Más de cinco minutos de aplausos: Así acogió el público de Cannes 'Dolor y Gloria'
Pedro Almodóvar y todos los actores se emocionaron mucho con ese caluroso recibimiento.
El pase de gala de Dolor y Gloria, la nueva película de Pedro Almodóvar, en el Festival de Cannes concluyó con una calurosa acogida del público que estalló en un gran aplauso que duró más de cinco minutos.
Esta reacción emocionó a todos los actores, pero especialmente al director del filme, Pedro Almodóvar, que al borde de las lágrimas se fundió en un abrazo con Penélope Cruz, la otra estrella de la noche.
En los primeros pases del filme para la prensa, sin embargo, hubo una recepción mixta. Fuertes risas en algunas escenas y aplausos al final, pero con opiniones divergentes.
Algunos periodistas apuntan a que hay que conocer mucho el mundo de Almodóvar para disfrutar plenamente de la película y otros aseguran que esperaban más, aunque todos están de acuerdo en la gran interpretación de Antonio Banderas.
Dolor y Gloria es la sexta película que Almodóvar presenta en la competición de Cannes y hasta ahora tiene un más que notable balance: obtuvo en 1999 el premio a la mejor dirección por Todo sobre mi madre y en 2006 vio recompensado el guión de Volver, que también se llevó el galardón de mejor interpretación para sus actrices.
Pero le falta la Palma de Oro, el gran premio de Cannes. Y la elección del filme ganador recae en esta 72ª edición en un jurado que preside el mexicano Alejandro González Iñárritu.
El palmarés no se conocerá hasta el día 25, pero, mientras, este viernes fue el día del cine español en la alfombra roja de Cannes.
La primera en llegar del equipo fue Penélope Cruz, con un precioso vestido blanco con lazos azules que desafiaba el viento desde su falda estructurada. La actriz se paró a firmar autógrafos antes de hablar con la televisión del festival para asegurar que cada colaboración con Almodóvar “es una nueva aventura”.
A continuación, Antonio Banderas, con un esmoquin de tela brocada y una enorme pajarita blanca, acompañado por su novia, Nicole Kimpel. El malagueño también firmó autógrafos para unirse después a sus compañeros de equipo.
Asier Etxeandía, Leonardo Sbaraglia y Nora Navas hacían piña y, entre risas, aprovechaban para hacerse autofotos antes de pisar la alfombra, donde están prohibidos.
Y Pedro Almodóvar, de negro, se mostraba feliz pero un poco nervioso por la recepción que tendría la película.
“Evidentemente hay mucho de mí en este filme, pero desde el momento en que empiezas a escribir, la ficción domina el relato. Estoy muy presente en la película pero de modo totalmente literal”, explicó a la tele del festival.
Aseguró que es maravilloso estar en Cannes “porque el público del Gran Teatro es el más cálido que he conocido en todo el mundo”, además de que es un festival que celebra el cine de autor y eso es “algo que hay que apoyar”.
Luego llegó el desfile por la alfombra, los posados en grupo —y también por separado en el caso de Penélope Cruz y Banderas— y la bienvenida a pie de escaleras por parte del presidente y el delegado general del festival, Pierre Lescure y Thierry Frémaux, respectivamente.
Antes del equipo había entrado a la sala el ministro español de Cultura en funciones, José Guirao, Rossy de Palma —que aseguró que Dolor y gloria es “puro cine”, una “obra maestra”-, Marisa Paredes, Bella Hadid, Amber Heard o Iñárritu, que reconoció que solo lleva cuatro días como presidente del jurado de Cannes y ya está agotado.
Dentro de la sala, el equipo fue recibido a su llegada con un caluroso aplauso, momento que Almodóvar aprovechó para saludar a la realizadora Jane Campion, poco antes de que se apagaran las luces y comenzara la proyección.