Todos los europeos que vivan en Reino Unido deberán pedir un "documento de residencia" tras el Brexit
Tendrán hasta 2021 para regularizar su situación, según la oferta de la primera ministra Theresa May.
La primera ministra británica, Theresa May, ha afirmado este lunes en el Parlamento británico que ningún ciudadano de la Unión Europea (UE) que ya esté residiendo legalmente en el Reino Unido deberá irse una vez que el país abandone el bloque comunitario. [Lee, en inglés, la propuesta de May para regularizar a los comunitarios en Reino Unido] Eso sí, independientemente de cuándo llegaron, ahora necesitarán solicitar un carnet especial para certificar su estatus y poder quedarse en el país después del Brexit. Tendrán hasta 2021 para regularizar su situación, según la oferta de la premier británica.
Así lo ha detallado este lunes May, que ha explicado la líneas maestras de su plan, contenido en 15 páginas y remitido a Bruselas, donde sus propuestas han sido criticadas ya como "insuficientes" o "por debajo de las expectativas".
"Ha habido mucha ansiedad sobre lo que les va a suceder a los europeos cuando dejemos la Unión. Hoy quiero aplacar esa ansiedad", ha dicho May en una sesión en la que ha informado a los diputados sobre la cumbre europea a la que asistió el viernes.
Tal como ha avanzado a los líderes continentales en Bruselas, May ha indicado que los europeos con cinco años de residencia en el Reino Unido serán tratados "como si fueran ciudadanos británicos" en cuanto a asistencia sanitaria, educación, prestaciones sociales y pensiones.
La oferta británica subraya que los europeos que hayan obtenido el estatus de "asentados" permanentes tras cinco años de residencia en el país podrán continuar optando a la reunificación familiar tras el Brexit. "No habrá rupturas familiares", ha aclarado May, quien ha indicado que los comunitarios con permiso de residencia "podrán traer a miembros de su familia en los mismos términos que los ciudadanos británicos".
Pero más allá de las "dulces" palabras de May, en el texto divulgado por el Ejecutivo viene la letra pequeña importante: se puntualiza que todos los ciudadanos europeos en Reino Unido, "con independencia de cuándo llegaron", deberán pedir tras el Brexit al Ministerio de Interior un "documento de residencia" para demostrar que cuentan con permiso de trabajo y tienen derecho a ser atendidos en centros sanitarios.
Según el texto, los ciudadanos europeos deberán solicitar una tarjeta de identificación especial que deberá respaldar y registrarse en una base de datos del Ministerio de Interior. Quienes ya gocen de documentos de residencia deberán volver a solicitarlo ya que sus circunstancias pueden haber cambiado, pero para ellos el proceso será más simple.
Los ciudadanos de la UE que lleven más de cinco años de residencia en Reino Unido tendrán el llamado "estado estacionario" que esencialmente es lo mismo que el llamado permiso indefinido recogido en la Ley de Inmigración de 1971. La propuesta de May no discrimina entre las diferentes nacionalidades de la Unión Europea.
May ha señalado además que tratará de acordar con Bruselas que los británicos en el resto del continente y los comunitarios en el Reino Unido se continúen beneficiando de la tarjeta sanitaria europea para recibir atención en cualquier país de la UE.
Para Londres, aclarar el estatus de los ciudadanos a ambos lados del Canal de la Mancha es una "prioridad inmediata" en las negociaciones oficiales con Bruselas que se iniciaron de forma oficial la semana pasada.
"Los ciudadanos europeos hacen una contribución muy valiosa a la economía, los servicios públicos y la vida cotidiana del Reino Unido", ha remarcado la dirigente conservadora.
Londres espera acordar con Bruselas una fecha límite en la que los comunitarios deberán haber llegado al Reino Unido para tener derecho a optar a la situación de "asentado" permanente tras cinco años.
May ha afirmado que esa fecha debe fijarse entre el pasado 29 de marzo, cuando su Gobierno activó el artículo 50 del Tratado de Lisboa —el inicio oficial del Brexit—, y el día en el que culmine el proceso de salida de la UE, previsiblemente en marzo de 2019.
Aquellos que ya estén en el país antes de ese límite podrán quedarse al menos cinco años, lo que les permitirá optar al estatus de residentes permanentes.
El Gobierno ha reiterado en el documento publicado este lunes que tras la salida de la Unión Europea "la libertad de movimiento se terminará", pero subraya que "la inmigración entre el Reino Unido y la Unión Europea continuará existiendo".
May ha anunciado también que se simplificarán los trámites burocráticos para adquirir la residencia, actualmente muy farragosos, pues obligan a completar un formulario de 85 páginas. El documento se aligerará e incluso podría ofrecerse a través de internet.
La burocracia británica podría sufrir un cuello de botella a la hora de tramitar tres millones de solicitudes, que además serán varios millones más toda vez que se va a permitir el reagrupamiento familiar. En la actualidad la administración británica ya tramita cada año 2,5 millones de solicitudes de visas y siete millones de pasaportes.
La respuesta de la Unión Europea ha llegado casi de inmediato de la mano del negociador jefe de la Unión Europea para el Btexit, Michel Barnier. Barnier ha pedido "más ambición" a la propuesta: "Necesitamos más ambición, claridad y garantías que las que hay hoy en la posición del Reino Unido", ha señalado a través de su cuenta de Twitter.
Según ha dicho, el objetivo de la Unión para los derechos de los ciudadanos es lograr "el mismo nivel de protección que bajo la ley de la UE".