Mercedes Milá: "Mi hermano Lorenzo paró el miedo al coronavirus, como le dijeron los científicos que hiciera"
"Me conformaría con que aprendamos que la solidaridad, la compasión, la generosidad y la empatía son cosas importantes. Y luego hay hijos de puta".
Confinada, como todos, pero Mercedes Milá sigue siendo Mercedes Milá. Clara, directa y sin miedo, la periodista intenta tomarse la situación con serenidad.
La catalana prepara su regreso a Movistar+ con otra entrega de Scott y Milá. Precisamente, se encontraba en Roma (Italia), grabando uno de los capítulos, cuando empezó toda la crisis del coronavirus. Le pilló allí a su equipo y a ella.
Cuando aterrizaron allí “las cosas estaban mucho más tranquilas”, explica. Sin embargo, fue testigo de cómo se empezaron a complicar: “El coronavirus me pilló en Italia, un día antes de que las medidas se endurecieran. Las medidas de los gobiernos se fueron implementando según pasaban las horas. Cuando llegamos los restaurantes estaban abiertos y a las 48 horas ya les había obligado a cerrar. Fuimos a un mercado y ya marcaban las distancias. Te tenías que acostumbrar porque venías de una ciudad, Madrid, en la que eso no pasaba entonces”.
Más que preocupada —porque en ese momento nadie podía imaginar lo que se está viviendo ahora en España— estaba impresionada: “Me impactó mucho cómo cambiaba la vida, cómo cambiaban las calles... cuando llegamos a España la gente empezaba a entender que esto iba en serio. Estar en Italia nos hizo más fácil acostumbrarnos al ‘escenario de mascarilla’, porque cuando llegamos a Barcelona nadie la usaba”.
Mercedes Milá habla en un encuentro con los medios mediante videoconferencia de su hermano Lorenzo Milá, al que se le ha aplaudido y criticado casi a partes iguales por su forma de informar sobre el coronavirus, de cómo está viviendo el confinamiento y de cómo ha conseguido vencer al miedo y encontrar el equilibrio y la serenidad.
Sobre su hermano, el corresponsal en Italia de TVE Lorenzo Milá
Qué te voy a decir de mi hermano. Que lo adoro con toda mi alma y que hace un trabajo muy bueno que nos ayudó a mucha gente en España a parar el miedo. Él paró el miedo tal y como le dijeron los científicos que hiciera, porque luego le han acusado de ser demasiado positivo, pero no fue así. Lo que hizo fue avanzar lo que los científicos decían. Me hizo mucha ilusión verlo cuando estuve en Roma, pero sufrí mucho por no poder abrazarlo. Estuve con mi cuñada, y con mis sobrinos de lejos. Los Milá somos muy de tocarnos y no pudo ser. Ya podrá ser.
Sobre su propio confinamiento
Soy una persona activa y doy gracias al cielo por serlo, pero si me metes en una caja cuadrada de dos por dos me las ingenio para no ponerme histérica. Tengo una capacidad para estar aislada siempre y cuando me des un libro, a mi perro Scott y me alimentes. Lo que llevo fatal es enterarme de las historias que me entero, de gente que no puede despedir a los suyos... una amiga lleva 32 muertes cercanas.
Sobre su reacción al miedo en estos momentos
No tengo miedo, tengo serenidad. Hago meditación todos los días y eso me ha cambiado la vida. He aprendido a tener suficientes herramientas en los últimos años para mantener el equilibrio y eso es un tesoro que nunca agradeceré lo suficiente a la depresión.
Sobre sus pronósticos
Gracias al periodismo bien hecho y gracias a herramientas como kiosko+ puedes leer la prensa y ver que hay personas haciendo análisis muy interesantes. Seré la última que me atreva a hacer un análisis de lo que pueda pasar porque, ¿quién pudo prever esto? Parece ser que Bill Gates en las jornadas TED lo dijo, parece ser que la OMS también lo dijo, pero no nos lo tomamos en serio.
Sobre lo que realmente importa ahora
Seguirá siendo importante hacer bien las cosas, hacer un buen programa de televisión... veo cómo los animales han recuperado el espacio perdido. No me atrevo a decir nada porque el consumo es la base de nuestra sociedad. Me conformaría con que aprendamos que la solidaridad, la compasión, la generosidad y la empatía son cosas importantes. Y luego hay hijos de puta, por ejemplo el empresario de Santiago de Compostela, que pretendía llevarse a Portugal todo el material médico que tenía en sus manos. No me atrevo a hacer un pronóstico, pero sí tengo un deseo: que no se pierdan todos los puestos de trabajo.
Cómo ayuda la Cultura al confinamiento
De los que desprecian la cultura mejor no hablar, porque tontos ha habido toda la vida. Qué haríamos sin algo que nos arranque de esa parálisis de estar entre cinco paredes, pues efectivamente, qué haríamos sin la música, sin leer libros...
Sobre el capítulo de sexualidad femenina que ha grabado
Tiene escenas de sexo entre mayores, y yo al lado. Siendo tan mayores, ahí estaban los dos follando, yo apoyándome en la cama con una rodilla y preguntándoles cosas. Ese es el regalo de este programa. Nunca lo habría podido hacer en otro programa.