Muere la aristócrata Pitita Ridruejo a los 88 años
En su casa de Madrid, donde llevaba recluida desde la muerte de su marido en 2016, el diplomático Mike Stialianopoulous.
La aristócrata Esperanza Ridruejo, más conocida como Pitita Ridruejo, ha fallecido este lunes, 6 de mayo, a los 88 años en su casa de Madrid. Fuentes familiares han indicado a Efe que será enterrada el martes en Soria, donde nació el 17 de diciembre de 1930.
Ridruejo estuvo casada durante años con el diplomático Mike Stialianopoulous —embajador de Filipinas en España y Reino Unido—, fallecido en 2016, con quien tuvo tres hijos.
La muerte de su marido fue un duro golpe para ella. “Para mí lo era absolutamente todo, mi media mitad, mi todo, el hombre más importante de mi vida”, dijo entonces y tras el funeral decidió retirarse de la vida pública y recluirse en su palacete del centro Madrid, donde finalmente ha fallecido.
A pesar de este retiro voluntario de su intensa vida social, Pitita Ridruejo fue una mujer muy conocida a finales de los años 80 por su relación con las apariciones marianas, a las que dedicó varios años de estudio después de que se le apareciera la Virgen.
Pitita Ridruejo fue una de las grandes damas de España. Hija primogénita del matrimonio de dos de las familias más ricas de Soria, los Ridruejo y los Brieva, se trasladó siendo muy pequeña con sus padres a Madrid.
En 1957 contrajo matrimonio con José Manuel Stilianópulos Estella, filipino de ascendencia griega, del que adoptó la nacionalidad y con el que tuvo tres hijos.
Como pintora, colgó parte de su producción en algunas exposiciones en Roma, y además protagonizó dos películas para la televisión alemana en 1970.
En 1971, a petición de Federico Fellini, realizó las pruebas para trabajar en un film a las órdenes del director italiano, pero el traslado de su marido le obligó a abandonar el proyecto. También en aquella época comenzó a interesarse por las filosofías orientales.
En 1973 fueron nombrados embajadores de Filipinas en España, etapa en la que acompañaron a los entonces príncipes de España en su viaje por ese país.
Posteriormente, al ser nombrado su marido embajador filipino en Londres, desarrolló una intensa actividad social y se introdujo en el mundo de la moda. También inició sus estudios de parapsicología, historia de las religiones y filosofías orientales.
En 1983 el matrimonio Stilianópulos decidió abandonar la carrera diplomática e instalarse en España, entre Madrid y Marbella, destacando entre los miembros de la “jet-set”, siendo objeto de crónicas sociales, como las escritas por Francisco Umbral.
Alabada por su elegancia, ha recibido numerosos galardones como el Premio Paride, el del diario Pueblo y varios del periódico ABC.
Escribió sobre temas de filosofías orientales en varias publicaciones hasta cambiarlos por lo que ella calificó por asuntos de “designios divinos”, que reflejó en un libro sobre la Virgen María.