Muere Paul Allen, cofundador de Microsoft junto a Bill Gates, a los 65 años
Por complicaciones derivadas de un linfoma no hodgkiniano.
Paul G. Allen, cofundador de Microsoft junto a su amigo de la infancia Bill Gates, ha fallecido este lunes a los 65 años por complicaciones derivadas del linfoma no hodgkiniano que se había tratado ya en 2009, según ha informado su propia compañía, Vulcan Inc.
A principios de octubre, el propio Allen había informado de que el linfoma que se había tratado hacía casi 10 años había vuelto y lo combatiría ferozmente.
"Aunque la mayoría conocía a Paul Allen como un tecnólogo y un filántropo, para nosotros era un hermano muy querido, un tío y un amigo excepcional", ha declarado su hermana Jody en un comunicado.
Pese a permanecer siempre a la sombra de su socio y amigo, Allen era un apasionado de la informática y fue una figura clave en la creación de Microsoft en 1975. Según la revista Forbes, con una fortuna valorada en 21.700 millones de dólares, era la 44ª persona más rica del mundo.
Al igual que Gates, era un filántropo que invertía su dinero en la conservación medioambiental, los viajes espaciales y los deportes profesionales, hasta el punto de ser dueño de los Portland Trail Blazers (equipo de la NBA) y los Seattle Seahawks (de la liga de fútbol americano).
Una vida tan variada y rica ha permitido que su adiós incluye a relevantes figuras de todos esos ambientes, que incluyen a empresarios, científicos, músicos, actores, deportistas de élite, políticos...
El gran éxito llegó en 1980
Gates y Allen se conocieron en un colegio privado del norte de Seattle. Ambos dejaron la carrera para perseguir un sueño: un mundo con un ordenador en cada hogar.
Fundaron Microsoft en Albuquerque y su primer producto fue un lenguaje de computación para el Altair, proporcionando a sus desarrolladores una forma básica de programar y operar con la máquina. Poco después se mudaron a Bellevue (Washington), no lejos de su asentamiento final en Redmond.
El gran éxito les llegó en 1980 cuando la compañía IBM decidió meterse en la industria de los ordenadores personales y les pidió que desarrollaran el sistema operativo.
Allen y Gates no lo crearon de cero, compraron por 50.000 dólares el sistema de otro programador, Tim Paterson, lo refinaron y lo renombraron DOS (Disk Operating System, sistema operativo de disco). El producto final se convertiría en el núcleo de los ordenadores de IBM y sus clones, catapultando a Microsoft a su posición dominante en el mercado.
Fue diagnosticado de cáncer cuando tenía 30 años
Las primeras versiones de Microsoft Word y Windows aparecieron en 1983. Diez años después, el 93% de todos los PC del mundo usaban el sistema operativo de Microsoft. Aunque no tan prevalente en la actualidad, siguen siendo mayoría los ordenadores que operan con él.
Allen fue vicepresidente ejecutivo de Investigación y Desarrollo de Producto en Microsoft hasta 1983, cuando dimitió tras ser diagnosticado de cáncer.
"Tener 30 años y recibir ese shock, tener que enfrentarte a tu mortalidad, provoca que desees hacer de verdad las cosas que aún no has podido hacer", reveló en un libro de 2000 sobre Microsoft.
Un gran filántropo y un coleccionista de objetos raros
Con el dinero logrado con Microsoft Allen creó junto a su hermana Jody el conglomerado Vulcan Inc, con sede en Seattle, que se encarga de gestionar sus inversiones privadas y sus tareas filantrópicas.
Su trabajo filantrópico incluye la creación de organizaciones dedicadas a la investigación como el Instituto Allen por la Ciencia del Cerebro, el Instituto para la Inteligencia Artificial y el Instituto de Ciencia Celular.
Allen formaba parte de un grupo de los más ricos de EEUU que se han comprometido a donar casi toda su fortuna a organizaciones o proyectos sin ánimo de lucro. En 2010 reveló que creía que "los afortunados de haber tenido tanta riqueza deberían ponerla al servicio de la humanidad".
Durante la promoción de sus memorias, Idea Man, permitió que el programa 60 Minutos entrara en su casa para mostrar objetos de coleccionista de todo tipo, desde la guitarra con la que Jimi Hendrix tocó en Woodstock hasta aviones bélicos de época o un yate de 90 metros con su propio submarino.