Meloni, en su investidura: “Nunca he tenido simpatía por regímenes antidemocráticos, incluido el fascismo”
Niega ser eurófoba aunque sí se muestra crítica con la UE y renueva el compromiso de Italia con la OTAN.
Un discurso con más negativas que anuncios para intentar justificarse. La nueva primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, ha adelantado al Parlamento sus líneas de gobierno, un mensaje en el que ha querido recalcar que no tiene “simpatía” por el fascismo, ni un sentimiento eurófobo ni intención de dar de lado a la OTAN.
“Nunca he sentido simpatía por regímenes antidemocráticos, incluido el fascista”, dijo Meloni, de 45 años y la primera mujer en gobernar en Italia durante la hora y quince minutos que compareció en la Cámara de Diputados, donde esta tarde se votará la confianza a su Gobierno, un formalismo que superará sin problemas al disponer de mayoría absoluta en ambas cámaras.
Algo nerviosa y emocionada al inicio, cuando tuvo que detenerse varias veces para beber agua, la líder los ultras Hermanos de Italia (FdI) dijo que sabe que hay “curiosidad” sobre la actitud que tendrá el Gobierno hacia la UE, la que “no siempre ha estado preparada”, pero aseguró que no quiere sabotearla “sino hacerla más eficaz en la respuesta a las crisis” con propuestas constructivas.
Interrumpida en numerosas ocasiones por los aplausos de sus diputados, así como por los de la Liga de Matteo Salvini y Forza de Silvio Berlusconi, sus socios en la coalición de derechas que ganó las elecciones, Meloni se reivindicó asegurando que va a cumplir todas las expectativas sobre ella, convirtiéndose en un underdog como se define a quien alcanza el éxito sin ser favorito.
Mantiene los compromisos internacionales contra el “chantaje de Putin”
La nueva primera ministra también reiteró que italia seguirá siendo un socio leal de la OTAN y, citando al “valiente pueblo ucraniano”, confirmó que se respetarán los compromisos internacionales para ayudarlo a “defenderse de la agresión de la Federación Rusa” y del “chantaje de Putin”.
Meloni también adelantó algunas reformas prometidas durante la campaña, como la introducción de un semipresidencialismo, en el que el jefe de Estado sea elegido por los ciudadanos, que abrió a “discutir con todas las fuerzas políticas”, así como la modificación de la polémica “renta de ciudadanía”, una ayuda a las personas más desfavorecidas con la que es muy crítica la derecha por considerar que se abusa de ella.
También adelantó medidas en materia económica, principalmente para reforzar el “apoyo a familias y empresas” para pagar las facturas y los combustibles y reitero su intención de acordar con la Comisión Europea los ajustes necesarios en el programa de Recuperación “optimizar el gasto, ante el aumento de los precios de las materias primas y la crisis energética, porque esto se tiene que afrontar con un enfoque pragmático, no ideológico”.
La mandataria, que afirmó que siente el peso de ser la primera mujer en gobernar Italia y agradeció a todas aquellas “que pasan por dificultades para hacer valer su talento”, abogó por incentivos para el empleo femenino, además de avanzar una “revolucionaria” amnistía fiscal y aumentar la búsqueda de gas en su mar territorial.
Meloni apuesta por producir gas nacional ante la crisis energética y la dependencia de Rusia. “Nuestros mares tienen yacimientos de gas que tenemos el deber de explotar plenamente. Y nuestra nación, en particular el Sur, es el paraíso de las energías renovables, con su sol, viento, el calor de la tierra, las mareas y los ríos. Un patrimonio de energía verde demasiado a menudo bloqueado por la burocracia y los vetos incomprensibles”, señaló.
Además, aseguró que “nunca limitará las libertades existentes de ciudadanos y empresas”, incluido el derecho al aborto, pero sobre inmigración reveló su intención de “recuperar la propuesta original de la misión naval Sophia” de la UE, que en la tercera fase preveía, aunque nunca llegó a implementarse, el bloqueo de las salidas de barcos del norte de África.
La Cámara de diputados vota esta misma tarde dar su confianza a la recién estrenada mandataria, un mero trámite, antes de que mañana miércoles vuelva a votarse en el Senado y dé comienzo oficialmente el Gobierno Meloni.