"Mi marido y yo hicimos un trío y ahora no para de hablar con ella"
Es difícil que alguien externo a la pareja solucione esto y es comprensible el punto de vista de ambos.
Los tríos son un tema muy controvertido. A algunas personas no les interesa en absoluto, mientras que otras lo desean tanto que se plantean cortar su relación si su pareja no lo acepta. Y en el momento en el que ambos acceden a hacer un trío, queda el problema de encontrar al “tercero”.
¿Buscas a alguien en un bar? ¿En Tinder? ¿O mejor se lo propones a algún amigo o a algún antiguo rollo de una noche? ¿Y después qué pasa? Puede ser un asunto difícil de gestionar.
Una lectora, Priya, se ha encontrado en este dilema.
“Mi marido se niega a dejar de hablar con la mujer con la que hicimos un trío”, cuenta Priya a la edición británica del HuffPost.
“Hicimos un trío con la amiga de mi marido y ahora no deja de hablar con ella. Me di cuenta de que estaban en constante comunicación después del trío y le pedí que dejara de estar en contacto”.
“Unos meses después me dijo que seguían hablando y que se habían visto dos veces, pero que no había nada entre ellos, que solo eran amigos. Yo me enfadé mucho. Nuestra confianza desapareció. Cuando estallé y pedí (de nuevo) que cortara todos los lazos con ella, se negó. Dijo que estaba dispuesto a demostrarme que solo son amigos, que no tiene ningún interés en estar con ella ni ella con él, pero que no va a cortar la comunicación”.
Priya dice que no cree que su marido la esté engañando, pero sí se siente poco respetada porque su marido va en contra de sus deseos.
“Le creo cuando dice que solo son amigos, pero me parece que está jugando con fuego, y ya hemos pasado por tantas cosas por ella que me duele que se siga arriesgando”, dice.
¿Se equivoca su marido? ¿Debería Priya sentirse molesta porque su pareja siga hablando con esa mujer? Georgina Smith, asesora de relaciones, opina al respecto.
¿Qué le dirías a esta lectora?
Smith comprende que para Priya es una situación muy difícil, y entiende la tristeza y la rabia que siente.
“Es un momento perfecto para recordar que invitar a otra persona a la vida sexual de una pareja debe debatirse de antemano para acordar los límites”, advierte Priya.
“Cualquier miembro de la pareja tiene derecho a plantear sus preocupaciones sobre las amistades externas a la relación y a debatir sobre ellas sin que su pareja reaccione a la defensiva. Sobre todo en este caso, dado el cruce de los límites sexuales que ya se ha producido”.
¿Debería su marido dejar de hablar con esa mujer?
“Es difícil que alguien externo a la pareja determine esto. Comprendo el punto de vista del marido: no tiene ninguna duda de sus sentimientos y no entiende por qué una amistad sería una amenaza para su mujer”, dice Smith.
“Sin embargo, su mujer se siente muy afectada, y lo correcto para la relación podría ser anteponer las necesidades de su mujer”.
Smith se pregunta qué le ofrece emocionalmente esta mujer (incluso como amiga platónica), que su esposa no pueda.
Consejos prácticos para este matrimonio:
Smith enumera una serie de pasos:
- Un buen punto de partida sería acudir a un terapeuta de parejas, un espacio neutral y seguro en el que contar sus respectivas perspectivas de los hechos.
- Mantener la comunicación con amabilidad y empatía es fundamental. Son unas circunstancias complicadas.
- Comprometerse a futuro de una forma que alimente la confianza en la relación requerirá sacrificios: el compromiso de ser transparente acerca de toda comunicación con personas ajenas al matrimonio (o cortar la comunicación), por ejemplo, podría ser importante.
- Encontrar juntos unos límites aceptables respecto a esta amistad, futuras amistades y futuras prácticas sexuales.
- Descubrir qué es lo que tiene que cambiar en la relación para que sea un espacio emocionalmente satisfactorio tanto para el marido como para la mujer.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.