Merkel no será un jarrón chino: "Me dedicaré a leer y dormir"
La aún canciller alemana concede una entrevista de despedida en la que confirma que no hará política y llama al entendimiento entre diferentes para aportar soluciones.
Angela Merkel se va de verdad. N es sólo que llegue un nuevo canciller a Alemania. Es que no tiene ganas, ya retirada, de ponerse a opinar de lo que haga su sucesor ni dogmatizar sobre cuestiones políticas sobre las que ya no tendrá mando. Eso tan tentador de “yo habría hecho esto o aquello”. Los jarrones chinos, que nadie sabe dónde ponerlos, que decía Alfonso Guerra. Ella no. Lo tiene claro: se va y se va. ¿A hacer qué? A leer y a dormir, que ganas tiene.
Este domingo por la noche, en una entrevista con la Deutsche Welle, ha confirmado que tras su salida de la jefatura del Gobierno no se plantea ni mediar en conflictos políticos, aunque reconoce que todavía no tiene decidido qué hará en su día a día. “No haré más política. No estaré como solucionadora de conflictos políticos, eso lo he hecho muchos años, 16 como canciller, con gusto también en la Unión Europea, en lo internacional, siempre me he empeñado en el multilateralismo”, ha reconocido Merkel.
“Ahora no sé lo que haré después”, agrega la líder conservadora, que preside el gabinete alemán en funciones mientras negocian la formación de un nuevo tripartito socialdemócratas, verdes y liberales, quienes se fijaron como meta llegar a un acuerdo durante los primeros días de diciembre. Su partido, la CDU, ha sufrido el mayor descalabro en 30 años y está en plena revolución interna buscando nuevo líder.
Tras dejar las tareas del Ejecutivo, la canciller adelanta que alternará “leer y dormir” y agrega: “Es sólo que estuve muchos años ocupada con la agenda que me dieron, y siempre tuve que estar preparada. Como jefe de Gobierno, tienes que hacerlo. Y ahora voy a ver qué me gustaría hacer voluntariamente. Pero eso solo se hará evidente en unos meses”.
En la entrevista, Merkel reconoció que echará de menos al presidente francés Emmanuel Macron, con el que ha reforzado notablemente el llamado eje franco-alemán en Europa, y añade que le pasará lo mismo con muchos de sus colegas jefes de Gobierno, “porque hemos trabajado juntos a gusto”. Sobre las relaciones con Francia admitió que ambos países “tienen siempre problemas diferentes, pero a veces también comunes. Y siempre nos hemos consultado con la perspectiva de los pasos europeos. Esta discusión la echaré sin duda de menos”.
“Sí, lo conseguimos”, aseguró Merkel en relación a una famosa frase que pronunció cuando, en 2015, el país abrió sus puertas a los inmigrantes y refugiados y dijo a sus compatriotas que sería un reto que Alemania estaba en condiciones de afrontar. “Realmente fuimos muchas, muchas personas en Alemania las que ayudamos” a asumir la llegada masiva de personas a las fronteras del país procedentes sobre todo de Siria y admite que “no todo salió de manera ideal”.
“Pero, en general, tenemos maravillosos ejemplos de comportamientos humanos exitosos cuando pienso en graduados de secundaria y cosas por el estilo”, dijo Merkel acerca de cómo se ha dado la integración de los jóvenes inmigrantes.
Merkel consideró una “casualidad” que el ministro de Finanzas en funciones y potencial futuro canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, le acompañara recientemente a la reunión del G20 en Roma, en el sentido de que es lo habitual que coincidan jefes de gobierno y titulares de esa cartera y que ahora se da el caso de que pueda ser su sustituto.
“Si la gente tiene la sensación de que hay un buen contacto aquí entre el actual jefe de gobierno y el probable futuro jefe de gobierno, entonces esa es una señal tranquilizadora en un mundo bastante turbulento”, explicó Merkel.
La canciller alemana defendió además el multilateralismo y sobre los jóvenes que exigen más acciones en contra del cambio climático, opinó que tienen razón. “Si dejamos de escucharnos, dejaremos de encontrar soluciones”, concluye.