Milena Smit: "Dejamos de ver el cine o las series con atención. Para eso, hazte un sudoku"
Netflix estrena su nueva serie española, 'Alma', el 19 de agosto.
El viaje de Alma con sus compañeros de clase termina de manera abrupta en un accidente de autobús en el que mueren la mayor parte de sus amigos y ella pierde la memoria. Esa es la premisa de la nueva serie española de Netflix, Alma, un thriller sobrenatural creado y dirigido por Sergio G. Sánchez.
Será el 19 de agosto cuando esta nueva producción llegue a la plataforma, encabezada con la joven Mireia Oriol, que está rodeado de un reparto de actores y actrices jóvenes donde destacan Milena Smit, Pol Monen, Claudia Roset, Álex Villazán, Javier Morgade o Nil Cardoner.
Para algunos de ellos, es su primer papel en una serie de este tamaño y no ocultan su alegría. “No llegan castings así todos los días y es una gozada. Pero por mucho que tú quieras, primero te tienen que coger, eso sí”, bromea Álex Villazán. Para Mireia Oriol, que interpreta a Alma, ha sido “un regalo” formar parte de este “proyectazo”.
“Es un guión increíble, bien estructurado, con ingredientes para todo el mundo. Y un añadido fue ver que era Sergio el que había creado todo esto”, explica Javier Morgade sobre lo que le atrajo en un primer momento de la serie. Sergio G. Sánchez, responsable de los guiones de El orfanato y Lo imposible se ha puesto al frente de Alma junto a Kike Maíllo, que también dirige algunos episodios.
Plasmar la salud mental en pantalla
El centro de la serie son un grupo de adolescentes, y la trama no huye de los problemas a los que se enfrentan los jóvenes en esa etapa de su vida y se habla de soledad o suicidio abiertamente.
“Para nosotros es superimportante, además de un honor, el poder darle el altavoz a temas tan sensibles y tan necesarios de visibilizar y normalizar, como son suicidios, enfermedades mentales, soledad, depresión…Y también todas estas emociones tan intensas que cuando eres adolescente sientes y que luego cuando crecemos nos olvidamos de ello”, relata Milena Smit.
La intérprete también ve “necesario romper con todos estos tabúes y prejuicios” como que no se debe hablar del suicidio en público. “Hay mitos como que hablar de suicidio fomenta el suicidio cuando está demostrado, dicho por la OMS, que hablar del suicidio en ningún momento lo fomenta sino que lo previene y ayuda a poder abrirse, poder contar tu situación y pedir ayuda”, denuncia Smit.
Por su parte, Javier Morgade cree que “hay un punto infantil en el concepto de tema tabú, en eso de si no lo veo no existe” y piensa que las series pueden ayudar a desterrar esa idea. “Se puede entender que haya gente a la que le cueste hablar de ello. La ficción lo que te permite es que no tienes que contarlo, lo vas a ver. No tienes que hablar de ello, simplemente vas a empatizar con lo que estás viendo y el simple hecho de que empatices, seguro que te lleva a conclusiones interesantes”, explica. En este sentido, Nil Cardoner defiende que es algo que hay que plasmar en “obras de arte, cine o teatro” aunque sea desagradable.
“Todos tenemos alguien cercano, o incluso nosotros mismos hemos sufrido cosas así, y lo que más ayuda es ver a alguien que está pasando por lo mismo y que te entiende y que da esperanza. Para mi es superimportante”, defiende Mireia Oriol. Es lo mismo que opina Claudia Roset, que piensa que “la realidad siempre supera a la ficción” y que “si esta realidad está traspasando las barreras de la ficción también hay que poner atención a eso”.
La dificultad de los personajes y el trabajo con Sergio G. Sánchez
Alma no se grabó cronológicamente y los actores tampoco rodaron juntos en grupo, por lo que encontraron varias dificultades a la hora de abordar sus personajes. “Estar en el tono era importante y creo que se ha conseguido bastante bien”, apunta Pol Monen.
“La estructura de la serie es compleja y al no estar rodada de forma cronológica, tienes que tener muy bien preparado el arco para tener claro qué ha ocurrido antes o qué ocurre después. Son muchas cosas y mucha profundidad que tienes que gestionar dando tumbos por el guión”, señala Álex Villazán.
