Mi novio no me sigue en redes y no me molesta
Mantener la relación al margen de las redes sociales es emocionante y un soplo de aire fresco.
Soy una usuaria activa de las redes sociales y mi novio, no. Su publicación más reciente en Instagram ya tiene tres años y todavía no somos amigos en Facebook. De hecho, llevamos un año saliendo y aún no me ha seguido en ninguna red social.
Cuando nos conocimos, los perfiles extrañamente vacíos de mi novio me hicieron sospechar de él. Ya había tenido citas con varios hombres que se negaban a interactuar conmigo por internet o que simplemente no querían que yo ni nadie los encontrara porque ya tenían novia, porque no tenían amigos o porque tenían un hijo del que preferían no hablarme.
Me parecía casi de sociópata que un hombre que rozaba los 30 años y tenía un trabajo cercano a los medios de comunicación decidiera vivir al margen de las redes sociales. Sin embargo, me gustó y acabé decidiendo que no era un infiel a escondidas ni un falso feminista ni el líder de un grupo secreto de lucha por los derechos de los hombres.
Aun así, pese a que cada vez había más conexión y cercanía entre nosotros, me parecía raro que no mostrara ningún interés por agregarme en Facebook o por dar a Me gusta a mis fotos. Me ponía de los nervios y me dolía porque me daba la impresión de que quería ocultar nuestra relación y nuestro vínculo.
Al ser mi presencia en internet ligeramente subida de tono, me preguntaba si se avergonzaba o se sentía incómodo conmigo. Nos gustábamos y pasábamos mucho tiempo juntos en público. Entonces, ¿por qué no le interesaba estar juntos también en las redes sociales?
Era una preocupación menor, pero las relaciones no se dan en un vacío social o cultural. Internet también es la vida real, y lo que sucede ahí nos afecta individual y socialmente. Por mucho que me avergonzara lo tonta y cortarrollos que sonaba, al final le dije que quería gustarle también por internet.
Resulta que mi novio no se avergüenza de mí ni intenta parecer soltero en internet, sino que, como les pasa a muchos que se abren una cuenta de Twitter o Instagram y se arrepienten al instante, navegar por las redes sociales a mi novio le sienta fatal.
Los estudios demuestran que hay una fuerte relación entre las redes sociales y los sentimientos de depresión y soledad, y como mi novio ya vive con depresión, pasar tiempo en las redes sociales le hace sentirse peor. A veces también sufre ansiedad grave y ataques de pánico por no creerse suficiente al compararse con otras personas de internet.
Ver fotos de famosos o de amigos con una vida aparentemente más atractiva le hacía sentirse una mierda, de modo que dejó de hacerlo. Mi novio no pasaba de mí ni intentaba evitarme en las redes, sino que estaba dando los pasos necesarios para hacer frente a sus síntomas y para cuidarse a sí mismo, algo que apoyo.
Cuando hablamos sobre esto, me contó lo mucho que valora nuestra relación, me dijo que estoy estupenda y que está orgulloso de salir conmigo. Eso era lo único que necesitaba oírle decir.
Acordamos mantener nuestra relación al margen de las redes, de modo que no interactuamos entre nosotros por internet ni subimos fotos juntos ni hablamos de los detalles de nuestras vidas digitales. No entro a sus perfiles porque básicamente están congelados en el tiempo y él raramente visita los míos, de modo que la mayoría de nuestras conversaciones e interacciones suceden fuera de internet, en persona. Ninguno se siente presionado para interactuar entre nosotros por internet porque somos más conscientes del tiempo que pasamos juntos en persona, aunque a mí me siguen encantando las fotos de mis amigos emparejados.
No son límites estrictos ni normas irrompibles, pero hasta el momento, mantener la relación al margen de las redes sociales es emocionante y un soplo de aire fresco. He estado en muchas relaciones tóxicas con parejas celosas que supervisaban mis redes sociales para controlar adónde iba y con quién pasaba el tiempo, de modo que me sentía constantemente vigilada. También tuvimos discusiones acaloradas por algunas de mis publicaciones “picantes”.
Sé que mi actual pareja confía en mí y siento que por fin puedo estar tranquila sin la presión de mostrar una identidad digital que a mi pareja le parezca “apropiada”. Publicar una foto mona con mi actual pareja sería como dedicarles un “que os jodan” a todos mis exnovios y no exnovios que me hicieron sentirme indeseada e incapaz de ser amada, pero ahora que estoy en una relación sana cimentada sobre el respeto mutuo y la privacidad, mantener unos límites sanos me parece una alternativa mucho más productiva.
No creo que haya que borrar el rastro de las relaciones previas ni pienso que las redes sociales estén echando a perder lo bonito de las citas, pero a nosotros mantenernos al margen nos está funcionando.
Ahora que tenemos unas pocas fotos juntos, quizás decida subir una, pero no será pronto. Aunque he aparecido en desnuda en internet más de una vez, hay cosas, como mi familia y mis relaciones, que me parecen más personales y prefiero mantener en privado.
Estoy en la relación más feliz y sana que he tenido en mi vida y sigo sin querer que mi novio me siga en las redes.
Este post fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.