Más libres, más iguales, más visibles
Han pasado 40 años y parece que fue ayer. Madrid acogerá este 2018 una nueva edición del Orgullo, la número cuarenta desde que 7.000 personas decidieron enfrentarse a los cánones de lo establecido y reivindicar, tres años después de la muerte del dictador, que todas las formas de ser, sentirse y amar deben tener cabida en nuestra sociedad.
Un año antes, en 1977, se producía la primera gran manifestación por los derechos del colectivo LGTBI en España. Fue en Barcelona y la convocaba el Front d'Alliberament Gai de Catalunya (FAGC). La marcha recorrió Las Ramblas con paso firme y decidido. Cuando los allí congregados llegaban hacia la Fuente de Canaletas, los colores de la alegría que impregnaban aquella reivindicación histórica se tornaron en gris cerrado. Cargas policiales y balas de goma. Una vez más trataban de imponer la represión y el miedo ante una voz que gritaba con fuerza libertad.
El camino no ha sido fácil. Sólo hace falta echar la vista atrás para poner en valor lo que hemos conseguido. Si hoy somos más libres, más iguales y más visibles es fruto de la valentía, el coraje y la determinación de héroes anónimos que se jugaron la vida por conquistar aquello que nos pertenecía: nuestros derechos civiles.
Hace dos años compartí mi historia. Grabé, junto a mis amigos y amigas de It Gets Better, las dificultades a las que me enfrenté de niño por ser gay y como conseguí superarlas. En pleno 2018 aún muchos niños y niñas, adolescentes y adultos viven atrapados en el miedo y el rechazo de una sociedad que avanza firme hacia la igualdad pero que aún sufre episodios de homofobia.
Según el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia, el pasado año se produjeron sólo en la Comunidad de Madrid 287 incidentes contra el colectivo LGTBI, 41 durante la celebración del World Pride 2017. Ayer mismo se produjo otro en el barrio de Malasaña. Estos datos representan únicamente la punta del iceberg. Son aquellos y aquellas valientes que se atreven a denunciarlo.
Aún queda mucho por hacer. Mucho que luchar. Hace cuarenta años héroes anónimos dieron los primeros pasos. Hoy nos toca a nosotros y nosotras seguir su senda. Por quienes nunca dejaron de luchar. Por quienes se fueron soñando con un mundo distinto. Por vosotros y vosotras, que luchasteis por mí sin conocerme. Por todos los pasos que aún quedan por dar. ¡Seguimos caminando!