Para Oriol y Roset, el mayor problema fueron sus propios miedos. “Quería controlar todo y había muchas realidades que yo no había vivido de cerca, entonces tuve que investigar un montón, controlar mi cuerpo, mi voz, todo, ser muy específica. Al principio dudaba mucho de mi”, confiesa Oriol. Mientras, Roset revela que “cada día se ponía una piedra enorme” y mezclaba su bagaje con el de su personaje.
Todo el reparto coincide en el papel fundamental de Sergio Sánchez y Kike Maíllo para sacar adelante la serie. “Tenía muchísimas ganas de trabajar con Sergio, me encantan los guiones de El orfanato y Lo imposible, el tema de la familia, la emotividad, su toque personal. Siento que está en Alma, sobre todo en los últimos tres capítulos que me parecen un cierre emocional muy bonito”, relata Pol Monen.
“Sergio confía, e inevitablemente hace que tú confíes en lo que estás haciendo aún sin ver realmente lo que luego en la serie está sucediendo. Es muy diferente ver una serie de ciencia ficción o sobrenatural a rodarla, porque muchos elementos que luego ves son en postproducción. Que un director de la talla de Sergio confíe en tu instinto y tu imaginación para poder desarrollarte a nivel actoral en el set es maravilloso”, alaba Milena Smit. Para Nil Cardoner, Maíllo también ha mostrado esa confianza, y les ha dejado “espacio” para hacer su trabajo.
En resumen, han sido una dupla de éxito. “Me gusta mucho la simbiosis que han formado los dos dirigiendo. Kike le ha aportado quizás pulso narrativo, que en muchos momentos de la serie se ve, mantiene muy bien el thriller, la tensión. Todo eso unido a todo el mundo emocional de Sergio”, apunta Monen. “La emotividad y la sensibilidad de Sergio sumada al ritmo de Kike es la combinación perfecta”, añade Smit.
Las series españolas y el futuro de las salas de cine
Alma es una más del puñado de series españolas que está producción Netflix. La oferta ha crecido tanto en las plataformas como en los canales generalistas y puede ser una oportunidad para valorar lo que se hace en casa.
“Creo que nos estamos liberando de prejuicios porque no es real que las pelis o las series españolas sean malas. Hay joyas en el cine español y a veces me da la sensación de que hasta que no es valorado fuera no nos damos el permiso para continuar explorando, como que nos falta esa confianza. Y de verdad, hay grandes actores, grandes ideas y hay materiales muy buenos. Hace falta un pequeño saltito de riesgo y de confianza”, defiende Claudia Roset.
Para Oriol, las plataformas han jugado un papel importante para la globalización de las series: “Estados Unidos era la referencia y ahora por primera vez creo que el prisma está girando hacia Europa. Creo que España está empezando a tener referentes y es importante porque se hace un cine y unas series con mucha marca propia”.
Ambas actrices coinciden junto a Villazán en que el modelo de plataformas puede y debe coexistir con las salas de cine, y que cada uno tiene su momento. “A mí me encanta ir al cine, es un evento, pero las plataformas han dado accesibilidad, porque ir al cine es muy caro. Yo quiero ir al cine cada día y no puedo”, puntualiza Oriol.
Según Milena Smit, no todas las series y películas se pueden ver de la misma forma, y en concreto el género sobrenatural “es importante verlo en calidad”. “Hay muchísimo trabajo para hacer este tipo de proyectos, mucho esfuerzo, mucho dinero invertido, y es para que el espectador lo disfrute en una pantalla, con un sonido, que puedas percibir y te pueda transmitir todas esas emociones, que es realmente para lo que está diseñado el proyecto. Muchas veces con un móvil no nos llegan los efectos especiales, visuales o de sonido porque tienen que atravesar la televisión o una pantalla de cine”, defiende la actriz. “Es una pena porque dejamos de ver el cine o las series con atención, es como si nos lo pusiéramos por matar el tiempo. Para eso, hazte un sudoku”, concluye Smit sobre la forma de consumir series o películas y ponérselas de fondo.