'Mujeres Santas' convertidas en símbolos
Vivieron realmente, sus vidas fueron trágicas y en torno suyo se produjeron sucesos paranormales haciendo de ellas un icono de fe.
Tradicionalmente nos hemos encontrado con esa dicotomía ilustrada (y altamente patriarcal) que defendía la separación “natural” de los hombres y de las mujeres por su supuesta diferencia biológica: las mujeres eran salvajes, los hombres eran racionales. De ahí que autores como Rousseau defendieran eso de que la ciudad era el lugar de la civilización y del pensamiento y, por tanto, el lugar de los hombres, y las mujeres pertenecieran a lo misterioso de la naturaleza, lo no racional, lo salvaje. Como señala la profesora Rosa Cobo, en un análisis de Rousseau y su descripción del Emilio y Sofía, es decir, del comportamiento adecuado de hombres y mujeres, dice: “Las mujeres son vistas como peligro de tentación permanente para los hombres quienes, a pesar del uso de su razón, pueden caer en las garras de las féminas carentes de modestia y con un irrefrenable deseo sexual. Ante la imposibilidad de controlar sus deseos y emociones por sí mismas, deben ser colocadas bajo la autoridad masculina y confinadas al mundo de lo privado, pues sus desbordes le impiden desarrollar la moralidad necesaria para la vida civil. El deseo femenino siempre debe estar regulado y limitado por el derecho patriarcal –o la razón de los varones, pues en la mujer todo es ‘naturaleza’ y se necesita controlarla para crear y mantener el orden social”.
Esta imagen se repite constantemente en los discursos patriarcales e incluso religiosos, desde Pandora abriendo la caja que libera “todos los males del mundo” a Eva tentando a Adán a morder la manzana.
Mujeres santas
Sin embargo, en una lectura presente, analizando la cultura latinoamericana que ha desembocado en una suerte de fe milagrosa vinculada a la evolución política y social de estos países, la historiadora y gestora cultural Nekane Aramburu, reconocida por su compromiso con el feminismo y activación de contextos sociales, ha generado un nuevo proyecto temático complejo como lo fueron Ciutat de vacances (sobre el turismo) o Ells y nosoltres (en relación a los animales no humanos y los humanos).
El proyecto se basa en una investigación que abarca casos de “Mujeres santas” desde finales del siglo XIX hasta hace unas pocas décadas, presentándose en Córdoba (Argentina) el próximo 3 de octubre (la web está aún en preparación). No es casualidad tampoco la elección de Argentina como país para mostrar este proyecto: se trata del lugar donde nació el movimiento #NiUnaMenos en 2015, un grito feminista contra la violencia hacia las mujeres y especialmente el feminicidio. En un país donde se asesina a una mujer, de media, cada 30 horas, este movimiento busca poner voz a todas aquellas que han sido calladas bajo la violencia del patriarcado.
En la web del proyecto se puede encontrar un resumen de la información, a modo de work in progress que se irá ampliando a partir de octubre. Este es un extracto de su descripción: Santas es una investigación dirigida por Nekane Aramburu quien desde el año 2003 llevó a cabo en diferentes países un estudio exploratorio sobre el postcolonialismo aplicando nuevas prácticas de análisis y mediación que ahondan en cuestiones de género y responsabilidad medioambiental y social imbricadas en las distintas comunidades con y desde ellas.
A través de estas ‘Mujeres Santas’ se configura una gran cartografía documental latinoamericana para el análisis y el conocimiento de los relatos populares desarrollados sobre mujeres victimas de feminicidios, muertes violentas o trágicas relacionándolas con la visibilización de lugares de memoria histórica y los espacios de ritual enraizados en la fe de los milagros para desarrollar un estudio visual, antropológico y social de estos mitos como archivo y medio de difusión, reflexión y formación desde una óptica feminista.
Las ‘Mujeres Santas’ convertidas en símbolos por el impulso de sus comunidades de origen forman parte de un movimiento de creencias extendido en Latinoamérica y el Caribe, fundamentalmente Argentina, Chile, Brasil, Venezuela, Perú, Ecuador, Cuba o México, basándose en tradiciones e imaginarios antiguos y aún vivos en la sociedad contemporánea a los que se suma incorporaciones de relatos y casos recientes donde se mantiene el poder de la fe, rituales sincréticos e iconografías de los cuerpos, los afectos, los deseos y la memoria.
La deconstrucción de las narraciones naturalizadas se puede realizar colectivamente desde lo horizontal evitando los discursos hegemónicos y generando espacios de repensamiento crítico y análisis abiertos.
Como plataforma multidisciplinar se trabaja desde la práctica artística, formativa, teórica y curatorial integrándose en el proyecto diferentes profesionales, investigadores, académicos, creadores, pensadores, mediadores, asociaciones, instituciones, empresas y entidades que permiten la producción de nuevas acciones y proyectos a desarrollar en diferentes fases y tiempos.
