'Marketing': del bla, bla, bla al ble, ble, ble
Durante años, hemos visto un marketing orientado a crear percepciones en los consumidores. Hemos abusado, a veces, del lenguaje: promesas, conceptos, ideas. Marketing con bla, bla, bla que, a veces, ha generado escepticismo en clientes y consumidores.
En mi opinión, el lenguaje está cobrando una gran importancia en el nuevo marketing. Excesiva importancia, a veces.
Vemos que hay que ser políticamente correcto: contemplar la diversidad, no herir susceptibilidades, ser sensible al idioma inclusivo... Y esto se traduce en distraer energía de la venta para la corrección.
En este camino del bla, bla, bla, surgireron los ble, ble, ble. Ahora el marketing ha de evidenciar que es sostenible. Los mensajes han de evidenciar sostenibilidad; es decir, que se busca la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social.
El nuevo marketing debe ser confiable y honesto. Merecedor de confianza y generador de seguridad. Debe demostrar que se centra en los intereses de los usuarios y de la sociedad, y no en la rentabilidad cortoplacista y depredadora del qué solo busca su bienestar y ganancia.
El marketing del ble, ble, ble es responsable y ético. Un marketing que asume compromisos y obligaciones, con empleados, accionistas, con todos los stakeholders y muy especialmente con la sociedad en la que se desenvuelve la empresa.
Pero el marketing, en última instancia, ha de ser rentable para quién lo paga.
La buena noticia es que el marketing sostenible, confiable y responsable, genera reputación, liderazgo, mayor independencia del precio y, por ende, redunda en la rentabilidad.
Veremos en la década de los 20, un marketing 'Ble' dondequiera que miremos.
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