Mirella Serri: "A Mussolini le gustaría Giorgia Meloni, le gustaban las mujeres radicales"
La escritora publica '¡Mussolini ha hecho tanto por las mujeres! Las raíces fascistas del machismo italiano', donde repasa la opresión ejercida por el dictador al feminismo.
Sería un error decir que el machismo italiano no ha cambiado, pero no lo es sostener que sigue vigente en Italia, con otras “armas”. A una Italia pasada, aunque mentada hasta la extenuación en los últimos tiempos, vuelve la vista Mirella Serri, que acaba de publicar Mussolini ha fatto tanto per le donne! Le radici fasciste del maschilismo italiano (¡Mussolini ha hecho tanto por las mujeres! Las raíces fascistas del machismo italiano, ed. Longanesi).
La escritora (Roma, 1949) pide que mire hacia la estantería que abarca todo el muro del salón a rebosar, Hay tres hileras completas sobre Benito Mussolini. Pero en todo ese totum historiográfico del dictador aún no se había escrito exclusivamente la instauración del machismo durante su régimen. Es el momento, asume Serri, aunque le cueste tener que recibir mensajes muy duros en sus redes.
La conversación sobre Mussolini tiene lugar tras la victoria de la ultraderecha, con Giorgia Meloni como nueva primera ministra. Una política que al dictador le gustaría por su carácter, pero a que el lider fascista hizo todo lo que se podía hacer para impedir el desarrollo de las mujeres, estableciendo estatutos y leyes basadas en los “impedimentos femeninos”. Entre ellos, prosigue la autora, “ser sensibles” o que cada mes, a causa del periodo, “no eran capaces de estar lucidas y desarrollar una actividad como lo hombres”. Las normas establecidas por el dictador italiano, que destruían a las mujeres a nivel laboral, social, económico y psicológico, eran permanentes y extremas.
Pero Mussolini, que decía admirar a las mujeres inteligentes, se rodeó de las mejores, a las que seducía y utilizaba para llevar a cabo muchos de sus planes. ¿De dónde viene ese bloqueo absoluto al desarrollo femenino? ¿Del miedo, de los complejos, de la no aceptación de las capacidades femeninas? A estas cuestione trata de responder Mirella Serri.
¿Por qué escribir ahora sobre las leyes impuestas por el dictador en contra de las mujeres?
Porque nunca se ha puesto el acento sobre todo lo que hizo el dictador en contra de las mujeres. Se ha escrito mucho sobre aquel periodo, sobre la falta de libertad, sobre el crimen de honor, pero no del machismo instaurado por el dictador.
¿Antes de poner en marcha las leyes del dictador en contra de las mujeres el machismo ya se sentía?
¡Totalmente! Por ejemplo, la ley sobre el crimen de honor ya existía (Codice Rocco) pero Mussolini en 1930 la cambia y la refuerza. Italia siempre ha sido una sociedad patriarcal. Por poner un ejemplo, el que mataba a la esposa, a la hija, a la novia o a la amante, la pena que se le imponía era muy ligera porque así defendía su honor, pero también existía la Ley del Matrimonio Reparador, que consistía en casar al violador o al que abusaba de una mujer porque de esta manera podía “reparar el daño, así la mujer se quedaba contenta”.
¿Hay machismo actualmente en Italia?
Italia siempre ha sido una sociedad machista por la influencia de la iglesia y la sexualidad de las mujeres siempre ha estado vigilada, la violencia siempre ha existido, pero refiriéndome a aquella época, lo he llamado ‘Machismo de Estado’ porque lo hizo convertirse en una ley, era una ideología, una manera de ser que lo compartían tantas personas.
Le voy a poner un ejemplo, los fascistas entonaban muchas canciones con la palabra manganello, siempre con metáforas sexuales, como esta: Bimba ti voglio dare per sposo / un bel fascista. Tutta la notte / con il manganello in mano. (Niña, quiero darte por marido / un guapo fascista. Toda la noche / con la porra en la mano). Y le puedo dar muchos ejemplos más. No solo creaban canciones, la opresión a las mujeres era terrible y denigrante.
En el libro se recuerdan frases como ‘Las mujeres deben de quedarse en su lugar, las mujeres no tienen que lidiar con la política y deben de renunciar a actitudes y acciones cuya energía se adapta mejor a los varones’, escritas en el diario Pueblo de Italia.
“Yo he sentido en mi propia carne el machismo. Cuando era pequeña, mi madre tuvo que llamar a un carabinero después de recibir un bofetón del que era mi novio, pero el machismo era tal que mi madre pensaba que la solución era mandarme al internado a mí… imagínese la mentalidad”.
¿Mussolini maltrataba a sus amantes?
