Martínez-Almeida: "La excepción ibérica consiste en que le paguemos el gas a Francia"
Nada más alejado de la realidad...
Lo dice literal y encima lo reitera. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha levantado revuelo por sus palabras a la hora de tratar de definir la excepción ibérica que España y Portugal consiguieron en Bruselas y que pone tope al precio del gas como medida para paliar los precios elevados de la energía.
Lejos de esa definición, en un acto público, Almeida se ha atrevido a dar una definición más alejada de la realidad y que ha generado una ola de comentarios.
“Nos lleva vendiendo la excepción ibérica que consiste en que le paguemos el gas a Francia. Por cierto, que eso todos los españoles deberían saberlo”, ha expresado frente a los medios de comunicación este martes.
Según el alcalde madrileño, el Gobierno no tiene capacidad de bajar el precio del gas y por tanto “lo único a lo que acude es al lema”.
“Como solo acude a eso, prefiere centrarse en si se puede llamar o no timo al precio del gas en vez de intentar bajar el precio del gas”, ha reiterado.
Sus palabras han levantado reacciones entre la oposición y los grupos ambientalistas que no podían creer lo que estaban escuchando. Es el caso de la concejal socialista de Pozuelo de Alarcón, Ana Hernández, o del diputado de Más Madrid Jorge García Castaño. Este último ha escrito en su perfil de Twitter: “Qué vergüenza”.
Es el caso de Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace España, que ha denunciado en Twitter: “Dime que no sabes cómo funciona el mercado eléctrico sin decir que no sabes cómo funciona el mercado eléctrico”.
Qué es (realmente) la excepción ibérica
Se trata de una medida temporal que estará vigente, al menos, hasta mayo de 2023. Consiste en limitar el precio del gas en el mercado mayorista de la electricidad y, en consecuencia, abaratar la factura de la luz.
Según explicó en su momento la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, el mecanismo consiste en: producir un primer precio que introduce ese límite del precio máximo que se autoriza para ofertar el gas y y por encima de ese precio de referencia se produce un ajuste en cada hora repartido proporcionalmente a la energía que contribuye para poder pagar el sobrecoste del gas.
La autorización de Bruselas ha permitido que España y Portugal registren precios de la electricidad más bajos que en los países vecinos. Por ello, con el reciente anuncio de la Comisión Europea para tomar medidas urgentes antes de que países como Francia y Alemania paguen el megavatio/hora a más de 1.000 euros, se plantea extender la excepción ibérica al resto de países.