María Pazos: "Los privilegios de los hombres llevan al sufrimiento y al desastre"
La matemática, investigadora y activista feminista acaba de publicar 'Contra el patriarcado: Economía feminista para una sociedad justa y sostenible'.
La economía sólo tiene en cuenta a la mitad de la población: la que conforman los hombres. Así lo denuncian desde hace años las economistas feministas como María Pazos Morán, ya que dentro del sistema económico no se tienen en cuenta los cuidados de las personas dependientes o las tareas del hogar, realizadas en su mayoría por mujeres de manera gratuita.
¿Cómo se podría llegar a un sistema económico igualitario? Es decir, un sistema que sí se acuerde de las mujeres a la hora de tomar medidas y hacer políticas públicas. ¿Qué es lo que está fallando para que aún, en 2018, exista una división sexual del trabajo, que es "la base del patriarcado"? Es lo que se pregunta Pazos Morán en su nuevo libro Contra el patriarcado: Economía feminista para una sociedad justa y sostenible. En él explica que el sistema fiscal actual fomenta la desigualdad de género y perpetúa que las mujeres sigan responsabilizándose de los cuidados.
Pazos señala que, además, la economía actual no sólo se olvida de las mujeres sino que "pone medidas para que esta situación continúe". Pone de ejemplo el sistema de cuidados: "Que la mujer se quede en casa es también un sistema de cuidados fomentado la falta de permisos paternales".
Las mujeres, las peor paradas de la crisis
A pesar de que fueron los hombres los que perdieron el empleo más rápido en la crisis en España, debido al hundimiento de la construcción, un sector muy masculinizado, son las mujeres a las que más les está costando recuperarlo. "Ahora mismo hay más mujeres paradas que hombres, a pesar de que se ha incrementado el número de mujeres activas", dice. Nunca ha habido tantas dadas de alta en la Seguridad Social como ahora. Según ella, se trata de una "característica especial de esta crisis, ya que en otras se convence a las mujeres de que se queden en la calle, pero en esta ha ido creciendo la tasa de actividad".
Cree que se ha creado un término, "derechos de las mujeres", que es erróneo: "Los derechos de las mujeres son justo los derechos que te llevan a dejar el empleo: la excedencia, la maternidad, la reducción de jornada...". Pero opina que eso está empezando a cambiar y que ahora "la autoridad no osa decir que eso es bueno para las mujeres".
Los parentales iguales: esenciales para un sistema igualitario
Una de las grandes claves para empezar a tener un sistema igualitario es la implementación de permisos paternales iguales en el cuidado, independientemente del género. "Hemos conseguido que la sociedad asuma que deben ser iguales, intransferibles y pagados al 100%, excepto Ciudadanos", celebra la economista. Aunque advierte del gran problema: el diseño de los permisos. Ella forma parte de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA): "Nosotros queremos que todas las personas tengan un único permiso cuyo efecto sea que se quede el mismo tiempo al cargo del bebé en solitario durante el primer año y no se solapen el permiso de la madre y el del padre".
En la actualidad, los permisos de maternidad duran 16 semanas, mientras que los de paternidad duran 5. El acuerdo presupuestario entre el Gobierno y Podemos ampliaba el permiso a los padres a 8 semanas en 2019, 12 en 2020 y 16 en 2021. Pazos advierte además de que si el es simultáneo se caería en una trampa: "Si son 8 semanas simultáneas el padre sigue siendo el ayudante, no el principal cuidador. Eso es un truco que a las empresas les viene muy bien porque si el hombre está de ayudante, no se desliga del todo de la empresa. Eso no sería un permiso igualitario".
Implantar este modelo supone un coste de 1200 millones de euros, según la PiiNA, que algunos se preguntan de dónde saldrán. "En un presupuesto público no es nada si lo comparamos con otras partidas. Si se utiliza bien y con toda la rentabilidad posible, los beneficios son inmensos", señala. Y destaca que una reforma e este tipo tendría también "un efecto simbólico desde el primer día, antes de llevarlo a cabo. Sólo eso ya es un mensaje y un cambio social".
¿Puede haber machismo aunque se repartan los cuidados?
La discriminación de género se ha vuelto cada día más sutil. Ya no tenemos esa imagen de la mujer fregando en casa y el hombre trabajador que sustenta el hogar. Pero aunque algunas familias estén empezando a repartirse los cuidados y las tareas del hogar, esto puede llevar a caer en micromachismos más sutiles: "Ellas son las que organizan, las que se quedan a tiempo completo". Pazos señala que "dentro de los cuidados, hombre y mujer asumen distintas tareas": "Ellos hacen las cosas más lúdicas, como ir al parque con los niños; y ellas las más desagradables e imprescindibles. Eso es lo que pasa en el modelo de hombre ayudante y tenemos que conseguir que deje de pasar".