En mi libro describo cómo en una discusión que tuvo con una de sus novias, le clavó un cuchillo en el brazo. Appena arrivato in Svizzera, racconta Mussolini, «vendetti un bel coltello comprato a Parma col quale avevo ferito a un braccio la Giulia durante una delle nostre frequenti scenate. (“Recién llegado a Suiza, cuenta Mussolini, veis este precioso cuchillo que compré en Parma, fue con el que he herido en un brazo a Giulia en una de nuestras discusiones”).
Saltan tantas y tantas dudas cuando uno escucha que hasta hace poco tiempo no existía en Italia, ni siquiera una ley que protegiera el maltrato a las mujeres. (Código Rosso 2019).
El machismo persiste en Italia a pesar de los avances en todos sentidos, pero no denuncian, no se atreven, no lo cuentan y continúan sus vidas sometidas como en aquellos tiempos, cuando les decían que para lo único que servían era para casarse para procrear y criar a sus hijos. Las mujeres italianas hoy en día, luchan como jabatas para ser parte de la vida laboral en una Italia que no cesa en su crecimiento, en su desarrollo, en sus iniciativas pero… siempre o casi siempre lideradas por hombres.
Si Mussolini levantara cabeza, estaría contento de ver a una mujer que ha vencido las elecciones, pero lo estaría porque al dictador, si algo le atraía, eran las mujeres inteligentes, y de ellas se rodeó siempre. A muchas de ellas les duró el encanto solo los minutos que pasaron con el dictador, siete para ser precisos, en el salón del Palazzo Venezia, en sus encuentros íntimos y secretos, pocas vivieron largas relaciones con él, iban y venían, entraban y salían del Palazzo Venezia, a diario, pensaban que su vida cambiaría por aquel emocionante encuentro, pero solía ser solamente una fugaz emoción.
NDR: Mireia Serri, en su anterior libro, Claretta la hitleriana, cuenta momentos históricos del gran amor de Mussolini a la que le llevaba casi 30 años. Claretta Petacci tuvo un papel importantísimo durante el régimen del dictador, cercana a la comunidad judía y a Hitler.
¿De qué armas se valían las mujeres para acercarse a Mussolini?
En aquella época, se recurría a enviarle una carta en la que le pedían ayuda, una vez en sus manos, mandaba a la policía a investigar quién era la que firmaba, y así cada día, pero Claretta Petacci sí se convirtió en su amante fija aunque no fue la única, tenía un grupo de amantes las cuales le dieron hijos que después mantenía.
¿Y otra mujer clave en su vida?
La Balabanoff. Andrea fue su maestra, le ayudó a mil cosas, como las traducciones del alemán de obras que le interesaban, lo que le introduce a Marx. Ella le explica el concepto filosófico del marxismo y le ayuda intelectualmente. En 1912, fue nombrada redactora jefa del diario Avanti porque necesitaba a alguien que lo sustituyera en esta actividad de vez en cuando. Otra figura para no olvidar es Margherita Sarfatti, era hebrea y fue quien financió La Marcha sobre Roma.
¿Cómo es posible que el machismo continúa en Italia?
Si nos fijamos en la política, la presencia de las mujeres es bajísima. Me he leído la biografía de Giorgia Meloni y no existen proyectos para las mujeres. Para la Meloni vale la meritocracia. Está rodeada solo de hombres, por el momento no se ven mujeres en su staff.
¿Usted cree que Giorgia Meloni será un instrumento para los hombres que la circundan?
A mi parece que es una mujer capaz e inteligente y muy fuerte.
¿Que solo sea un megáfono?
No lo creo.
Si Mussolini resucitara, ¿qué diría de Meloni?
Pienso que le gustaría, por el hecho que haya ido adelante, le gustaban las mujeres radicales. Desde hace unos días se ha puesto en tono más colaborador con Europa, con América con la parte económica.
¿Qué debería cambiar para abolir el machismo en Italia?
Hace falta que se aceptaran en puestos de poder en la política a más mujeres, en el Parlamento, en el Senado, en las Instituciones.
¿Cómo viven las mujeres con sus familias actualmente en Italia?
En las familias las cosas están cambiando, pero todavía hay muchos feminicidios y las mujeres que “alzan la testa” y que buscan cambiar las cosas, los hombres no lo aceptan, y cuando las mujeres se quieren separar ellos, no lo se lo permiten. Las mujeres en Italia han empezado a denunciar la violencia hace muy poco, desde que existe el Códice Rosso (19 de Julio 2019).
¿Y cómo se comportan en las Redes Sociales los hombres que se dedican a la política con relación a sus adversarias?
Le voy a poner un ejemplo: los consejeros de derecha atacan a las consejeras de izquierdas utilizando un lenguaje soez, sus mensajes son a base de injurias y de connotación sexual terribles, como se hacía en la época de Mussolini y esto seguramente viene del machismo fascista. No me voy más lejos, yo a raíz de publicar este libro sobre Mussolini y sus leyes en contra de las mujeres, he recibido este mensaje en Facebook: que me decía brutta c… di m…
Mejor lo dejamos así...