Mil trasplantes menos en 2020 por culpa de la pandemia
España sigue siendo líder mundial en estas intervenciones, con 4.425, pero la crisis del coronavirus rompe una racha de récord.
La actividad de donación y trasplante en 2020, como todos los ámbitos de nuestra vida, ha estado marcada por la crisis generada por la Covid-19. El sistema es fuerte en nuestro país, que sigue siendo líder mundial en este tipo de intervenciones, pero el frenazo se na notado: a lo largo del pasado año se realizaron en nuestro país 4.425 trasplantes de órganos, lo que corresponde a una tasa de 93,3 por millón de población (p.m.p.). Una cifra lejana a los 5.449 de 2019, pero que el Ministerio de Sanidad valora muy positivamente por la situación tan complicada que se ha vivido.
Según los datos aportados por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Esta actividad fue posible gracias a las 1.777 personas que donaron sus órganos tras fallecer, lo que nos sitúa en 37,4 donantes p.m.p., y a las 268 personas que donaron un riñón o parte de su hígado en vida. A pesar de las circunstancias adversas, el descenso de actividad de trasplante se ha reducido con respecto a 2019 en solo un 18,8%, gracias a la implicación de los profesionales de la red y a la solidaridad de la sociedad española.
Aún en plena crisis sanitaria, la tasa de donación de España es muy superior a la del resto de países en época pre-pandémica. De este modo, en 2019 Alemania registró 11,3, Australia 21,8, Canadá 22,2, Francia 29,4, Italia 25,3, Estados Unidos 36,1, Reino Unido 24,7 y la Unión Europea en su conjunto 22,5 donantes p.m.p.
Según datos de la ONT, en 2020 se realizaron 2.700 trasplantes renales, 1.034 hepáticos, 336 pulmonares, 278 cardíacos, 73 de páncreas y 4 intestinales. La actividad de trasplante de donante vivo también se ha conseguido mantener, con un total de 257 renales y 11 hepáticos.
Los datos los ha dado a conocer esta mañana la Secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, acompañada por la Directora General de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil. Silvia Calzón ha destacado “la fortaleza del Sistema Español de Trasplantes en plena adversidad. Pese a frenar su ritmo de actividad, seguimos en una posición de excelencia a nivel mundial”.
“El sistema español de trasplante no ha sido ajeno a la pandemia del coronavirus y España no habrá alcanzado un nuevo máximo histórico, pero sí que ha alcanzado logros de una extraordinaria importancia y sigue manteniendo una excelencia mundial en materia de donación y trasplante de órganos”, ha apostillado la secretaria.
La secretaria de Estado de Sanidad ha señalado que el descenso de actividad se produjo fundamentalmente durante la primera ola de la Covid-19, durante los meses de marzo a mayo de 2020. Hasta ese momento, la donación y el trasplante mantenían un ritmo ascendente, demostrando la eficacia de las medidas del Plan Estratégico 50X22 de la ONT.
Este plan persigue alcanzar los 50 donantes por millón de personas y superar los 5.500 trasplantes en 2022, algo que seguramente habríamos conseguido en 2020 si no hubiera sido por la Covid-19.
Sin embargo, la pandemia provocó una sobrecarga del sistema sanitario y de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), que se volcaron en los pacientes con Covid-19.
“No debemos olvidar que sólo entre el 1 y el 2% de las personas que fallecen en un hospital lo hacen en condiciones de ser donantes y lo hacen en las UCI, unidades que han estado muy saturadas, sobre todo en los momentos más críticos de la epidemia” ha aclarado la Secretaria de Estado. Un segundo motivo que explica el descenso de actividad está relacionado con la seguridad de los pacientes y la preocupación por el impacto que la infección Covid-19 podría tener en los receptores de un trasplante.
Pese a la pandemia, el número de pacientes en lista de espera para recibir un órgano es ligeramente inferior al registrado en 2019 (4.889 pacientes). Este descenso, según la directora general de la ONT, se debe fundamentalmente a una reducción en el número de pacientes incluidos en lista de espera para trasplante durante 2020, lo que se atribuye a la saturación del sistema sanitario por el coronavirus.