Microsoft que pagará 68.700 millones de dólares para hacerse con la firma de videojuegos Activision Blizzard, su mayor adquisición hasta la fecha y una fuerte apuesta por ese sector y el desarrollo del metaverso.
La operación, que aún debe ser autorizada por los reguladores, dará acceso al gigante tecnológico a un catálogo que incluye títulos ya clásicos como Warcraft, Diablo, Overwatch y Call of Duty, junto a exitosos juegos de móvil como Candy Crush.
Microsoft, que ya cuenta con una importante presencia en el mundo de los videojuegos con su consola Xbox y títulos como Minecraft, se convertirá así en la tercera mayor empresa del sector en términos de facturación, sólo superada por la china Tencent y la japonesa Sony.
Justo tras esta jugada se esconde una guerra entre Xbox y Playstation por la exclusividad de títulos, ya que en el paquete también entra la compra de Bethesda, una desarrolladora potente.
“Los videojuegos son hoy la categoría de entretenimiento más dinámica y emocionante en todas las plataformas y tendrán un papel clave en el desarrollo de las plataformas del metaverso”, explicó en un comunicado el presidente y consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella.
El metaverso, una realidad paralela 100 % virtual, es uno de los grandes objetivos de las grandes firmas de Silicon Valley, empezando por Facebook, que incluso ha cambiado a Meta el nombre de su empresa matriz para dejar clara la importancia de ese concepto.
Microsoft espera que la compra de Activision la ayude a poner los pilares de ese metaverso, donde los usuarios pueden jugar, comprar y relacionarse usando avatares.
Una empresa en problemas
Pese a su poderío, Activision es ahora mismo una compañía inmersa en importantes problemas, vinculados sobre todo a una supuesta cultura empresarial tóxica y sexista.
Tras dos años de investigaciones, el pasado julio las autoridades de California demandaron a la firma por presuntos casos de acoso sexual y discriminación por parte de sus ejecutivos, describiendo continuos comportamientos inapropiados contra empleadas y unas condiciones de trabajo peores para las mujeres.
Este lunes, Activision anunció que desde entonces había despedido o apartado a más de tres decenas de empleados y disciplinado a otros 40 en un intento por dar respuesta a esos problemas, que han lastrado su cotización en bolsa desde que salieron a la luz.
En su anuncio de ahora, Microsoft dijo que el consejero delegado de Activision Blizzard, Bobby Kotick, seguirá por ahora al mando de las operaciones, que pasarán a estar bajo la dirección del jefe de Microsoft Gaming, Phil Spencer, una vez que se complete la fusión.
Histórico
La operación es, con mucha diferencia, la mayor adquisición hecha por Microsoft desde que fue fundada en 1975 por Bill Gates y Paul Allen y uno de los grandes movimientos recientes en el ámbito tecnológico.
Hasta ahora, el mayor desembolso de la empresa con sede en Redmond (estado de Washington, EEUU) habían sido los alrededor de 26.000 millones de dólares que pagó en 2016 para hacerse con LinkedIn, seguido de los 16.000 millones que gastó el año pasado en la firma de inteligencia artificial Nuance Communications.
Microsoft, que tiene unas reservas de efectivo de más de 130.000 millones de dólares, ha mostrado un importante apetito por las adquisiciones de la mano de Nadella, que asumió la jefatura ejecutiva en 2014.
Aunque varios intentos sonados nunca se cerraron, incluidas las conversaciones para hacerse con Pinterest, TikTok o Discord, la empresa ha gastado miles de millones de dólares en los últimos años para ampliar su cartera de negocios.
Sólo en el ámbito de los videojuegos, había invertido ya más de 10.000 millones de dólares en la compra de, entre otros, el popular juego “Minecraft” y de ZeniMax Media (creador de la franquicia “Doom”).
Además de muchos títulos conocidos, la compra de Activision Blizzard dará a la tecnológica acceso a los 400 millones de personas que juegan cada mes a sus juegos, que se sumarán a su servicio de suscripción Game Pass, que acumula ya 25 millones de abonados.
En Wall Street, el anuncio de la operación hizo bajar con claridad las acciones de Microsoft -que en el último año han ganado más de un 40 %- y disparó las de Activision. Sony se desplomó también este miércoles más de un 9 % en la apertura de la bolsa de Tokio, tras conocerse la noticia.
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