Moratinos desembarca en Nueva York para afianzar la Alianza de Civilizaciones de la ONU
La semana pasada Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores durante gran parte (2004-2010) del mandato del presidente del Gobierno de José Luis Zapatero, en calidad de nuevo Alto Representante de la Alianza de las Civilizaciones de las Naciones Unidas (UNAOC en sus siglas en inglés), fue recibido por el Rey Felipe VI antes de reunirse con el jefe de la diplomacia española Josep Borrell.
Moratinos, que entre otros cargos también ha sido Representante Especial de la Unión Europea (1996 -2003) para el proceso de paz árabe-israelí, tomó las riendas de la Alianza a principios de este año, lo que le convierte en el español de más alto rango dentro del sistema de Naciones Unidas.
Esta entidad de la ONU, para la que este autor trabajó brevemente como consultor para su Global Forum el año pasado, promueve el diálogo interreligioso e intercultural para prevenir y combatir la hostilidad, intolerancia y los estereotipos negativos entre creencias y pueblos.
En materia de diálogo antirreligioso, y como indicó Moratinos en una entrevista a RNE la semana pasada, la organización ya ha iniciado conversaciones con la administración americana para poner en marcha iniciativas conjuntas. Una sorprendente revelación teniendo en cuenta el perfil conservador y escéptico de la Casa Blanca hacia la ONU.
Como el Alto Representante evocó durante una comida con periodistas españoles en Nueva York a la que atendí, la Alianza de Civilizaciones nació en 2005 tras una propuesta del presidente Zapatero.
Fueron ambos quienes, en septiembre de 2004 terminaron de dar forma a la idea durante el vuelo a Nueva York para participar en la sesión anual de la Asamblea General de la ONU. Una época marcada por las extraordinarias tensiones entre Occidente y el mundo musulmán surgidas tras el 9/11 de 2001, aún fresco en la retina, y los ataques terroristas de Bali (2002), Madrid (2004) y Londres (2005).
Poco después Turquía, país a caballo entre Oriente y Occidente y uno de los estados de mayoría musulmana más influyentes, se unió a la propuesta del presidente español, dándole el empujón final a una iniciativa que fue finalmente establecida en 2005 por Kofi Annan, Secretario General de la ONU en aquel momento.
Otra de las decisiones que Moratinos ya ha tomado al mando de la Alianza es añadir un pilar adicional al trabajo de la organización. Si hasta ahora la programación de UNAOC se modulaba en base a cuatro ejes (educación, juventud, medios de comunicación y migración), el antiguo ministro va a agregar un quinto: la mujer.
En un evento organizado a principios de febrero por la Generalitat Valenciana en Alicante, Moratinos apuntó que apoyar a la mujer es la manera más efectiva de impulsar el equilibrio y la prosperidad de comunidades, empresas y países. "La [plena] participación de la mujer ayuda tanto a fortalecer acuerdos de paz, como a crear sociedades más resilientes y economías más vigorosas,"recalcó el Alto Representante.
Tal y como el antiguo ministro subrayó durante el encuentro con periodistas en Nueva York, otro de los instrumentos con que pretende reforzar la Alianza es un mecanismo de reacción rápida. Un proyecto que contará con un equipo formado para ayudar a distender situaciones como la hostilidad mostrada por parte de algunos segmentos en Alemania tras la llegada de 1,1 millones de refugiados al país en 2015.
Otras de las prioridades del Alto Representante son los medios de comunicación. En una entrevista institucional, Moratinos recuerda como, durante la crisis de 2006 entre el Gobierno danes y la comunidad islámica a raíz de unas caricaturas de Mahoma, "a través de un equipo de expertos que la Alianza tenía, de periodistas, de gente con conocimiento y capacidad de tratar las noticias, pudo intervenir para bajar la tensión, reducir el enfrentamiento y encontrar un lenguaje que pudiese dar respuesta a las dos tesis que se enfrentaban".
Pero la propuesta más innovadora es quizás su proyecto para acercarse a los ayuntamientos: "son ellos los que día a día se enfrentan a comunidades guetoizadas, excluidas, enfrentadas y frustradas que no salen de su pequeño mundo y se refugian en sí mismas, reforzando el rechazo hacia los otros".
El veterano diplomático madrileño tiene la tarea de inyectar una nueva dosis de tangible eficacia a la organización que, hace ya casi 15 años, el mismo ayudó a proyectar. Como hemos visto, ideas no le faltan. A su favor también tiene el optimismo. Al ser preguntado si cree que la derecha española seguiría comprometida con la Alianza si ganase las elecciones del próximo 28 de abril, Moratinos se mostró animado: "cualquier gobierno español no solo debe apoyar, sino sentirse orgulloso de poder seguir adelante con esta iniciativa."