Un archivo en constante crecimiento
El archivo corresponde a la investigación para visibilizar las biografías y documentación de mujeres víctimas de feminicidios, muertes violentas o trágicas cuyos fallecimientos quedan vinculados a determinados lugares donde a partir de ese hecho se producirían efectos milagrosos extendiéndose su recuerdo y culto en el tiempo.
Con una perspectiva de género, se analizan las historias de estas mujeres, que tienen en común que: vivieron realmente, sus vidas fueron trágicas y en torno suyo se produjeron sucesos paranormales haciendo de ellas un icono de fe. Las fuentes son diversas, desde la tradición oral, los relatos de personas vinculadas, las publicaciones y los escritos de los investigadores.
Algunas de estas ‘Mujeres santas’ son:
AMELIA GOYRI DE ADOT. La milagrosa
- Fecha y Lugar: La Habana 1877- 1901 La Habana (Cuba)
De familia correspondiente a la alta burguesía cubana, era nieta de Francisco Goyri y Beazcoechea (procedente de Arrate, Guipúzcoa) uno de los fundadores y presidente del Banco Español de la Isla de Cuba y su universo giraba en torno a la vida social del palacio de los Marqueses de Balboa residencia de su tutora legal y tía, Inés Goyri. Según su más destacada cronista, María Antonia Ruiz, Amelia estaba enamorada desde los 13 años de su primo segundo José Vicente Adott con quien se comprometió en secreto, pero la familia se opuso rotundamente, ya que no podía garantizarle un futuro de bienestar. Años después, al iniciarse en 1895 la Guerra de Independencia, José Vicente marchó a luchar por Cuba. Regresó a los tres años, con grados de capitán del Ejército Libertador y decidido a solicitar en matrimonio a la joven a la que también amó desde niño y quien no había parado de sufrir por su amor imposible. Para entonces había fallecido la madre de Amelia, también su tío el Marqués de Balboa y su padre, muy enfermo, no tuvo más remedio que acceder. Se casaron el 25 de Junio de 1900 y poco después Amelia quedó embarazada. El 3 de Mayo de 1901, sufrió un ataque de eclampsia /hipertensión en el octavo mes de gestación. La ciencia médica de la época no pudo salvarla, y murió al igual que la criatura que fue enterrada entre sus piernas. El esposo empezó a visitar su tumba a diario. Su cuerpo se encontró intacto en la tumba 13 años después. Alrededor de la misma se han colocado exvotos y lapidas recordatorias de los milagros concedidos. La tradición de la visita consiste en saludarla, haciendo sonar una de las cuatro argollas de metal que adornan la bóveda, y tocando la parte inferior de la imagen esculpida. Al retirarse el visitante nunca debe dar la espalda.
DIFUNTA CORREA. Deolinda Antonia Correa
- Otros nombres con los que aparece: Deolinda, Mercedes, Dalinda Antonia, Belinda. Fecha y lugar: Entre 1835 y 1860. San Juan (mayoría de versiones), La Rioja, Costa de Bermejo (Argentina)
Existen mas de 28 versiones sobre esta santa y en general la narración es la misma bajo diversas variantes. Esposa y madre, esta joven procedente de la zona de La Rioja se casó con Clemente o Baudillo Bustos, un sanjuanino que fue reclutado forzosamente en las guerras civiles junto con el padre de Deolinda incorporados ambos al ejército de Facundo Quiroga. Se dice que fue acusada de colaboracionista curando a heridos y entregando medicamentos para ellos. En un momento ella se propone seguir a su esposo junto con su hijo recién nacido en brazos. Sale a su encuentro huyendo de La Rioja hacia San Juan. La ruta seguida de San Luis a San Juan por la extrema aridez, la inclemencia, el desierto y la sequía dificultan su trayecto. La encuentran unos arrieros, ya muerta bajo un algarrobo, sus pechos siguieron alimentando a su hijo después de fallecida. Hay una gruta donde dicen están sus restos y la primera capilla, fruto de la petición concedida a un señor llamado Zeballos inicia su fama de milagrosa. Símbolo popular del XIX que refleja la situación de la región y el contexto donde se crea, la peregrinación continua de sus devotos dejando capillas, objetos, placas y botellas de agua llenan la colina. En 1948 se creó la Fundación Vallecito, órgano oficial de mantenimiento del complejo con fines sociales. La organización cuenta con una oficina de administración del santuario, que se encarga de realizar diversas obras. Algunas de las más importantes fueron la construcción de la Capilla (consagrada a la Virgen del Carmen) y de una Hostería. Uno de sus objetivos principales es ofrecer una adecuada oferta turística a quienes se acercan al lugar. La ruta de acceso se mantiene en buen estado, al igual que los sistemas de comunicación, los sanitarios y las estaciones de servicio. El complejo incluye catorce capillas temáticas, bares, quioscos, casas de comida y una galería de artículos religiosos y sus derivados (velas, tarjetas postales, hierbas medicinales, souvenirs). También incluye un museo que muestra las donaciones de los creyentes. Hay varias sagas de versiones sobre el mito original y multitud de textos y relatos, según las investigadoras Susana Cheruti y Sara Josefina Newbery esta historia aúna leyenda, creencia y culto.