Mercedes Milá: "No me da ningún miedo hablar de Paolo Vasile"
La presentadora, que estuvo al frente de 'GH' en Telecinco durante 16 años, vuelve a Movistar+ con 'Scott y Milá'.
Delante y detrás de la cámara Mercedes Milá es puro show. Esta afirmación es creíble, pero no es cierta. Una conversación con ella lo tiene prácticamente todo: surrealismo, risas, algún zasca sin mala intención, experiencia y mucha vida. Lo de la tensión es una leyenda.
Con Mercedes Milá no hay teatro ni poses. La rotundidad con la que dice las cosas, el rasgo que más marca su personalidad como presentadora, también aparece en el cara a cara. Es lo que la ha llevado, después de 45 años en televisión, a poder elegir en qué trabajar. El 19 de septiembre Movistar+ estrena la segunda tanda de Scott y Milá, con cuatro nuevas entregas: Amor, Mujeres, Fama y Depresión.
A estas alturas, que le quiten lo bailao. Puede provocar amor u odio sencillamente porque es la presentadora más libre de la tele. Hablando en plata, hace lo que le da la gana cuando le da la gana. “Yo no tengo haters, yo tengo lovers. Se lo agradezco a Movistar+ porque creo que los haters van más a por las generalistas. Excepto en el caso de David Broncano, que se los gana el cabrón”, ha bromeado la catalana sobre el presentador de La Resistencia.
Sin embargo, muchos todavía la echan de menos en GH, el reality de Telecinco que presentó durante 16 años con gran éxito, aunque Milá está más que feliz en su nueva cadena. “Sufrí las audiencias desde que nacieron las privadas y la angustia desapareció con Gran Hermano”, por los datos estratosféricos que hacía el programa. “Eso sí, nunca he entendido esa moda española ridícula de que un programa vaya bien y haya que quitarlo o cambiarlo”, añade.
En Scott y Milá, la periodista aborda temas de actualidad desde su particular óptica. Con su filtro o, mejor dicho, con su falta de filtro. Ella es el valor del programa en el que le acompaña su inseparable perro Scott.
La cadena ya ha confirmado una nueva temporada (que sería la segunda) de Scott y Milá. La presentadora y su perro, que le ayudó a superar una depresión cuando “no era capaz de ver la belleza en ninguna parte”, volverán en 2020.
Con este programa, Milá ha podido comprobar que “el único secreto de la felicidad está en ayudar a otros. Es algo que intenté explicarle a Vasile y no lo comprendió. Él no entendió que yo era mucho más libre que él”. Del consejero delegado de Mediaset, de su trato con Telecinco y con algunos de sus colaboradores, de GH VIP y de cómo sube el pan cuando abre la boca ha hablado en una entrevista con El HuffPost Life.
Llevo un año persiguiéndote.
Esto es una enfermedad, ¿no?
¿Por qué te haces la difícil?
Yo no me hago la difícil, tía. Lo que pasa es que es complicadísimo, es un no parar, todo el día hablando, ya no sé ni lo que digo. ¿Pero algo de lo que digo tiene interés?
Hombre, Mercedes Milá habla y sube el pan.
[Ríe y patalea]. Pues nada, ¡vamos a hablar!
Al menos sí podemos decir que eres la presentadora más libre de la televisión. En el resto siempre hay como un toque de... guion.
Ay, no digas eso de mis compañeros.
¿Tú te sientes libre?
Me siento libre desde el primer día que empecé a trabajar en la tele. No he tenido censuras graves, he tenido tonterías de cosas que me he saltado, pero para mí la libertad es totalmente imprescindible para trabajar en periodismo. He tenido suerte en ese terreno. Creo que los demás hacen también todo lo posible por trabajar y lo hacen bien. Me parece terrible que me comparen con el resto.
No hablaba tanto de información como de entretenimiento. Tú siempre has hecho lo que te ha dado la gana en un plató.
Bueno, porque los platós y yo somos como una misma cosa. Llega un punto que cuando te sientes tan cómoda en un plató, es dificilísimo ocultar tu personalidad. Por eso tengo tanto interés en que en los platós haya gente y que la gente oiga bien lo que hacemos, porque muchas veces el público de un plató no escucha nada. Hay veces que lo oye el presentador, los invitados y ellos no. Siempre procuro saludarlos cuando llego, decirles que su mirada y su sonrisa me dan la vida y que el plató es su casa y la mía. Es mi vida, así que, ¿cómo no voy a estar cómoda? Siempre llego a plató un cuarto de hora antes para hablar con el público, para saludar al regidor, para ver a los cámaras y, una vez que todo está ok, a remar.
Aunque en Scott y Milá te sales del plató.
Estoy haciendo algo totalmente opuesto y a la vez bellísimo, porque me quitan todos los defectos. Grabas a calzón quitado y llegan los editores, que a poco que te quieran, te tratan muy bien y te editan lo mejor posible, no hay errores graves. Puedo equivocarme, meter la pata en directo y me lo tengo que comer. Pero en la grabación que haga ahora, yo mismo veo el resultado y digo ‘ayyyy, cómo me habéis arreglado’.
