Miguel Ángel Silvestre: "Estoy totalmente en contra de un juicio tan rígido como la pena de muerte"
El actor protagoniza 'En el corredor de la muerte', la serie sobre el caso de Pablo Ibar inspirada en el libro de Nacho Carretero.
VITORIA.— Después de ver a Miguel Ángel Silvestre interpretar a Pablo Ibar, cualquiera se atreve a decir que su personaje de En el corredor de la muerte es el papel de su vida. Interpretativa y emocionalmente hablando. La historia del español condenado a cadena perpetua en Estados Unidos —después de 16 años en el corredor de la muerte por triple asesinato— le ha calado en el plano profesional y en el personal. No es para menos. No hay más que ver el primer episodio de la serie inspirada en el libro de Nacho Carretero que Movistar+ y el actor han presentado este martes en el FesTVal de Vitoria. Llegará a la plataforma el 13 de septiembre.
Lo hemos visto en ficciones a un lado y al otro del charco, incluidas producciones de la talla de Narcos. Sin embargo, esto es otra cosa. No todos los días se adquiere un compromiso y una responsabilidad de esta magnitud en televisión. “Hablamos de si es o no inocente, de qué defiende esta serie. Hablamos de la pena de muerte”, ha explicado el protagonista en una entrevista con El HuffPost.
A Pablo Ibar lo condenaron por una imagen, a pesar de que los expertos se pronunciaron en el juicio, en el que aseguraron que el chico del vídeo que se aportó como prueba no era el español. Tampoco encontraron jamás ADN en la escena del crimen.
“Nunca llegaré a sentir lo que siente un preso ni lo que ha sentido Pablo, la angustia de estar en una celda... la mía nunca estaba cerrada. Nuestra labor ha sido representar esa angustia”, ha apuntado Silvestre.
Al actor se le ve la emoción en los ojos cada vez que habla de un posible encuentro con Ibar, incluso se le nota en la voz. Su implicación emocional es clara, tanto como el partido que le ha sacado a este papel. Bordado.
Se te nota enganchado emocionalmente a la historia de Pablo Ibar.
Es inevitable. Cuando conoces la historia de alguien que está viviendo una injusticia con todos los contratiempos que ha habido, es inevitable no seguirla de cerca, es inevitable que cualquiera de las noticias te toquen de una manera personal. Hoy voy a conocer a su padre que dice que está orgulloso y contento del resultado que ha visto y eso me hace sentir muy bien.
¿No has podido desconectar después del rodaje?
Lo bueno de esta serie es que el rodaje han sido solo dos meses y luego lo dejas ahí e intentas volver a tu vida y tu universo, porque esta serie requería de mucha disciplina con el acento, con la expresión. Una vez que terminó me sentó muy bien estar con mi familia, y poco a poco se van diluyendo todas esas emociones que vivimos en cada escena.
Aunque no hayas podido conocer a Pablo Ibar, ¿has tenido la oportunidad de comunicarte con él de alguna forma?
No. Para mí es muy importante respetar su silencio. Pocas cosas le quiero preguntar. Me gustaría más escucharle y no entrar en preguntas. Al final hay mucho material de él, Nacho Carretero sabe mucho de su historia, y ahora que sale la serie me gustaría decirle que creo en él y que ahí estoy.
¿Has sentido vértigo por implicarte en un proyecto sobre un tema tan sensible o por la sombra de la culpabilidad que se ha proyectado sobre Ibar?
Después de hacer las pruebas y que me propusieran el proyecto me dio vértigo dar una respuesta. Era la responsabilidad de decir ‘¿de qué estamos hablando? ¿Estamos hablando de si estamos a favor o en contra de la pena de muerte?’. Hasta el momento nunca me había hecho esa pregunta, podía tener una sensación, pero no una opinión. Eso me dio un poco más de respeto y dije que sí porque creí en la inocencia de Pablo. Estoy totalmente en contra de un juicio tan rígido como es la pena de muerte.
¿Qué esperas de la serie, concretamente en España?
Va a dar visibilidad a un caso que en algún momento nos tocó a todos aquí, cuando vimos por primera vez que había un español condenado a muerte en Miami. Va a dar veracidad de todos los sucesos que pasaron allí. Creo que nos va a acercar a Pablo Ibar y a su familia y nos va a contar una de las muchísimas historias que corroboran que el sistema no siempre quiere lo mejor.
Ya te hemos visto hablar con acento colombiano en Narcos, pero viendo En el corredor de la muerte parece incluso que estés doblado. El acento latino es tan real que no parece tu voz.
Son muchas horas de trabajo, incluso viajé a Cuba para ello. Era algo muy importante para interpretar la expresión de Pablo. Un acento no solo es el tono de voz, sino todo lo que conlleva: una personalidad, rodearme de un buen equipo, de un actor cubano que vive en Madrid que me ayudó con la dicción en todas las escenas... le tenían en el rodaje siempre con los cascos y me decía cómo lo iba viendo. ¡Pero sí, es mi voz! (Sonríe).
La televisión que se hace ahora poco tiene que ver con la de los tiempos de Sin tetas no hay paraíso, la serie con la que la gente te empezó a conocer mucho más. ¿En qué lo notas tú?
Las plataformas pueden arriesgar más en sus contenidos y eso está dando pie a una evolución muy fuerte en la ficción. Hay excepciones, como Antena 3 con Fariña. Arriesgaron y les salió bien, pero es cierto que están mucho más limitados. Es muy buen momento para el arte, para la creatividad, para contar historias y darle perspectivas muy diferentes a las que estamos acostumbrados.
¿En algún momento has sentido que se te haya colgado la etiqueta de ‘el actor que triunfa por ser guapo’? Si alguna vez alguien te la ha colgado, ¿este papel puede hacer que te desprendas de ella?
Nunca me he sentido con esa etiqueta, honestamente. Siento que si en algún momento me la han puesto, me ha ayudado más de lo que me ha perjudicado y hay que ser justo con eso. Siento que también he tenido posibilidad de experimentar y hacer personajes que a lo mejor no han tenido tanta relevancia, pero sí que han supuesto algo importante para mí artísticamente.