El milagro de Extremadura con el coronavirus que "solo consiste en cumplir las normas"
Cómo la región ha pasado de presentar los peores datos de la pandemia en todo el país a los mejores en apenas un mes.
21 de enero: España sigue sufriendo los estragos de la tercera ola, con una incidencia cercana a los 800 casos y con muchas regiones rozando el colapso sanitario. Los datos son especialmente duros en Extremadura, que marca su tope con una incidencia de 1.467 positivos por cada 100.000 habitantes a 14 días (casi el doble de la media nacional).
1 de marzo: en plena desescalada la incidencia en España cae a 175, pero el desplome de la curva es aún más llamativo en Extremadura, que presenta apenas 56 casos por cada 100.000 habitantes. Ninguna comunidad está por debajo.
La cifra de la incidencia acumulada no es solo un índice llamativo. Sus efectos más inmediatos se reflejan en la ocupación hospitalaria. En poco más de un mes, Extremadura ha pasado de tener un 21,94% de plazas en planta y un 35,65% de camas UCI ocupadas solo por pacientes con covid a un 2,65% y un 10,85%, respectivamente. Ambos son los mínimos en todo el país.
Con respecto a la mortalidad, a finales de enero Sanidad reconocía alrededor de 80 muertos en una semana; ahora registra una veintena. Esta tendencia es aún más llamativa en relación a la positividad de los test efectuados, del 21% al 2% actual (de nuevo, el índice más bajo del estado). Apenas han pasado cinco semanas entre ambas métricas
¿Es un nuevo ‘milagro’, como el que decían que ocurrió en Madrid después de la segunda ola? “No, esto consiste en cumplir las normas”, confiesa los vecinos.
No solo cerrar
Esas normas fueron muy estrictas y sus efectos se han hecho especialmente notables tras varias semanas de funcionamiento. Durante semanas, la región estuvo bajo un toque de queda desde las 22:00 horas, con confinamientos municipales, provinciales y autonómicos y con la actividad no esencial cerrada, al igual que bares, restaurantes y comercios en localidades de más de 5.000 personas.
Pero cerrar y limitar no han sido las únicas bazas del gobierno autonómico. Los expertos sanitarios destacan los test masivos, que dispararon la incidencia inicialmente pero que permitieron el rastreo y control de positivos sin que se expandiesen libremente.
La vacunación también se deja notar. A 1 de marzo, Sanidad reconoce que la comunidad ha administrado el 88,1% de las dosis recibidas (el promedio en España es del 84,9%), con más de 111.000 vacunas puestas y casi 40.000 personas ya inmunizadas con las dos inyecciones.
La caída de la curva ha llevado al Ejecutivo regional a comenzar a relajar algunas, aunque nada de levantar la mano demasiado antes de tiempo, apuntan, especialmente ante la llegada de la Semana Santa, que volverá a estar muy limitada por la pandemia.