Pero... estas guarradas que haces en la tele, ¿las haces por provocar o porque te sale natural? Llevaste a un experto en uno de los episodios tus... excrementos... envueltos en una servilleta.
Pero es que era muy importante llevar la caca, porque él me la iba a pedir.
Ya, pero no así. No en una servilleta.
Qué más da. ¿Te da asco la caca?
Bueno...
Bueno, un tío que está entre caca todo el día, como es este caso, está todo el santo día pidiendo cacas, me pareció de lo más natural. No te niego que también hice una coña. Intento hacer humor allá donde puedo. Por eso, cuando por la mañana se me ocurrió, en medio de la situación, cuando estaba con medio chori fuera y medio dentro, pensé ‘¿y si lo llevo a la entrevista?’ Entonces la cogí, la guardé y me la llevé. Pensé ‘será divertido’.
Entonces, ¿eres todo naturalidad o hay premeditación?
Soy bastante naturalidad, sí.
Pues hablemos con naturalidad de Gran Hermano, ahora que el programa cumple 20 años y que ha empezado una nueva edición. ¿Eres más de VIP o de concursantes anónimos?
Soy más de anónimos, aunque me divierto mucho con los VIPs.
¿El VIP se ha cargado un poco la esencia del formato?
¿Cuál es la esencia? La esencia es la vida en una casa, encerrados, la vida frente a las cámaras y los micrófonos, eso es la esencia. Todo lo nuevo que se les ocurra, que son muchas cosas, a mí me parece muy bien.
Los famosos vienen de vuelta. Llevan ‘mucha tele vivida’.
Lo que pasa es que luego llega la casa de Guadalix y los pone a todos en su sitio, por mucho que lleven estrategias.
¿Y no te gustaría estar ahí lidiando, por ejemplo, con Mila Ximénez?
No. La peor concursante de este casting es Mila Ximénez. No es una persona que me cause mucha curiosidad. Preferiría no lidiar con ella porque yo le caigo mal y ella no me cae bien. Tenemos este pequeño problema, que seguro que si habláramos lo solucionaríamos. No, no, no... Me siento más cerca de Adara, que es mi niña porque fue concursante. Me siento más cerca de El Cejas, que me hace mucha gracia, porque en él se ve la verdad de la vida: puedes hacer unos vídeos en tu casa y aparecer como que eres el más guay y al llegar a la convivencia de la casa de Gran Hermano las plumas se van cayendo y eres el chico normal de tu edad. Para mí esa es la esencia de GH, la verdad de GH.
Hay cosas que pasaron en las dos ediciones anteriores que, según los espectadores, con presentadoras como tú no habrían ocurrido. Por ejemplo, ciertos comportamientos machistas de Suso o Antonio Tejado.
Eso es un ‘y si, y si, y si’... A Suso lo masacré en su momento, ahora somos muy amigos, pero le di hasta en el carnet de identidad y a Tejado no lo conozco así que... yo sobre las cosas que no he visto, prefiero no hablar.
Con GH conseguiste acercar una generación de presentadores a la gente joven. Esa parece ser la gran barrera de los medios hoy en día, llegar a los jóvenes.
¿Sabes qué pasa? Que estoy tan contenta de que haya ocurrido eso, de que me traten como a uno de ellos, de que no tengan la barrera del lenguaje, ni de las costumbres, que sepan que les entiendo, que les apoyo, que en muchos momentos les digo ‘no paréis con esto’ y en otros les digo ‘no seáis idiotas’. Les tengo respeto. Para mí los jóvenes son un patrimonio.
Se habla mucho de los jóvenes como ‘generaciones perdidas’.
Se equivocan de cabo a rabo.
¿Desde cuando no pisas Telecinco?
Desde el día que Jorge Javier Vázquez inauguró el GH que yo ya no hice (Gran Hermano 17, 2016).
Y ahora que estás fuera, ¿podemos hablar de esa especie de miedo que existe a hablar de Paolo Vasile, el consejero delegado de Mediaset?
A mí no me da ningún miedo hablar de Paolo Vasile. Ninguno. Cero. Era un gran amigo, un buen jefe y puedo hablar de él horas y horas. No tengo ningún problema.
¿Bien o mal?
Bien y mal, las dos cosas, como hay que hablar de un ser humano, porque si lo que hay que hacer es ponerlo en un altar el primero que se bajaría sería él.
Volviento a Movistar+... Scott te ha ayudado a superar la depresión que has padecido.
Él me ha ayudado y las pastillas también. Lo que pasa que el amor de un perro, (y la gente que tiene perro me lo confirma), esa mirada, esa tranquilidad que te da, esos abrazos, esa manita que te hace así cuando lo necesitas... es extraordinario. Sí, me ha ayudado mucho. Pero no olvides al psiquiatra y a la medicina.
¿Entiendes que haya gente que no entienda esa relación tan estrecha, como la que tú tienes, con un animal?
Lo entiendo porque yo tampoco lo entendía. Hasta que he tenido a Scott, que era de mi madre, pero la verdad es que es extraordinaria en todos los terrenos.