Muere el controvertido cardenal George Pell, condenado (y luego absuelto) por abuso a menores
Ex número 3 del Vaticano, se convirtió en el clérigo católico de mayor rango en ser encarcelado. Pese a su posterior absolución, una demanda civil contra Pell seguirá tras su muerte.
El cardenal australiano George Pell, quien fue condenado en 2018 y luego absuelto de abusar sexualmente de dos menores en la década de los noventa, ha fallecido a los 81 años, informaron este miércoles representantes de la iglesia en Australia.
Pell, quien llegó a ser ‘número 3’ del Vaticano al ocupar el puesto de secretario de Economía entre 2014 y 2019, ha muerto en Roma la pasada noche debido a complicaciones cardíacas a raíz de una operación de cadera, indicó en un comunicado el arzobispo de Melbourne Peter Comensoli.
“El Cardenal Pell fue un líder de la Iglesia muy importante e influyente, tanto en Australia como internacionalmente, profundamente comprometido con el discipulado cristiano”, remarcó Comensoli.
En 2018, un tribunal australiano condenó a Pell a seis años de prisión por cinco delitos de abuso sexual, aunque en su última apelación, en abril de 2020 y después de que el religioso pasara trece meses en prisión, la sentencia fue revertida por la máxima instancia judicial de Australia.
La anulación de la sentencia en abril de 2020 no evitó que Pell se convirtiera en el clérigo católico de mayor rango en ser encarcelado. Además, tras su absolución fue recibido por el papa Francisco, pero no se terminaron de despejar las dudas sobre su figura, oscurecida también por las transferencias por cerca de 700.000 euros del Vaticano a una cuenta bancaria de Australia.
Algunos medios especularon con que esos movimientos financieros estaban vinculados al juicio de Pell y el Corriere della Sera fue más allá al vincularlo con supuestos pagos a testigos que habían acusado al cardenal australiano de abusos sexuales. La Policía australiana descartó hace dos años que hubiera irregularidades en esas transferencias realizadas desde la Santa Sede entre 2014 y 2020.
Una vida dedicada a la Iglesia
El religioso australiano, nacido en la ciudad de Ballarat -estado de Victoria- el 8 de junio de 1941, dedicó casi toda su vida a la iglesia católica.
En la década de 1970 y 1980 ejerció como sacerdote y educador en distintas parroquias y centros católicos australianos, incluido en su natal Ballarat.
El australiano fue designado obispo auxiliar de Melbourne en 1987, arzobispo en esta misma ciudad en 1996 y arzobispo de Sídney en 2001.
Dos años más tarde, fue nombrado cardenal por el papa Juan Pablo II, lo que le permitió votar en los cónclaves para elegir al sumo pontífice y, por tanto, fue uno de los papables en la votación en la que fue proclamado el actual papa Francisco en 2013.
Pell fue elegido al año siguiente prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, un nuevo puesto creado por el pontífice para atajar los escándalos en torno a las finanzas del Vaticano.
No obstante, al que era considerado ‘número 3’ de la curia romana, tras el papa y el secretario de Estado, le persiguió la sospecha por los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica en Australia, varios cometidos en Ballarat.
Su oscura (presunta) trayectoria
Pell vio interrumpido su mandato en ese puesto en el Vaticano y regresó a Australia en 2017 para afrontar el juicio en su contra por abusos sexuales a menores, varios de ellos en Ballarat.
En 2002, cuando era arzobispo de Sídney, un hombre aseguró haber sido abusado sexualmente por él en 1961, cuando tenía 12 años.
Pell, considerado del ala más conservadora en el Vaticano, siempre defendió su inocencia y negó tajantemente haber abusado de ningún menor, pero reconoció en 2016 que en la década de 1980 existía “un mundo de crímenes y encubrimientos” en la Iglesia católica para proteger a la institución.
Así lo declaró como testigo en la comisión especial que investigó la pederastia en las instituciones australianas y que concluyó en un informe que un 7% de todos los sacerdotes abusaron en Australia de menores a su cargo entre 1960 y 2015.
Esta misma comisión reveló que en los años 1970 había en Ballarat una red de sacerdotes pederastas.
El cardenal ha muerto con una causa judicial pendiente, ya que un tribunal de Australia abordaba desde julio del año pasado una demanda civil contra él y la Archidiósesis Católica de la ciudad de Melbourne presentada por el padre de uno de los dos niños que presuntamente fueron abusados sexualmente por Pell.
Pell ha mostrado en el pasado su oposición a la ordenación de mujeres, al divorcio y al aborto, y al menos en una ocasión rechazó dar la comunión a homosexuales durante una misa.
El cardenal fue el primer dirigente católico en abordar los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia australiana, con la puesta en marcha en 1996 de un programa de compensaciones económicas, aunque recibió críticas por no dar suficiente apoyo a las víctimas.
La demanda civil contra Pell seguirá tras su muerte
La Policía australiana presentó una acusación el 29 junio de 2017 por pederastia en el tribunal contra el cardenal, que ese mismo día pidió la excedencia en el Vaticano para demostrar su “inocencia”.
Pell fue condenado en diciembre de 2018 a seis años de prisión por cinco delitos de abuso sexual, uno de ellos por penetración oral, fallo que ratificado en agosto de 2019, aunque la condena después fue revertida en abril de 2020 por la máxima instancia judicial de Australia con base en el “beneficio de la duda razonable”.
Tras conocerse su culpabilidad el Vaticano anunció que Pell dejaría de ocupar el cargo de prefecto de Economía. Tras ser absuelto, Pell regresó a Roma donde falleció este miércoles.
Ahora, los abogados que representan a la acusación en la demanda civil presentada en Australia contra el cardenal George Pell por daños psicológicos por presuntos abusos sexuales, de los que fue absuelto, aseguraron este miércoles que proseguirán con el caso a pesar de la muerte del religioso.
El padre de uno de los niños -fallecido hace años- que acusaron a Pell de abusar sexualmente de ellos en la década de los noventa, en un proceso penal que primero culpó al cardenal en 2018 y más tarde lo absolvió en 2020, demanda una compensación económica por daños psicológicos.
Lisa Flynn, directora de la firma Shine Lawyers y quien representa al padre de la víctima, ha indicado en un comunicado que continuará con el proceso “contra la iglesia y cualquier patrimonio que haya dejado Pell”.
“Un juicio civil probablemente habría brindado la oportunidad de contrainterrogar a Pell y realmente probar su defensa contra estas acusaciones. Todavía hay una gran cantidad de pruebas en las que basar las acusaciones, y se le pedirá al tribunal que, a su debido tiempo, se pronuncie sobre esas pruebas”, apunta Flynn.
En agosto de 2022, el Tribunal Supremo de Victoria, la máxima instancia de esa región y con sede en Melbourne, rechazó una petición de la Iglesia católica para frenar la demanda.
El demandante, que aparece en los documentos judiciales como RWQ, asegura que sufrió daños psicológicos al conocer los supuestos abusos en los años noventa del siglo pasado contra su hijo, que falleció en 2014 debido a una sobredosis accidental.