Pazos considera que la implantación de este tipo de permisos parentales, aunque sea indispensable, no es suficiente. Pide, además, mejorar los servicios públicos como la universalización de la educación de 0 a 3 años: "Debe haber una escuela de educación infantil para que los dos progenitores puedan incorporarse al empleo". "Los permisos, servicios públicos y empleo estable son las condiciones de la igualdad, además de eliminar los incentivos adversos a la participación de mujeres".
Un movimiento intergeneracional y un gobierno de mujeres
Pazos celebra las movilizaciones masivas del movimiento feminista que han tenido lugar en España durante el último año. "Esto sí que es una ola feminista", señala. Ella también vivió el feminismo de finales de los 70 y es consciente de que es "importante aprender y aportar". Las mujeres mayores, cuenta, tenían otra visión por entonces: "Conquistamos derechos, nos incorporamos al empleo y a la educación... Pero no nacimos con eso incorporado. Ahora ya las jóvenes no se plantean ser amas de casa, por ejemplo. Nacen con otra visión, incorporadas al empleo... Y tienen claro que no quieren precariedad y que hay que repartir el trabajo doméstico".
También celebra que esto se refleje en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, con una mayoría de mujeres en los ministerios por primera vez en la historia, aunque se mantiene cauta y a la espera de ver qué hacen. "Estas tomas de posesión simbólicas son importantes pero yo pienso en hechos, no en palabras. Tienen una asignatura importante que se dejó Zapatero que fue la de hacer reformas económicas estructurales".
La experta cree que hay que actuar con problemáticas como la prostitución o los vientres de alquiler: "El Gobierno se declara abolicionista pero, ¿dónde está la ley? Igual con los vientres de alquiler. Ellos tienen el poder ejecutivo que puede proponer al legislativo".
Las cuotas y la discriminación positiva
Una de las medidas que sí se plantea el Gobierno es la de establecer cuotas en los consejos de administración de las empresas. Pazos Morán señala que ella tiene sentimientos encontrados con las políticas la discriminación positiva: "Da la impresión de que das un trato de favor a las mujeres". Ella opina que "ahora mismo las mujeres necesitan cinco veces más currículum que los hombres para llegar al mismo sitio": "Me conformo con que nos exijan lo mismo".
Cree que, en ocasiones, las cuotas sí que son efectivas: "Que haya paridad en los tribunales es efectivo y lógico. No es discriminación positiva sino eliminar la negativa". En cambio, no piensa lo mismo de las cuotas en los consejos de administración. En su opinión, sería preferible que hubiese más mujeres en la dirección: "No deciden en el día a día de la empresa ni a quién se contrata. Prefiero que vayan a los puestos directivos y no a los consejos de administración".
Las mujeres... ¿la gran oposición de los populismos?
Este auge del movimiento feminista está teniendo lugar a la vez que la extrema derecha y los gobiernos autoritarios suben en las encuestas y empiezan a tener su sitio en la política. ¿Tienen algo que ver los dos fenómenos? La economista opina que "las mujeres protagonizan la oposición a ese auge de los fascismos misóginos, racistas o xenófobos". Señala que "hay una reacción machista que se agarra a estas alternativas contra el avance de las mujeres". Cree que, hasta ahora, se decía que la reacción de los hombres al feminismo era "la indiferencia" pero que algo ha cambiado: "Hay una reacción activa, y eso me preocupa mucho".
Eso sí, es consciente de que también hay muchos hombres que han tenido una reacción positiva, aunque sea una "minoría". "Se trata de hombres jóvenes concienciados con el feminismo, porque eso es alentador. Los necesitamos. Sin una contribución de una parte de los hombres en el feminismo, no habrá cambio".
"La mayor parte del movimiento feminista son mujeres porque nos va la vida en ello. La reacción de algunos hombres es normal, ya que es difícil perder privilegios", sostiene. Cree que uno de los retos es hacer ver a los hombres que "esos privilegios son pírricos, que llevan al sufrimiento y al desastre". Por eso llama a un vuelco de valores: "Los hombres tienen mucho que ganar, pero tienen que entender que eso conlleva una pérdida de privilegios".
Unas reivindicaciones en segundo plano
En el libro, la economista explica que las mujeres están acostumbradas a que sus reivindicaciones "queden en segundo plano" y cree que, a pesar de este auge del feminismo, eso no ha cambiado "ni por parte de los gobiernos, ni de los sindicatos ni en los medios, aunque hemos avanzado mucho". Eso sí, tiene esperanza: "Aún tenemos la oportunidad de que todo eso cambie".