Merkel reaparece y lanza un mensaje que saca los colores a los líderes mundiales
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La excanciller germana Angela Merkel recibió anoche el máximo galardón de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Premio Nansen, en una ceremonia donde defendió la política de acogida de refugiados que abanderó en 2015 y 2016 frente al “egoísmo de querer una Alemania solo para los alemanes”. Las palabras de Merkel, en un contexto en el que la ultraderecha asciende incluso a los Gobiernos, en el que las políticas migratorias siguen siendo esencialmente policiales, sacan los colores a los líderes mundiales del momento.
“Otros, sin embargo, pensamos entonces que lo importante de cara al futuro era ser un país con autoconfianza, abierto a otros seres humanos”, subrayó en un discurso donde afirmó que “ningún refugiado debería ser devuelto a la fuerza a países donde sufren persecución”, por más que haya casos en España, en Grecia o Reino Unido.
Merkel reconoció en la ceremonia de Ginebra que la recepción masiva de refugiados en 2015 y 2016 procedentes principalmente de Siria fue “un duro reto” para Alemania, por lo que agradeció por ello a los gobiernos locales del país y las familias que participaron en la campaña de acogida. “Espero que los buenos ejemplos se propaguen, y que cada vez más gente se sienta obligada a ayudar a las personas que lo necesitan”, afirmó la excanciller, quien recordó que “ninguna persona deja su país de forma frívola, sin haberlo pensado antes muy cuidadosamente”.
Merkel también recordó en la ceremonia de hoy a países vecinos a Siria que asumieron retos “mayores que el de Alemania”, caso de Líbano o Jordania, con grandes comunidades sirias pese a las dificultades económicas que sufren sus países, o Turquía, con 3,8 millones de personas huidas del territorio sirio.
El alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, destacó al entregar el premio a Merkel que la excanciller “demostró visión, coraje y fortaleza cuando la gente llamó en grandes números a las puertas de Alemania”, erigiéndose en “una brújula moral que mostró el camino a otros en Europa y el mundo”.
“Esas cualidades son enormemente necesarias en los líderes del mundo actual, tan lleno de divisiones, en el que más de cien millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares”, afirmó el alto comisionado italiano.
Entre 2015 y 2016, en el peor momento de la guerra en Siria que generó una crisis de refugiados que llegaban a Europa, Merkel tomó la decisión de que Alemania acogería a 1,2 millones de refugiados y solicitantes de asilo.
En esa ocasión, Merkel justificó el paso que estaba dando afirmando que Europa estaba frente a una situación que ponía a prueba sus valores de forma excepcional, que actuar de ese modo era “un imperativo humanitario” y rechazó con firmeza los argumentos nacionalistas que intentaban bloquear la medida.
La excanciller prometió repartir el dinero del premio (150.000 dólares) a los cuatro ganadores de las categorías regionales de esta edición: la brigada de bomberos voluntarios Mbera (Mauritania), la activista humanitaria nicaragüense Vicenta González, la organización birmana Meikswe Myanmar y el ginecólogo iraquí Nagham Hasan.
El galardón de ACNUR toma su nombre del explorador noruego y pionero en la lucha por los derechos de los refugiados Fridtjof Nansen (1861-1930), primer alto comisionado internacional para la protección de ese colectivo (en la Sociedad de Naciones, que precedió a la ONU). En años recientes este premio lo han obtenido, entre otros, el equipo de voluntarios que en Grecia ayudó a atender la crisis de refugiados de 2016, la organización Mariposas de Alas Nuevas, por su asistencia a las mujeres desplazadas en Colombia, y la activista colombiana Mayerlín Vergara Pérez, de la Fundación Renacer.