Vox entrara en acción fue la crisis dentro del PP, que provocó la creación del partido de ultraderecha. En este sentido, Caparrós explica que la formación de Abascal apuesta por la represión más extrema a quienes buscan la independencia y aboga por el retorno al centralismo.
Asegura que los franquistas continuaron tras el fin de la dictadura de Franco, pero fueron absorbidos por el PP y relegados a los márgenes del partido. Pero ahora, con el auge de Vox, todo ha cambiado.
En ese punto, Caparrós se muestra duro con Ciudadanos y PP. Dice que en Francia y Alemania los constitucionalistas han rechazado cualquier trato con los neofascistas, pero critica que en España los partidos de Albert Rivera y Pablo Casado se han aliado con Vox para formar gobiernos regionales, lo que ha legitimado a la formación de ultraderecha.
“Al hacerlo, han roto un principio básico de la democracia española”, asevera antes de recordar que durante muchos años la mayoría de los españoles condenó el franquismo y que ahora Vox ha deshecho ese consenso.
Caparrós explica que los miembros de Vox son xenófobos, homófobos, sexistas, cazadores y toreros. Y dice que están ganándose el favor de la clase trabajadora.
“Votar por Vox parece ser el equivalente a los disturbios en las calles latinoamericanas en estos días: protestas sin mucha claridad sobre los regímenes políticos y sociales que dejan una estela de insatisfacción; personas que salen o votan exasperadas sin saber lo que quieren, siempre que no sea el status quo”, dice el autor.
“Vox seguramente continuará creciendo a medida que los políticos sigan decididos en luchar entre sí en lugar de trabajar para los ciudadanos”, advierte Caparrós.
“Solo un cambio profundo y serio de los mecanismos de la democracia y la recuperación de la justicia social pueden detenerlos. Hasta entonces, continuarán creciendo y asustando, amenazando y multiplicándose”, zanja.